El secretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, repitió que el aumento de la inmigración ilegal en la frontera entre Estados Unidos y México no es una «crisis», y dijo que la administración de Biden está «trabajando día y noche» para enfrentarlo.
Los legisladores republicanos y algunos demócratas han calificado la oleada de «crisis», que no ha sido adoptada por altos funcionarios de la administración de la Casa Blanca ni por los principales demócratas en el Congreso. Tanto los republicanos como los demócratas se han culpado mutuamente por exacerbar la crisis–el Partido Republicano señaló que fueron las medidas del presidente Joe Biden a partir de enero donde rescindió de una serie de órdenes de inmigración del expresidente Donald Trump, mientras que los demócratas dijeron que las órdenes de Trump fueron las que llevaron a la situación.
La administración ha tenido problemas para lidiar con un número creciente de niños que cruzan la frontera sur, junto con la falta de pruebas para el COVID-19.
Mayorkas dijo a los legisladores que «la frontera es segura y la frontera no está abierta», y agregó que los funcionarios de inmigración están «expulsando bajo la autoridad de salud pública [de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades] a la luz de la pandemia».
“Individuos que llegan solos a la frontera. Estamos expulsando familias bajo esa misma autoridad de salud pública, limitadas solo por la capacidad de México para recibirlas”, agregó.
La Patrulla Fronteriza de EE. UU., una agencia supervisada por el DHS, ha ampliado la capacidad de prueba para que los migrantes puedan ser evaluados por el COVID-19, según el secretario.
“Aduanas y Protección Fronteriza no tenía la capacidad de realizar pruebas en sus instalaciones, y ahora estamos celebrando un contrato con un proveedor para comenzar y ampliaremos según sea necesario para que podamos realizar los testeos en las instalaciones de la CBP, cuando los otros mecanismos de los que he hablado no estén disponibles”, dijo Mayorkas, quien anteriormente trabajó en el DHS en la administración Obama, a los legisladores.
Desde hace semanas, los republicanos y los demócratas–incluidos los legisladores cuyos distritos se encuentran en la frontera–han presionado a la administración para que tome medidas para hacer frente al aumento de la frontera.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza informaron 100,441 detenciones de migrantes en febrero, según la agencia, y esa cifra representa un aumento del 28 por ciento desde enero. A medida que se acercan la primavera y el verano, es muy probable que esa cifra aumente.
Durante la audiencia, los republicanos del Comité de Seguridad Nacional dijeron que las políticas de Biden desencadenaron el aumento, argumentando que los funcionarios federales de inmigración no estaban preparados.
«Ambos hemos visto esta película antes y conocemos la trama y sabemos el resultado», dijo el miércoles el representante Michael McCaul (R-Texas).
«La disuasión funciona», dijo McCaul. “Creo que las palabras sí importan. Creo que usted envió exactamente el mensaje equivocado cuando dijo: ‘No estamos diciendo que no vengan. Estamos diciendo que no vengan ahora mismo’. Ese no es un mensaje de disuasión».
Mientras tanto, Biden, en una entrevista con ABC News el martes, intentó disuadir a los posibles inmigrantes de hacer el viaje a la frontera.
“Puedo decir con bastante claridad: No vengan”, dijo y continuó diciendo: “Estamos en el proceso de prepararnos. No abandonen su pueblo, ciudad o comunidad».
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