El Senado de Estados Unidos aprobó por unanimidad el miércoles un proyecto de ley que bloquearía la importación de todos los productos procedentes de la región noroeste de China, donde al menos un millón de uigures y minorías étnicas están recluidos en campos secretos de «reeducación política».
El proyecto de Ley de Prevención del Trabajo Forzado de los Uigures, una medida bipartidista, crearía una «presunción refutable» que asumiría que los productos fabricados en Xinjiang están hechos con trabajo forzado y por lo tanto prohibidos por la Ley Arancelaria de 1930, a menos que las autoridades estadounidenses certifiquen lo contrario.
El senador Marco Rubio (R-Fla.), que presentó la propuesta junto con el senador Jeff Merkley (D-Ore.), dijo en una declaración que su aprobación enviará un fuerte mensaje a Beijing «y a cualquier empresa internacional que se beneficie del trabajo forzado en Xinjiang (…) no más».
Estados Unidos «no hará oídos sordos» a los «crímenes contra la humanidad» del Partido Comunista Chino (PCCh), ni «permitirá que las empresas tengan vía libre para beneficiarse de esos horribles abusos», añadió Rubio.
El senador republicano indicó que una vez que el proyecto de ley sea aprobado por la Cámara de Representantes y firmado por el presidente Joe Biden, Estados Unidos tendrá más herramientas para evitar que los productos fabricados con trabajo forzado entren en las cadenas de suministro del país.
«No podemos permitirnos más retrasos por lo que pido a mis colegas de la Cámara que envíen rápidamente este proyecto de ley al presidente», dijo Rubio.
Los asesores demócratas y republicanos dijeron que esperaban que la norma obtuviera un fuerte apoyo en la Cámara de Representantes, señalando que la Cámara aprobó una medida similar casi por unanimidad el año pasado.
«Ninguna empresa estadounidense debería beneficiarse de estos abusos. Ningún consumidor estadounidense debería comprar inadvertidamente productos procedentes de mano de obra esclava», dijo Merkley en una declaración.
La legislación iría más allá de las medidas ya tomadas para asegurar las cadenas de suministro de Estados Unidos ante las acusaciones de abusos de derechos humanos en China, incluyendo las prohibiciones existentes sobre los tomates de Xinjiang, el algodón y algunos productos solares.
Las autoridades del régimen chino fueron acusadas de cometer un genocidio contra los uigures y otras minorías étnicas en la región de Xinjiang.
Antiguos detenidos uigures declararon a The Epoch Times que fueron sometidos a tortura, obligados a denunciar su fe y a jurar lealtad al PCCh mientras estaban recluidos por motivos desconocidos en instalaciones a menudo superpobladas.
Los uigures —la mayoría de los cuales son musulmanes suníes— junto con otras minorías étnicas como los tibetanos, así como los creyentes religiosos que se mantienen fuera del control del Estado, incluidos los cristianos que profesan en hogares y los seguidores de Falun Dafa (Falun Gong), han sido durante mucho tiempo objetivo del PCCh para su transformación mediante la «reeducación».
China niega las acusaciones de genocidio y trabajos forzados en la región.
«Los uigures y otras minorías étnicas predominantemente musulmanas de Xinjiang están siendo obligados a realizar trabajos forzados, torturados, encarcelados, esterilizados a la fuerza y presionados para abandonar sus prácticas religiosas y culturales por el gobierno chino. Ninguna empresa estadounidense debería beneficiarse de estos abusos. Ningún consumidor estadounidense debería comprar inadvertidamente productos procedentes del trabajo esclavo», añadió Merkley.
El equipo del Proyecto de Derechos Humanos de los Uigures, a través de una declaración agradeció al Senado de Estados Unidos la aprobación de la medida que «hará más difícil que China siga exportando productos de trabajo forzado».
Con información de Reuters
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