Una paciente con síntomas del nuevo coronavirus en China dijo a The Epoch Times que poco después de ser dada de alta de un hospital improvisado, su condición empeoró.
Sin embargo, las instalaciones se negaron a proporcionarle tratamiento.
Desde el 10 de marzo, cuando el líder chino Xi Jinping visitó el epicentro del brote en la ciudad de Wuhan, las autoridades locales han cerrado todos los hospitales improvisados. Afirman que había menos pacientes enfermos, por lo que las instalaciones ya no eran necesarias.
Mientras tanto, el régimen chino afirmó que el virus había alcanzado su «pico» y que había logrado contener su propagación.
Pero la Sra. Fu dijo que ella, su familia y otros pacientes como ella siguen sufriendo.
No hay tratamiento
Fu tiene unos 60 años y vive con su familia en el distrito Hanyang del centro de Wuhan. Exhibió síntomas leves del virus. Pero su prueba de diagnóstico dio negativa, así que fue puesta en un centro de cuarentena a principios de febrero.
Cuando su condición empeoró, Fu fue transferida a un hospital improvisado en el Centro Internacional de Exposiciones de Wuhan en el distrito de Hanyang, el 11 de febrero.
Dijo que más de 900 pacientes fueron confinados en el espacio. Las camas estaban colocadas una a lado de la otra sin separadores —22 camas contando como una sección.
«Un médico se ocupó de ocho secciones, lo que significa 176 pacientes», recordó Fu.
«El médico solo examinó la temperatura de nuestro cuerpo. Cuando no estábamos cómodos, podíamos conseguir medicamentos de la estación de enfermeras. Pero no nos daban ningún tratamiento», añadió.
El hospital improvisado la dio el alta el 28 de febrero. La enviaron a otro centro de cuarentena, establecido en un hotel, para observación médica.
Fu tuvo que compartir su habitación con una compañera de 30 años.
Después de mudarse al centro de cuarentena, se sintió cada vez peor. «Estoy sin aire. Para decir una frase, tengo que tomar un respiro al menos una vez en el medio», dijo Fu.
El 10 de marzo, un doctor envió a Fu al Hospital Wuhan Puren, un hospital designado para el tratamiento de COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
Pagó por una tomografía computarizada y un análisis de sangre.
El informe de diagnóstico del hospital declaró que Fu tenía «una fina película borrosa en ambos pulmones, que podrían ser lesiones infectadas». Al mismo tiempo, el sistema arterial, el hígado y la vesícula biliar de Fu fueron dañados.
Muchos pacientes de COVID-19 muestran opacidad en los pulmones.
A pesar que los síntomas clínicos de Fu coinciden con los de los pacientes de COVID-19, el hospital se negó a tratarla, diciendo que su prueba diagnóstica resultó negativa.
El Hospital Wuhan No. 9 es un hospital designado que recibe pacientes del centro de cuarentena donde Fu se alojaba. Pero ese centro también se negó a atenderla.
Pacientes dados de alta
Fu dijo que ella no era la única paciente dada de alta que no se ha recuperado.
Después de que la ciudad anunciara que todos los hospitales improvisados se cerrarían, el centro de exposiciones de Wuhan envió un autobús para transportar a los pacientes a los centros de cuarentena. Los pacientes en estado grave fueron transferidos a los hospitales. Otros que fueron considerados sanos regresaron a casa.
Fu dijo que habló con los otros 20 pacientes del autobús. Ellos también tenían daños en los pulmones.
Un hombre de 36 años que también estaba en el hospital improvisado donde estuvo Fu murió 36 horas después de ser dado de alta, según Fu.
Su marido, el Sr. Fu, también está infectado con el virus. Después de que su hijo apelara en las redes sociales para que le ayudaran a hospitalizar al Sr. Fu, está siendo tratado en el Hospital Popular de Xinzhou, situado en un suburbio a las afueras de Wuhan.
«Mi marido está más enfermo que yo. ¿Qué debo hacer?», exclamó.
The Epoch Times habló con el hijo de la Sra. Fu en febrero. El hijo dijo que su padre había muerto el 8 de febrero, pero la familia no quería que la Sra. Fu lo supiera. Más tarde, el nieto de 17 años de la señora Fu también se infectó con el virus, y está siendo tratado en el Hospital Wuhan Kangtai.
En las redes sociales, también había pruebas de que los residentes de Wuhan se enfrentaban a una situación similar a la de Fu.
El 14 de marzo, Yang Zhanqing, un activista chino radicado en Estados Unidos, compartió un video en Twitter, que mostraba una grabación de audio de una conversación entre él y un médico de apellido Wei en Wuhan por WeChat, una aplicación popular.
Wei dijo en el video: «Aquí, usamos un diagnóstico y tratamiento político». Señaló que había pacientes que no se recuperaban, pero que el hospital los daba el alta de todos modos —para demostrar a las autoridades que había un gran número de pacientes que sanaban.
Como médico, Wei dijo que no creía que fuera ético dar de alta a estos pacientes, pero no tenía forma de impedirlo. «Debido a que los especialistas ya firmaron los papeles de alta de los pacientes, tengo que darlos de alta. Si no los doy de alta, otros doctores lo harán».
Yang informó que se enteró por sus contactos de que varios complejos residenciales del distrito de Hanyang habían sufrido infecciones masivas en los últimos días, en gran parte debido a pacientes dados de alta que volvieron a casa y contagiaron inadvertidamente el virus a sus familiares y vecinos.
La noche del 13 de marzo, el ciudadano de Wuhan, Zhang Yi, transmitió en vivo un video que mostraba ambulancias recogiendo pacientes de sus casas. Pero al detenerse en un hospital, la instalación se negó a recibirlos debido a su máxima capacidad.
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