El presidente Donald Trump está asegurando el suministro de materiales compuestos necesarios para misiles hipersónicos, misiles estratégicos y sistemas de lanzamiento espacial invocando la Ley de Producción de Defensa.
Los misiles hipersónicos son uno de los buques insignia de las nuevas tecnologías de defensa que están siendo rápidamente desarrolladas por el ejército de EE.UU. mientras se moderniza para enfrentar una era de renovada competencia de gran poder con Rusia y China.
Los misiles de esta clase son rápidos y maniobrables y deben soportar altas temperaturas sostenidas, ya que o bien saltan a lo largo del borde superior de la atmósfera o se impulsan a través de la delgada atmósfera superior conducidos por estatorreactores de combustión supersónica.
El 24 de junio, la Casa Blanca anunció que el presidente había invocado la Ley de Producción de Defensa, que puede ser utilizada para obligar a las empresas a fabricar ciertos materiales en aras de la seguridad nacional.
«Sin una acción presidencial bajo la sección 303 de la ley, no se puede esperar razonablemente que la industria de Estados Unidos provea la capacidad de producción de compuestos de ultra alta y alta temperatura para misiles hipersónicos, estratégicos y sistemas de lanzamiento espacial de manera adecuada y oportuna», dijo la Casa Blanca en un comunicado.
«Además, las compras, los compromisos de compra u otras medidas en virtud del artículo 303 de la Ley, son el método alternativo más eficaz en función de los costos, conveniencia y practicidad para satisfacer la necesidad de esta capacidad crítica».
La creación de más misiles de largo alcance es una prioridad clave para el Pentágono, ya que trata de contrarrestar el arsenal de misiles de largo alcance y las defensas antiaéreas acumuladas en los últimos años por China y Rusia, mientras Estados Unidos se vio sumido en la guerra contra el terrorismo.
Entre los sistemas de misiles de largo alcance que se están desarrollando —que incluyen la adaptación de misiles desbaratados por el ahora desaparecido Tratado INF— se encuentran los misiles hipersónicos.
El término hipersónico técnicamente significa cualquier cosa que vaya a más de cinco veces la velocidad del sonido.
Pero la velocidad no es el verdadero truco de los misiles hipersónicos. Algunos misiles balísticos intercontinentales son igual de rápidos en su descenso final.
Lo más importante es que los hipersónicos son impredecibles, se escapan de los ojos digitales de la tecnología militar que vigilan fuertes golpes balísticos que se desplazan hacia el espacio y no a los vehículos que se deslizan por el borde de la atmósfera.
La administración Trump quiere que los hipersónicos ayuden a contrarrestar los misiles de largo alcance y las capas de defensa de China y Rusia que actualmente mantienen a los aviones y portaaviones a distancia.
El Pentágono está acelerando el desarrollo de hipersónicos, y se espera que el primer misil sea lanzado en 2023.
El año pasado, el Pentágono pidió 2600 millones de dólares para toda la investigación relacionada con hipersónicos. Este año, aumentó la solicitud de presupuesto a 3200 millones de dólares.
Siete programas diferentes de desarrollo de hipersónicos en la Marina, el Ejército, la Fuerza Aérea y la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados de Defensa (DARPA) se enumeran en un reciente informe del Servicio de Investigación del Congreso (pdf).
Rusia y China han desarrollado recientemente armas hipersónicas que afirman están listas para su uso.
A finales de 2019, el Ministerio de Defensa de Rusia dijo que había puesto en servicio su primer regimiento de misiles hipersónicos Mach 27 Avangard, mientras Putin afirmaba que Occidente y otras naciones estaban «jugando a ponerse al día».
Los principales oficiales del Departamento de Defensa en los últimos meses han estado de acuerdo con la evaluación de Putin, diciendo que Estados Unidos se está quedando atrás en un campo en el que una vez lideró el grupo.
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