La presidenta del Consejo Municipal de Palm Beach, Florida, Margaret Zeidman, confirmó que el expresidente Donald Trump puede vivir en su propiedad Mar-a-Lago entre las disputas por la misma.
«Parece que no hay nada… que le prohíba vivir en la suite de la propiedad», dijo Zeidman, según el South Florida Sun-Sentinel.
Tras abandonar Washington D.C. el 20 de enero, Trump se trasladó de nuevo al complejo de Mar-a-Lago.
Los vecinos de Trump alegan que el expresidente está violando las ordenanzas de la ciudad y quieren que sea desalojado.
El martes, el Consejo Municipal de Palm Beach abordó el tema de la residencia de Trump en el complejo, pero no realizó una votación.
John Marion, abogado de Trump en Palm Beach, argumentó que no hay nada en un acuerdo con las ordenanzas de la ciudad que impida al expresidente residir en Mar-a-Lago. Añadió que Trump puede vivir allí en virtud de las normas de zonificación de la ciudad porque es un «empleado de bona fide» allí, según el periódico.
«Este tipo, mientras se pasea por la propiedad, es como el alcalde de la ciudad de Mar-a-Lago por así decirlo», dijo Marion. «Siempre está presente. … Le encanta el lugar y ama a la gente que ve allí. Lo disfruta. Es su hogar».
Según Marion, las funciones de Trump incluyen la evaluación de los empleados, la supervisión de la extensa propiedad, la realización de eventos y otras responsabilidades.
Philip Johnston, representante de Preserve Palm Beach, argumentó que la presencia de Trump estropearía el ambiente de la ciudad.
«Creemos que este asunto amenaza con convertir Mar-a-Lago en un faro permanente para sus partidarios más rabiosos y anárquicos», afirmó Johnston, sin aportar evidencias ni razones para ello.
John C. Randolph, el abogado de la ciudad de Palm Beach, dijo en un memorando (pdf) la semana pasada que el derecho de Trump a residir en Mar-a-Lago puede depender de si está técnicamente empleado allí, ya que las leyes locales estipulan que «un club privado puede proporcionar alojamiento solo para sus empleados de bona fide«.
«Esta cuestión, por lo tanto, depende principalmente de si el expresidente Trump es un empleado de bona fide del club», escribió Randolph.
Alrededor del mismo tiempo, los abogados de Trump dijeron que un acuerdo de uso de 1993 para Mar-a-Lago no decía si el dueño de la propiedad no podía residir allí.
En la reunión del martes, Randolph pareció ponerse del lado de Marion, el abogado de Trump.
«Él supervisa la propiedad. Evalúa el rendimiento de los empleados; lo hace constantemente. Sugiere mejoras relacionadas con el funcionamiento del club. … Revisa las finanzas del club. Asiste a los eventos del club y da la bienvenida a los invitados», dijo, según NPR. «Da la bienvenida y agradece a todos los que asisten. Saluda a los socios y a sus invitados cuando los ve. Recomienda los eventos que se celebran en el club. Sugiere candidatos para ser miembros y firma la documentación relativa a esos miembros».
The Epoch Times se puso en contacto con el equipo de Trump para solicitarle comentarios.
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