En las culturas de distintas partes del mundo, incluida la cultura tradicional china, se ha admirado a las generaciones mayores por su integridad moral arraigada en su fe inquebrantable. Sin embargo, en la China actual, bajo el régimen comunista, se atacan esa virtudes, poniendo a los ancianos en riesgo de ser perseguidos.
El Partido Comunista Chino (PCCh), famoso por sus ideologías ateas originadas en el marxismo, no ha mostrado ninguna indulgencia a la hora de perseguir incluso a los ciudadanos de edad avanzada a causa de sus creencias espirituales.
Los vulnerables ancianos cristianos, budistas, uigures y seguidores de Falun Dafa son constantemente vigilados, acosados, detenidos, restringidos de su pensión, golpeados e incluso, a veces, torturados hasta la muerte.
La elaborada censura y vigilancia de Internet del PCCh dificulta la obtención de datos precisos sobre los continuos abusos genocidas y violaciones de los derechos humanos, pero los expertos y las investigaciones independientes han advertido que la situación es nefasta.
Persecución financiera
Debido a la pandemia del virus del PCCh, la economía mundial ha resultado gravemente afectada, incluida la de China. Mientras la gente común se enfrenta a las peores dificultades financieras, el régimen comunista se beneficia de la extorsión de dinero y subsidios a sus ciudadanos ancianos.
Durante años, no solo muchos jubilados han enfrentado una desenfrenada persecución por defender su fe, sino que también les han suspendido sus pensiones.
En abril de 2020, a una mujer cristiana pobre de la provincia de Henan le quitaron la ayuda para superar su pobreza. Los funcionarios incluso eliminaron todas las frases y símbolos religiosos de su casa, reportó Bitter Winter, una revista en Internet que reporta sobre la libertad religiosa y los derechos humanos en China. En otro incidente, los funcionarios de la ciudad de Yingtan, en Jiangxi, suprimieron la ayuda económica de una mujer cristiana inmovilizada porque realizaba «reuniones religiosas» en su casa.
El PCCh extorsionó por más de 1.12 millones de dólares a las familias de 401 practicantes de Falun Dafa solo en 2020, lo que supone un promedio de 2800 dólares por persona. Además, obligaron a al menos 161 practicantes jubilados a devolver la pensión que recibieron durante el tiempo que estuvieron encarcelados y perseguidos ilegalmente, según datos incompletos recopilados por Minghui.org, un sitio web con sede en Estados Unidos dedicado a informar sobre la persecución a Falun Dafa en China.
Más de 3020 practicantes de edad avanzada fueron sometidos a la persecución entre 2018 y 2020. Tan solo el año pasado, un total de 1334 practicantes mayores de 65 años fueron perseguidos. A pesar de su edad, los maltrataron física y mentalmente, y algunos incluso fueron perseguidos hasta morir, reportó Minghui.org. Falun Dafa es una antigua práctica de meditación espiritual que se basa en los valores universales de «Verdad, Benevolencia y Tolerancia». Se practica libremente en todo el mundo, pero el régimen comunista los persigue violentamente en China desde 1999.
En 2020, surgieron casos de suspensión de pensiones de creyentes espirituales de edad avanzada en toda China, desde la provincia nororiental de Liaoning hasta la sudoccidental de Sichuan. Y no hay señales de que se haya detenido en 2021. Los datos registrados en Minghui.org muestran que desde diciembre de 2020 hasta enero de 2021, se han suspendido las pensiones de otros 27 practicantes por defender sus creencias.
Bitter Winter reportó que en septiembre de 2019, un lugar de reunión católica en el condado de Poyang, en Jiangxi, recibió «la orden de cesar las actividades religiosas». Los funcionarios locales amenazaron con que a los ancianos miembros de la congregación les revocarían sus pensiones de jubilación si se celebraba cualquier otra reunión. Los funcionarios retiraron la cruz de la iglesia y un cuadro de la Virgen María y exhibieron retratos de Xi Jinping y Mao Zedong.
En un incidente ocurrido en 2017, cuatro cristianos que viven su fe en casa de más de 70 años fueron llevados por la fuerza a la comisaría local de la provincia de Sichuan y detenidos hasta las 8 de la tarde. A uno de ellos, que también fue detenido en 2010, le advirtieron que «si seguía creyendo en Dios, le cancelarían las ayudas de alimentación y los beneficios para veteranos», reportó la revista.
Desesperado por la seguridad y el bienestar de su esposa postrada en cama, en caso de que los funcionarios comunistas lo detuvieran de nuevo y le cancelaran el subsidio, el anciano intentó suicidarse; más tarde lo reanimaron en el hospital.
Acoso y vigilancia constante
Los ancianos creyentes de todas las religiones se ven obligados a vivir bajo el temor constante de ser acosados por la policía y las autoridades chinas.
En julio de 2020, retiraron por la fuerza las cruces de muchas sedes de las iglesias de los Tres Santos aprobadas por el Estado en el condado de Lanling. Uno de los funcionarios del pueblo dijo a los espectadores que «se debían retirar las cruces de todas las iglesias porque el cristianismo no pertenece a China», reportó Bitter Winter.
En marzo de 2019, una iglesia católica en la ciudad de Nanyang, provincia de Henan, considerada «ilegal» por el PCCh, fue allanada por siete funcionarios comunistas locales, dijo la revista en otro reporte.
Los funcionarios causaron muchos daños, incluso rompieron mesas, sillas y el podio de la Iglesia, además saquearon la residencia del sacerdote. También destrozaron más de 400 biblias, altavoces y objetos de valor. Al ser testigo de los destrozos causados en la iglesia, un hombre de unos 70 años, que era el responsable, recriminó a los funcionarios del PCCh por «actuar de forma tan brutal», según el reporte.
Enojado por su reacción, uno de los funcionarios levantó el puño para atacar al anciano. Sin embargo, cuando un espectador comentó: «Dios está observando lo que hacen los humanos, y no se debe tolerar la maldad del PCCh», detuvo al funcionario.
En otro incidente, en 2017, un anciano cristiano de 70 años, con problemas de audición y que padece diabetes y tuberculosis, fue detenido por la policía y golpeado en todo el cuerpo, mientras tenía atados los pies a una cama. Cuando sus familiares preguntaron, los funcionarios del PCCh «solo alegaron que se había opuesto al Partido», según el reporte de Bitter Winter.
En otro caso, los funcionarios comunistas recurrieron a la mentira y a la manipulación de las normas para detener a un practicante de Falun Dafa de 80 años.
Según el derecho penal chino, las personas mayores de 75 años son más flexibles. La edad de 75 años marca la pauta. Sin embargo, según el reporte de The Epoch Times, el régimen chino detuvo a Chen Guifen, de 80 años, alterando su fecha de nacimiento, alegando que tenía cinco años menos.
Guifen fue detenida ilegalmente mientras estaba distribuyendo folletos informativos para crear conciencia sobre la actual persecución a Falun Dafa. Wu Shaoping, antiguo abogado de derechos humanos en Shanghai, dijo que las autoridades cambiaron a propósito su edad para poder imponerle un castigo más severo.
«Manipular la fecha de nacimiento de las personas en sí mismo es una violación de la ley», dijo. «Especialmente, teniendo en cuenta que su objetivo es meter en la cárcel a personas inocentes».
Perseguidos hasta la muerte
Además de la detención ilegal y la extorsión financiera, el régimen chino no ha dudado en torturar hasta la muerte a ancianos creyentes espirituales.
El 19 de septiembre de 2014, Zhang Peibi, una mujer cristiana de 82 años de la ciudad de Tai’an, en el distrito de Wanzhou, Chongqing, fue llevada a la fuerza a asistir a una clase de educación ideológica y política en la escuela primaria de la ciudad para hacer una «conversión de fe», según otro reporte de Bitter Winter.
Después de la noche de adoctrinamiento y de privarla de sueño, y sin comida, la anciana se desmayó por la tarde cuando regresó a casa. Su hijo la llevó a un hospital, pero a pesar de los esfuerzos y el dinero gastado, falleció el 22 de septiembre, tan solo tres días después del intenso adoctrinamiento.
Un practicante de Falun Dafa de 77 años, Li Shaochen, de Tianjin, fue detenido el 7 de diciembre de 2016 y condenado a 4 años y medio de prisión en la cárcel de Binhai por el tribunal del distrito de Hongqiao en octubre de 2017, según un reporte de Minghui.
Desde mayo de 2019, la prisión en la que Li fue condenado ha estado llevando a cabo una campaña para obligar a los seguidores de Falun Dafa a renunciar a su fe. Para torturar a estos adeptos se utilizan diferentes formas de tortura física, así como no permitirles dormir ni comer. Como consecuencia de los abusos sufridos en prisión, Li perdió la vida en marzo de 2020.
Un oficial militar retirado de 92 años, Fu Yishuan, fue sometido a dos décadas de persecución y falleció en septiembre de 2020. Fu, de la ciudad de Nanjing, en la provincia de Jiangsu, observó una espectacular mejora de su salud después de empezar la práctica espiritual de Falun Dafa. Sin embargo, tras el inicio de la persecución a la práctica en 1999, la policía acosó a Fu constantemente y le lavó el cerebro. La presión mental fue tan insoportable que una vez Fu se desmayó y tuvo que ser reanimado en el hospital.
Debido a la persecución, Fu no pudo seguir viviendo en un apartamento asignado para los militares, así que se trasladó a vivir con su familia para esconderse de la policía. Nunca pudo regresar a casa y murió, reportó Minghui.org.
Con información de Arshdeep Sarao y Dorothy Li.
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