El artista chino Qin Wei es un apasionado del arte y la filosofía. Durante sus años como estudiante de la prestigiosa Academia Central de Arte Aplicada (actualmente conocida como la Academia de Artes y Diseño de Tsinghua) se despertaba todos los días a las 3 a.m. para leer libros sobre antiguas obras maestras y sus creadores.
Posteriormente, comenzó a enseñar arte en una escuela secundaria local y durante las vacaciones de verano se dedicaba a crear sus propias obras.
Con el tiempo, se hizo reconocido y sus muestras fueron exhibidas en Alemania.
En un momento crucial de su vida, Qin conoció la práctica espiritual Falun Dafa, también conocida como Falun Gong. Leyó el libro principal de las enseñanzas llamado Zhuan Falun, y sintió que finalmente comprendió el verdadero significado de la vida.
Cuando el régimen chino comenzó su persecución a los practicantes de Falun Dafa en China, Qin desesperadamente quería contarle a la gente la verdad sobre esta disciplina de la Escuela Buda, dado que las autoridades estatales habían difundido propaganda de odio a lo largo de sus medios de comunicación para poner a la opinión pública en contra de esta fe.
Como resultado de sus esfuerzos fue arrestado, enviado a un campo de trabajo forzado y encarcelado varias veces en la última década.
Según Minghui.org, un sitio web que registra la persecución a Falun Dafa en China, Qin sufrió todo tipo de torturas mientras estuvo encarcelado. Fue golpeado con bastones eléctricos de alto voltaje hasta que apenas podía respirar. Y en un punto hasta fue forzado a pasar 30 días sin dormir, con la policía gritándole fuertemente cada vez que dormitaba.
Como consecuencia de la persecución, Qin perdió su trabajo y comenzó a ganarse la vida como instructor privado de dibujo. Incluso a pesar de que no tenía mucho, Qin cobraba poco por sus clases para que las personas pudieran pagarlas.
En 2016, luego de darle a un transeúnte una copia de “Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista Chino (PCCh)“, un galardonado editorial de La Gran Época que expone los crímenes del PCCh, Qin, que ahora tiene alrededor de 55 años de edad, fue nuevamente arrestado y sentenciado en diciembre de 2016 a 2 años y medio de prisión.
Actualmente está detenido en la prisión Qianjin en la ciudad de Tianjin. Su madre de 84 años de edad está preocupada por su bienestar.
Según los reportes de Minghui, cuando recientemente algunos abogados intentaron visitar a Qin para presentar una apelación a su condena, la prisión le denegó sus derechos de visita.
El 2 de noviembre de 2016, la familia de Qin lo visitó la prisión con dos abogados que había contratado. El personal penitenciario que los recibió les dijo que Qin se rehusaba a renunciar a su fe y comenzó a realizar llamadas telefónicas haciéndolos esperar.
Después de largo tiempo llegó un oficial, y de forma amenazante preguntó a la familia y a los abogados cuál era su opinión sobre Falun Dafa. Luego les dijo que dado que Qin no había solicitado apelación, la familia no podría verlo.
No obstante, la familia comentó que cuando lo habían visitado en octubre, Qin expresamente preguntó sobre cómo apelar su condena. Los familiares le comentaron que ya habían contratado abogados y le pidieron que memorizara sus nombres. En ese momento, Qin les dijo que había intentando escribir una carta de apelación, pero que se había encontrado con la desaprobación del personal de la prisión.
Los abogados presentaron una queja en el departamento judicial, dado que según las propias leyes del PCCh, los abogados tienen permitido visitar a los prisioneros que representan.
Finalmente después de muchas trabas, Qin y su familia lograron presentar una apelación; pero la primera corte intermedia de Beijing se la negó el 11 de julio de 2017.
Ye Feng contribuyó a este reportaje.
Abogado galardonado defiende prisioneros de conciencia y un régimen brutal lo tortura en prisión
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