Nota del editor: La Gran Época publica una serie de artículos que exponen el uso de la tortura por parte del régimen chino contra grupos a los que persigue, así como el sufrimiento y el daño que causa a quienes la sufren.
En diciembre de 2005, el abogado de derechos humanos Gao Zhisheng publicó su tercera carta abierta a altos funcionarios chinos pidiendo el fin de la campaña de persecución hacia los practicantes de Falun Dafa (también llamado Falun Gong) iniciada por el Partido Comunista Chino en 1999. Viajó a distintas provincias para investigar los abusos contra los practicantes al ser detenidos e incorporó partes de sus testimonios en la carta abierta.
“Nuestra investigación demostró que el sistema de reeducación a través del trabajo, en su privación ilegal de libertad, ha sido abusivo más allá de lo imaginable”, escribió Gao.
A continuación se presentan fragmentos de los testimonios de cuatro practicantes incluidos en la carta abierta, titulada “Debemos detener inmediatamente la brutalidad que asfixia la conciencia y la moral de nuestra nación”. Los extractos son solo una pequeña muestra de la cruel tortura que estos cuatro practicantes sufrieron en sus repetidas detenciones.
Tortura sexual con cepillo para baño (Chang Xuexa, de Dalian)
“El enjambre de reclusas me golpeó y pateó por todos los lados. Me desmayé. Me tiraron al suelo y me pisaron con fuerza en la cara y el brazo para ver si estaba fingiendo. Cuando me desperté, no podía mover mi brazo izquierdo, porque mi codo estaba dislocado”.
“Todavía me negaba a renunciar a Falun Dafa. Me desnudaron, y varias presas empezaron a pellizcarme los pechos, a arrancarme el vello púbico y a punzarme la vagina. Utilizaron un cepillo que generalmente limpiaba el tanque de agua. Luego pusieron una palangana debajo de la parte inferior de mi cuerpo para ver si estaba sangrando. Como no salía sangre, las reclusas lo cambiaron por un cepillo más grande y me lo metieron reiteradamente en la vagina”.
“Lo que había sufrido en el campo no era lo más brutal. Otra practicante llamada Wang Lijun fue torturada tres veces en una pequeña jaula metálica. Las reclusas hicieron muchos nudos en una cuerda gruesa y la tiraron de un lado a otro en un movimiento tipo sierra a través de su vagina. Toda la parte inferior de su cuerpo se hinchó. Luego la jefa de policía ordenó a las reclusas que clavaran la vagina hinchada con el extremo astillado de un palo de escoba roto. Esta tortura causó que la vagina de la Sra. Wang sangrara abundantemente. Su abdomen y vagina estaban tan hinchados que no podía subirse los pantalones, sentarse ni orinar. Dos meses después de la tortura sexual, la Sra. Wang todavía no podía sentarse erguida. Sus piernas también estaban incapacitadas. También fui testigo de cómo estas reclusas aplicaron la misma tortura a una virgen. La jefa de policía también puso bichos venenosos en los cuerpos de las mujeres practicantes”.
Vagina destrozada con vara de hierro (Liu Shuqin, de Changchun)
“Debido a que no me quedaba nada de piel sana en el cuerpo [debido a los muchos días de tortura], los policías empezaron a electrocutar mis partes íntimas con bastones eléctricos y a agujerearlas. Después usaron una barra de hierro para destrozar mis partes íntimas. Me desmayé”.
“Media hora después salieron a ver si aún estaba viva. No sabía cuánto tiempo pasó antes de que llegara la mañana. Yo estaba al borde de la muerte. Me llevaron al departamento de policía de la ciudad de Changchun. Había muchas celdas pequeñas, cada una con un banco de tigre. En cada banco de tigre había mujeres practicantes de [Falun] Dafa. La mayoría de ellas se habían desmayado, con la parte inferior de sus cuerpos desnuda o con solo una tela cubriendo el cuerpo”.
Humillación incesante y abuso sexual (Wang Yuhuan, de Dalian)
“Nosotras, las mujeres practicantes, estuvimos todas desnudas y atadas con las extremidades separadas en una tablón durante más de 26 días. Sufrimos incesantes humillaciones y abusos sexuales por parte de policías, médicos y reclusos”.
“Me esposaron las manos en la espalda y me pusieron una bolsa de tela en la cabeza. Utilizaron una cuerda para apretar la bolsa a mi cuello de modo que no pudiera ver nada y apenas pudiera respirar. Luego me ataron con cuerdas y me metieron en el baúl del auto de la policía. Condujeron hasta una montaña donde torturaban brutalmente a los practicantes de Falun Dafa a su antojo. Muchos compañeros practicantes fueron torturados hasta la muerte en este lugar. El Sr. Liu Haibo fue despojado de toda su ropa y obligado a arrodillarse. La policía empujó el bastón eléctrico más largo que pudo encontrar en el trasero de Liu y aplicó descargas eléctricas en sus órganos. Murió inmediatamente”.
“El Sr. Liu Yi, médico del Hospital del Distrito de Luyuan, tenía unos treinta años cuando fue torturado hasta la muerte en este agujero del diablo. Veintitrés practicantes fueron torturados hasta la muerte allí. Yo conocía a muchos de ellos. La policía simplemente enterró sus cuerpos en un agujero. Xiang Min, una bella practicante de Falun Dafa, fue traída de vuelta después de una ronda de torturas. Me dijo que la policía la acosó sexualmente al tocarle el trasero mientras le daba descargas eléctricas. Cerca de treinta practicantes fueron torturados hasta la muerte en esa ronda de arrestos”.
Tortura sexual con bastón eléctrico (Wei Chun, de Changchun)
“No me dejaron dormir durante cinco días y cinco noches. Mis manos estaban esposadas detrás de mi espalda todo el tiempo. Me pusieron cigarrillos encendidos en la nariz y en la boca. Mi boca estaba llena de cigarrillos. Una vez, un policía me golpeó la cabeza con un garrote de hierro”.
“El 4 de junio, el Sr. Liu Yonglai, el Sr. Qu Fei, el Sr. Huang Wenzhong y yo fuimos llevados al cuarto piso. Quitaron toda la ropa de Liu Yonglai y la mía y nos esposaron juntos cara a cara. Usaron seis bastones eléctricos entre ambos y nos dieron descargas en la cabeza, la espalda, los muslos, los genitales, a ambos lados del pecho y el cuello”.
“Las descargas eléctricas continuaron durante una hora y luego nos separaron. A Liu lo esposaron con las manos en la espalda y lo hicieron arrastrarse sobre la hierba. Le pusieron dos sillas en la espalda y dijeron a dos criminales que se sentaran en las sillas. Luego, otros seis criminales usaron seis bastones eléctricos completamente cargados y le aplicaron descargas repetidas en la espalda, los glúteos, el cuello, las pantorrillas, las plantas de los pies y los genitales al mismo tiempo. Incluso le estiraron el pene para darle una descarga aparte”.
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¿Sabías?
Desde el 20 de julio de 1999 el comunismo chino lucha por eliminar 100 millones de personas
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