Esta es la historia de una vietnamita de 74 años llamada Van que descubrió la verdadera felicidad durante sus años más avanzados. Tuvo una vida en la que sólo se la pasaba preocupada y resentida, pero encontró la esperanza en el lugar más inesperado.
Soy de la ciudad Thai Nguyen en Vietnam. Al crecer, ni siquiera conocí a mis padres. Provengo de una familia de 6 y, como hermanos, nos separamos y vivimos vidas apartadas.
Un repentino golpe a nuestro hogar
Desde el comienzo, la vida ha sido amable y generosa conmigo. Florecí a una edad muy temprana y tuve una adultez tranquila. Me casé con un hombre cariñoso y di a luz a dos hermosos hijos, un niño y una niña. Estábamos en medio de una inmensa felicidad y paz. Desafortunadamente, la penuria se desató en 1993 cuando descubrí que mi esposo había tomado prestada una enorme suma de dinero y la había perdido en apuestas. Mi corazón dio un vuelco con esta noticia.
Mi marido era introvertido, y apenas compartía lo que tenía en mente. Yo era capaz de manejar y cuidar a mi familia de manera independiente sin su apoyo, pero en esta ocasión, cuando una deuda tan grande me derrumbó, quedé bastante indefensa. Estaba avergonzada y traumada por lo que había hecho. Era consciente de que no podía darle la espalda en un momento tan crucial. Así que vendí mi casa para pagar la deuda, y eventualmente nos mudamos a otro lugar. Estaba destrozada, pero decidí darle una oportunidad y seguir adelante en lugar de culparlo por esta miseria.
Trabajé tan duro que mi pobre cuerpo se vio afectado
Mi marido se fue al sur para ganar más dinero. Tuve que criar a mis dos hijos yo sola, y por lo tanto tenía una tonelada de responsabilidades que me agobiaban. Durante este período trabajé tan duro que mi espalda se encorvó y no podía pararme derecha. Mi trabajo agotaba toda mi energía, el cansancio y el vacío me perseguían.
Lo siguiente que encontré fue que las enfermedades me atacaron en mi momento más crítico y se alimentaron de mi vulnerabilidad. Empecé a sufrir de dolor crónico, osteoartritis, hernia discal, ciática, faringitis crónica y disfunción intestinal.
Después de jubilarme, decidí abrir una pequeña tienda de comestibles, pero me costó mucho tener éxito. Estando enferma todo el tiempo, me había hecho amiga de los hospitales de mi área y los visitaba con frecuencia. Como nada me ayudó comencé a buscar enfoques alternativos e intenté con la acupuntura de un médico famoso también, pero no parecía tener ningún efecto y mi condición sólo empeoró durante un período de tiempo. Me sentía como si las enfermedades y yo tuviéramos un vínculo inquebrantable que me obligaba a ser su esclava. Finalmente, agoté todos mis ahorros en tratamientos médicos.
El descubrimiento de un camino espiritual que conduce a la verdadera felicidad
En octubre del 2013, me encontré con un grupo de personas mientras volvía a casa. Les oí hablar de una práctica espiritual llamada Falun Dafa. No sé qué fue lo que me atrajo de esta práctica, pero rompió el campo de enfermedad que llevé durante años. Decidí probarla por un tiempo y fue una de las mejores decisiones que he tomado.
De repente, la puerta de la tristeza y la miseria se cerraron para siempre y en su lugar la felicidad y el éxito me dieron la bienvenida. Fue la primera vez en 71 años que entendí la fuente de mi dolor y la raíz de mis penas.
Encorvada 90° grados debido a mi joroba y con tanto dolor en mis articulaciones, mi apariencia lucía incómoda y horrible. El primer día que asistí a los ejercicios de Falun Dafa, pensé que nunca podría cruzar las piernas como los demás. Pero con el tiempo mis articulaciones comenzaron a relajarse y se volvieron más flexibles y a los seis meses pude cruzar mis piernas para meditar. Mis piernas volvieron a su forma normal y me despedí para siempre de mi mala postura.
Los milagros sucedieron uno tras otro, finalmente pude dormir tranquilamente y despertarme por la mañana sintiéndome fresca, a diferencia de como me sentía en el pasado. Mi cuerpo empezó a experimentar cambios, ya no padezco de faringitis crónica y disfunción intestinal.
A través de la lectura del libro Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa, he sido capaz de comprender gradualmente y dejar ir mi resentimiento hacia mi marido. Lo más importante es que ahora he encontrado la clave de la felicidad y ya no me quejo de la pobreza.
Al ser testigos de los milagros que me habían dejado estupefacta, mi hija y mi hermana también empezaron a practicar Falun Dafa. Esto realmente nos ha ayudado a crear un ambiente armonioso. Ahora no discutimos ni nos echamos la culpa como antes, sino que mantenemos la calma y la paciencia entre nosotros.
De hecho, la meditación entrelazada con la paz y la armonía constituye una alegría que la mayoría de la gente no experimenta.
Deja las adicciones y la mafia a través de disciplina espiritual
Nota del editor: Este artículo está basado en una historia publicada en DKN.tv
Falun Dafa (también conocido como Falun Gong) es un sistema de meditación para el mejoramiento personal basado en los principios universales de Verdad, Compasión y Tolerancia. Fue presentado al público por el Sr. Li Hongzhi en 1992 en China. Actualmente lo practican más de 100 millones de personas en 114 países. Pero este sistema de meditación pacífica está siendo brutalmente perseguido en China desde 1999. Para más información, por favor visite: falundafa.org y faluninfo.net.
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