Este día del padre no olvidemos a los padres encarcelados ilegalmente en las oscuras prisiones de China

Por Jocelyn Neo
20 de junio de 2020 9:56 PM Actualizado: 20 de junio de 2020 9:56 PM

El Día del Padre, una vez más, no será tan feliz para algunos como para otros. Mientras que las familias de Estados Unidos y de muchas partes del mundo están ocupadas planeando celebraciones especiales para sus padres, hay muchos hogares desconsolados preocupados por sus queridos padres que están encarcelados en las oscuras prisiones de la China comunista, ya sea por su fe o por defender los derechos humanos.

Aquí están algunas de estas historias de vida que conmueven el alma, que se enlistarán para siempre en los capítulos más oscuros de la historia de la humanidad.

«He sido testigo de gran parte del lado oscuro de China»

Durante los últimos 21 años, a Amy Minghui Yu se le ha robado el calor de un ambiente familiar después de que sus padres fueran arrestados por el Partido Comunista Chino (PCCh) por practicar Falun Gong, una antigua disciplina de autocultivación basada en los principios de verdad, benevolencia y tolerancia.

Falun Gong, o Falun Dafa, se introdujo por primera vez en China en 1992 y fue ilegalmente prohibido en 1999 por el régimen comunista cuando el número de personas que lo practicaban alcanzó por lo menos 70 millones, más que los miembros del PCCh. La brutal persecución que lleva 21 años ha dejado a numerosos practicantes arrestados, detenidos y sometidos a torturas despiadadas hasta el punto de sustraer sus órganos para obtener beneficios económicos para el PCCh; la familia de Amy es solo uno de esos innumerables hogares destrozados.

Amy Yu posó para una foto con su tarjeta postal en la Exposición Internacional «El Arte de Zhen Shan Ren» en York, Londres, en junio de 2013. (Minghui)

«Mi familia ha sido destrozada… He sido testigo de gran parte del lado oscuro de China», dijo Amy a The Epoch Times en una entrevista anterior.

El padre de Amy, Zonghai Yu, un pintor de la Biblioteca de la ciudad de Mudanjiang, fue arrestado por primera vez en 1999 y sentenciado a un año de trabajos forzados. Después de su liberación, fue arrestado de nuevo en 2001 por colgar pancartas que proclamaban «¡Falun Dafa es bueno!». Esta vez, el padre de Amy fue sentenciado a 15 años y sufrió una tortura inimaginable, que lo dejó lisiado y con una laceración permanente del conducto lagrimal.

Él relató la horrible tortura en un informe auto-escrito publicado en Minghui.org, un sitio web de EE.UU. que da seguimiento a la persecución de Falun Gong en China.

«Cuando lo visité, su pierna había sido quebrada», dijo Amy en 2013 mientras recordaba una visita a la prisión. «Mi papá me dijo que su pecho fue golpeado duramente con bastones eléctricos, y que le resultaba difícil respirar. «Antes tenía un corazón muy sano, pero ahora tiene un grave problema de corazón. Su cabeza fue golpeada con algo pesado y  con frecuencia se siente mareado», dijo Amy.

Un dibujo hecho por Yu Zhonghai que representa la «tortura de ahogamiento» que sufrió en la prisión de Mudanjiang, China, en noviembre de 2010. (Minghui)

Preocupada por la salud de su padre, Amy decidió hacer una campaña para su liberación después de llegar a Reino Unido para estudiar diseño de moda en una universidad de Cambridge. También creó tarjetas postales con la dirección preimpresa que muestran la foto de su padre,¿ tomada por un miembro de la familia durante una visita a la prisión, y las distribuyó a la gente, pidiendo que las postales fueran enviadas a la prisión Mudanjiang, donde su padre estaba detenido.

El padre de Amy fue puesto en libertad en 2016. Su madre, Wang Meihong, que fue condenada a 11 años de prisión en 2003, fue liberada dos años antes.

Foto del padre de Amy Yu, Yu Zonghai, tomada por un miembro de la familia durante una visita a la prisión. (Cortesía de Amy Yu)

«Me preocupo cada día si lo volveré a ver o no»

Paul Li emigró de China a Canadá con su madre cuando tenía 13 años. Su padre, Xiaobao Li, que ahora tiene casi 65 años, fue alcalde del condado y un exitoso hombre de negocios. Paul volvió a China en 2009 aspirando ver a su padre que en ese momento estaba encarcelado desde 2005 por escribir artículos para denunciar la persecución de Falun Gong, y lo estuvo por ocho años hasta el año 2012.

Sin embargo, el precioso tiempo que Paul vivió con su padre no duró mucho; apenas dos años después de su liberación, su padre fue arrestado y sentenciado a ocho años en 2015 por negarse a renunciar a su fe. Desde el arresto, Paul ha estado tratando de asegurar la liberación de su padre, hablando en mítines y conferencias de prensa. Paul contrató a dos abogados en China para defender a su padre en 2015, pero dijo que su padre no tuvo un juicio justo.

«El abogado de mi padre estaba seguro de que el veredicto ya se había dado antes del juicio, y éste era simplemente un juicio de exhibición», dijo Paul en una entrevista anterior.

Durante el juicio, el padre de Paul dijo: «Aunque me den una sentencia de muerte, estoy decidido en mi fe y [en] aclarar la verdad de Falun Gong».

El practicante de Falun Gong Paul Li sostiene una foto de su padre, Xiaobo Li, en una conferencia de prensa en Ottawa el 26 de agosto de 2016. (Pam McLennan/The Epoch Times)

Paul le dijo a Minghui.org en 2019 que su padre sigue preso en el Centro de Detención de Longquanyi, y que debido a la persecución y la tortura, perdió la vista de su ojo izquierdo.

«Su coraje moral es una inspiración para mí, pero me preocupo cada día si lo volveré a ver o no», dijo Li, que ahora vive en Toronto.

«He intentado hacer cualquier cosa que pueda ayudar a mi padre»

El 2 de febrero de 2013, Jewher Ilham debía acompañar a su padre, Ilham Tohti, un profesor de economía uigur, a la Universidad de Indiana durante un mes, ya que había sido invitado como profesor visitante. Sin embargo, terminó tomando un vuelo sola desde Beijing a Estados Unidos cuando las autoridades chinas impidieron que su padre saliera. Ese fatídico día en el aeropuerto se convirtió en la última vez que vio a su padre.

El padre de Jewher fue arrestado y luego sentenciado a cadena perpetua por incitar al separatismo, un cargo que ella dijo era infundado.

Jewher Ilham, hija de Ilham Tohti, profesor de economía uigur, sostiene un retrato de su padre durante la ceremonia de entrega del premio Sakharov de derechos humanos del Parlamento Europeo de 2019 en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Francia oriental, el 18 de diciembre de 2019. (FREDERICK FLORIN/AFP vía Getty Images)

«Él nunca había mencionado una palabra sobre la separación del país», dijo Jewher a China Uncensored.

Desde 2017, tres años después de la sentencia, Jewher estaba cada vez más preocupada por su padre, sobre todo cuando se supo que el régimen chino había establecido campos de reeducación de Xinjiang y que su familia en China había perdido el contacto con su padre ese mismo año. Para buscar la liberación de su padre, la joven hija se embarcó entonces en un camino para abogar por él.

«He intentando hacer cualquier cosa que pueda ayudar a mi padre y a mi comunidad. No sé si está ayudando, no sé si algo podría ayudar. Solo no quiero arrepentirme», dijo.

Jewher también se reunió con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca en julio de 2019, junto con otros sobrevivientes de la persecución religiosa, y habló en la Asamblea General de la ONU. En diciembre de 2019, aceptó el Premio Sakharov 2019 del Parlamento Europeo en nombre de su padre por la defensa de los derechos humanos.

«Sueño que algún día… podamos estar juntos de nuevo»

Eric Jia, un joven refugiado chino, tenía una familia feliz que se disolvió el día que su padre fue arrestado; tenía solo 3 años en ese momento.

El padre de Eric, Ye Jia, también fue arrestado por practicar Falun Gong. Al igual que su padre, los parientes cercanos de Eric, entre los que se encuentran su abuela y sus tías, también habían sido arrestados varias veces por la misma razón y habían sido sometidos a diferentes formas de tortura durante su encarcelamiento.

Por ejemplo, en abril de 2013, cuando el padre de Eric fue detenido con una condena de ocho años, los guardias lo torturaron vertiéndole un líquido acre en la nariz mientras lo colgaban boca abajo; los guardias se negaron a permitirle buscar tratamiento cuando vomitó sangre meses después, según informó Minghui.org.

Eric Jia con su madre, Li Liu, en un mitin en Martin Place, Sydney, Australia, el 20 de julio de 2015. (He Wei/The Epoch Times)

El padre de Eric fue arrestado por última vez en septiembre de 2017 y puesto en libertad tres meses después, luego de que en noviembre de 2017 la senadora por Victoria de lo Verdes Australianos, Janet Rice, enviara una carta al alcalde de Xi’an en China, instándole a liberar a Ye Jia «de forma inmediata e incondicional».

La historia de Eric refleja la de muchos otros practicantes de Falun Gong en el extranjero cuyas familias siguen siendo perseguidas por el PCCh en China continental. Eric huyó a Australia con su madre en 2012 y ha estado concientizando sobre la persecución.

«No hay nada malo en tener fe en Falun Dafa. El PCCh utilizó todo tipo de medios para hacernos renunciar a nuestras creencias», dijo Eric a una multitud que se había reunido en Martin Place en Sydney en 2018 para conmemorar las vidas perdidas en manos del PCCh.

«Sueño que algún día ellos puedan ser libres y que podamos estar juntos de nuevo», dijo Eric.

«Mi padre cree que este es el mensaje de Dios, y yo creo en mi padre»

Han pasado más de 1000 días desde que el perseguido abogado de derechos humanos Gao Zhisheng desapareció el 12 de agosto de 2017. Gao ha sido nominado tres veces para el Premio Nobel de la Paz.

Un cristiano devoto, Gao ha sido arrestado y encarcelado repetidamente desde 2006 por representar a miembros de grupos minoritarios perseguidos como iglesias familiares cristianas y practicantes de Falun Gong. Cuando estaba en prisión, Gao fue sometido a brutales torturas por parte de la policía: fue electrocutado con bastones eléctricos, sus dientes fueron arrancados, e incluso le clavaron palillos en los genitales.

Geng He, esposa del desaparecido abogado chino de derechos humanos Gao Zhisheng, participa en una conferencia de prensa organizada por el representante estadounidense Chris Smith (R-N.J.) para hablar de los registros de derechos humanos chinos en la víspera de la llegada del líder chino Hu a la Casa Blanca el 18 de enero, en el Capitolio de Washington. (TIM SLOAN/AFP via Getty Images)

Su esposa, Geng He, y sus dos hijos, que se habían enfrentado a un acoso constante de la policía, escaparon a Estados Unidos en 2009 con la ayuda de grupos religiosos clandestinos. Residiendo en un país libre desde la última década, la familia de Gao nunca ha dejado de hablar y de preocuparse por su paradero.

Su hija, Grace Geng, cree que el libro de su padre, cuyo título en chino se traduce como «Año 2017: Levántate China», tiene un mensaje inquebrantable para el mundo de que el Partido Comunista Chino pronto se derrumbará.

«Mi padre cree que este es el mensaje de Dios, y yo creo en mi padre», dijo Grace durante la ceremonia de lanzamiento del libro en Hong Kong el 16 de junio de 2016.

Grace Geng, la hija de Gao Zisheng, sostiene una copia del nuevo libro de Gao en la ceremonia de lanzamiento del libro en Hong Kong el 16 de junio de 2016. (Stone Poon/The Epoch Times)

Grace recientemente tuiteó un video de la reunión familiar de Wang Quanzhang, otro abogado chino de derechos humanos. Wang fue liberado después de cumplir una sentencia de 4 años y medio por cargos de «subversión del poder del estado».

En el tuit, Grace escribió que espera el día en que su madre pueda tener a su marido a su lado y su hermano menor pueda tener a su padre dándole sugerencias a la hora de tomar decisiones en la vida, y que ella misma tenga una familia que no se separe.

No hay esperanza de reencuentro

Mientras que las cinco familias mencionadas esperan ansiosamente el día del reencuentro con sus padres, ese día nunca llegará para una chica de 19 años, cuyo padre ha sido perseguido hasta la muerte.

«En mi memoria, la mayor parte de mi infancia transcurrió entre el miedo y el horror», dijo Xu Xinyang en un foro celebrado el 4 de diciembre de 2018 en el Capitolio para exponer la deteriorada situación de los derechos humanos en China.

Xu Xinyang (D), cuyo padre (en la foto) murió como resultado de la tortura que sufrió en China por su creencia en Falun Gong, habla en el foro «Deterioro de los Derechos Humanos y el Movimiento Tuidang en China», junto a su madre, Chi Lihua, en el Congreso en Washington el 4 de diciembre de 2018. (Samira Bouaou/The Epoch Times)

Los padres de Xinyang, ambos practicantes de Falun Gong, habían sido arrestados por el régimen chino por imprimir materiales para exponer la persecución de su fe, incluso antes que ella naciera. Su padre fue condenado a ocho años de prisión y falleció 13 días después de ser liberado. Debido a la brutalidad de la persecución, Xinyang nunca vio a su padre hasta que tuvo 7 años, dijo ante la audiencia en el foro.

«Él quería abrazarme, pero yo estaba asustada y me escondí detrás de mi madre. Me negué a dejar que me abrazara porque nunca tuve la oportunidad de conocerlo», dijo. «Esto se convirtió en mi arrepentimiento de por vida».

Incluso después que su padre fuera perseguido hasta la muerte, Xinyang y su madre no se salvaron. El día de su cumpleaños, la policía arrestó al director y algunos de los maestros de su escuela, todos ellos practicantes de Falun Gong. Xinyang era buscada por la policía.

Afortunadamente, Xinyang logró huir a Tailandia con su madre cuando tenía 12 años y llegó a Estados Unidos en 2017.

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