Cuando se publicó la primera información sobre la sustracción forzada de órganos en China en marzo de 2006, un médico militar de alto rango se puso en contacto con La Gran Época y expuso algunos detalles impactantes sobre cómo se estaba llevando a cabo la práctica de extracción, y sobre quiénes la aplicaban.
El médico veterano, que quiso permanecer en el anonimato por razones de seguridad pero dijo que trabajaba en el Departamento de Logística General del Comando Militar de Shenyang, explicó que la sustracción de órganos está organizada por los militares y que las víctimas son delincuentes convictos y practicantes de Falun Dafa detenidos por sus creencias.
“El ejército actúa como el sistema de gestión de trasplantes de órganos”, dijo. “Hay una enorme fuente de órganos vivos, y muchos hospitales militares reportan sus trasplantes a sus autoridades supervisoras. Al mismo tiempo, también realizan trasplantes de órganos a gran escala en privado. De hecho, el número de trasplantes de órganos no oficiales y clandestinos en China es varias veces mayor que las cifras oficiales”.
El médico dijo que conocía al menos 36 “centros de detención secretos” –que él denominó campos de concentración–, algunos de los cuales albergaban un impactante número de practicantes de Falun Dafa.
“El campo de concentración en el área de Jiutai, provincia de Jilin, es el quinto campo más grande de China donde se encarcela a practicantes de Falun Gong. Solo este campo retiene a más de 14.000 practicantes de Falun Gong”, dijo.
“Según la información a la que tengo acceso, el mayor campo de concentración también se encuentra en la provincia de Jilin. Este campo de concentración, cuyo nombre en clave es 672-S, encarcela a más de 120.000 personas. Un gran número de practicantes de Falun Dafa, delincuentes y prisioneros políticos de toda China están allí, pero no sé su dirección”.
“Debemos prestar atención a muchas de las instalaciones militares. Esos son los verdaderos campos de concentración”, añadió.
Falun Dafa, también llamado Falun Gong, es una disciplina espiritual tradicional basada en los principios universales de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. Cientos de miles de sus practicantes terminaron en el enorme sistema carcelario de China después de que el régimen comunista lanzara una campaña nacional de persecución contra la disciplina en 1999. En ese momento, se estimaba que había entre 70 y 100 millones de practicantes.
Nombres de donantes falsos
El médico dijo que en el momento en que los practicantes de Falun Dafa fueron sacados de las prisiones, los campos de trabajos forzados, los centros de detención y los campos secretos para la sustracción de sus órganos, su nombre real sería reemplazado por un código correspondiente al nombre de un donante voluntario falso.
“También había una firma en el formulario de donación voluntaria de órganos, pero por supuesto estaba firmada por otra persona. He visto más de 60.000 formularios falsos. Básicamente, dice que la persona dona voluntariamente el órgano y asume todas las consecuencias. Muchas firmas eran de la misma persona”, dijo.
“Estos materiales se conservan durante 18 meses y después son destruidos. Se mantienen a nivel provincial de los comandos militares y solo se puede acceder a ellos con la aprobación del comisionado de la Comisión Militar Central”.
A la víctima se le dice que la someterán a un examen físico. El examen es seguido de anestesia local y luego se extrae el órgano u órganos del cuerpo vivo.
Los practicantes de Falun Dafa detenidos en instalaciones militares podrían ser trasladados a gran escala a otro lugar de manera muy eficiente, señaló.
“He sido testigo de un tren de carga especialmente despachado que transportaba a más de 7000 personas en un solo viaje desde Tianjin a la zona de Jilin. Funcionaba de noche, custodiado por el ejército chino. Todos en el tren estaban esposados a pasamanos especialmente diseñados en la parte superior del techo, como pollos asados”.
«Se convirtieron en mercancía»
El médico dijo que llegado el momento de extraer los órganos, la víctima “ya no es vista como un ser humano, sino como un animal. Los [médicos] que han realizado uno o dos casos pueden tener miedo, pero después de decenas de miles de trasplantes de vivos y de destruir los cuerpos, uno se vuelve insensible”.
No solo se venden los órganos a precios altos, sino también los cuerpos. Dijo que después de 1992, cuando el costo de las materias primas industriales aumentó como resultado del rápido desarrollo industrial, los cuerpos humanos fueron oficialmente considerados como una materia prima valiosa.
“Los seres humanos vivos, así como los cadáveres, se han convertido en materias primas industriales”, dijo.
“Los cuerpos se venden a precios elevados a muchos tipos diferentes de fábricas estatales como materia prima para diferentes productos a través de muchos canales diferentes. Casi todos los grandes crematorios de China están involucrados en este tipo de negocios clandestinos”.
Dijo que el Comité Central del Partido Comunista Chino define a los practicantes de Falun Dafa como “enemigos de clase”, lo que significa que pueden ser manejados de cualquier manera económicamente beneficiosa sin tener que informar a las autoridades superiores.
“En otras palabras, al igual que los delincuentes de delitos graves en China, los practicantes de Falun Gong ya no son considerados como seres humanos sino como materias primas para productos comerciales. Se han convertido en mercancía”.
Añadió que el auge de la industria de trasplantes en China la convirtió en “el centro del comercio internacional de órganos vivos”.
“China ha representado más del 85 por ciento del número total de trasplantes de órganos vivos en el mundo desde el año 2000. Según los datos reportados a la Comisión Militar Central, algunas personas han sido promovidas y se convirtieron en generales debido a sus ‘logros’ en este campo”.
El médico se disculpó por no poder explicar más detalles. Dijo que toda la operación es clasificada, y una vez que algo se convierte en información clasificada en el ejército, es imposible obtener más información. Además, la divulgación de dicha información es extremadamente peligrosa.
“El personal responsable del control militar tiene la autoridad para arrestar, detener o ejecutar a cualquier médico, policía, policía armada e investigadores que filtren información”, dijo.
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