WASHINGTON – Estas son las historias de tres practicantes de Falun Dafa que lograron sobrevivir a una brutal persecución y escapar de China:
“Vi a mi padre por primera vez cuando tenía 7 años, ya que fue sentenciado a 8 años antes de que yo naciera por producir materiales de Falun Dafa”.
“Perdí a mi madre, padre y hermana durante la persecución de Falun Dafa. Soy la única persona que sobrevive en toda nuestra familia”.
“Fui detenido más de 20 veces y torturado severamente durante los últimos 19 años”.
El 4 de diciembre los tres practicantes contaron sus historias en un foro en el Capitolio para señalar el grave deterioro de la situación de los derechos humanos en China, justo antes del Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, que marca el 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
«El arrepentimiento de mi vida»
Xu Xinyang, de diecisiete años, creció durante la persecución a la disciplina espiritual Falun Dafa, que comenzó en 1999, antes de que ella naciera. “En mi memoria, la mayor parte de mi infancia la pasé con miedo y horror”, afirmó.
Falun Dafa, también conocido como Falun Gong, es una disciplina espiritual basada en los principios de Verdad, Benevolencia y Tolerancia. En julio de 1999, el entonces cabecilla del Partido Comunista Chino, Jiang Zemin, ordenó una campaña para erradicar Falun Dafa. Jiang le temía a la popularidad de la disciplina y al atractivo que sus enseñanzas morales tradicionales ejercían en el pueblo chino.
En febrero de 2001, ambos padres fueron arrestados por imprimir materiales que exponían la persecución de Falun Dafa.
En ese momento, su madre estaba embarazada de Xu y fue eximida de ir a prisión. Pero fue arrestada nuevamente cuando tenía cuatro meses de embarazo y fue torturada casi hasta la muerte. Mientras tanto, su padre fue sentenciado a ocho años de prisión.
“Mi padre fue transferido dentro de cuatro prisiones y seguía siendo hostigado porque no había abandonado sus creencias. En mi memoria, vi a mi padre por primera vez en prisión cuando tenía siete años”, contó Xu a los participantes en el foro.
“Él quería abrazarme, pero yo estaba asustada y me escondí detrás de mi madre. Me negué a que me abrazara porque nunca tuve la oportunidad de conocerlo. Esto se convirtió en el arrepentimiento de mi vida”.
Xu no pudo continuar en este punto, y los presentes entre el público empezaron a llorar.
Su padre murió s0lo 13 días después de ser liberado, cuando regresó a su casa después de cumplir la condena de ocho años. En ese momento, Xu tenía solo 8 años y todavía no se atrevía a acercarse a su padre, ya que él seguía siendo un “desconocido” para ella.
En un período de 100 días, el tío, el abuelo y la abuela de Xu fallecieron, ya sea directamente a causa de la persecución o porque no pudieron soportar el dolor de perder a sus familiares.
Xu, de ocho años, no solo perdió a cuatro familiares, sino también su derecho a asistir a la escuela.
“Me obligaron a trasladarme a tres escuelas diferentes cuando estaba en tercer grado de la escuela primaria”, remarcó.
Encontró algo de paz y felicidad en su cuarta escuela, ya que el director y la mayoría de los maestros de esta escuela eran practicantes de Falun Dafa. Su maestra incluso le prometió que le daría un regalo en su cumpleaños.
Pero no recibió su regalo, ya que todos los maestros fueron arrestados el día de su cumpleaños.
Ella logró escapar con algunos compañeros de clase.
Sin embargo, muchos estudiantes no tuvieron tanta suerte y fueron llevados por la policía.
Un niño fue interrogado durante mucho tiempo y no se le permitió dormir durante cuatro noches seguidas. La policía trató de sacarle información con respecto a con quién se habían contactado los maestros, y así sucesivamente.
El niño estaba tan aterrorizado que sufrió un colapso y murió poco después de ser liberado en su casa.
Después de eso, Xu también era buscada por la policía. No tenía escuela a la que ir y tuvo que vagar por el país con su madre.
Las dos finalmente escaparon a Tailandia cuando Xu tenía 12 años. Después de haber sido reconocidas como refugiadas por la ONU, pudieron llegar a Estados Unidos el año pasado.
La única sobreviviente
Yang Chunhua, de la provincia de Liaoning en China, tuvo en un momento una familia feliz: sus padres, su hermana y ella misma. Todos, excepto su padre, practicaban Falun Dafa.
En enero de 2001, su madre, Dong Baoxin, fue detenida en el Centro de Reeducación de Liaoning. Dong sufrió todo tipo de tortura allí, y murió en octubre de 2004.
Su hermana, Yang Chunling, fue detenida por primera vez en abril de 2002 y nuevamente en 2005. Después de sufrir graves torturas en el infame campo de trabajo forzado de Masanjia durante dos años y cinco meses, y luego en la Prisión de Mujeres de la provincia de Liaoning durante siete años, murió en 2014.
Debido a estos golpes, el padre de Yang también falleció, dejando sola a Yang.
Más de 20 arrestos en 19 años
Liu Xitong, un conocido artista de caligrafía en China, fue detenido y perseguido más de 20 veces, incluyendo tres años en campos de trabajo forzado y cuatro años en prisión.
Mientras estaba en prisión, los guardias alentaban a los delincuentes a torturarlo.
“Me quitaron la ropa, me pelaron la piel de la espalda con un pelador y me rociaron la espalda con agua salada”, declaró Liu. “El dolor era tan insoportable que preferiría morir. También me rociaron el pene con una solución de pimienta picante, me pincharon los dedos de las manos y de los pies con agujas, quemaron mi piel con cigarrillos, quemaron mi cuerpo con fuego y me pusieron aceite de menta en los ojos. Los prisioneros me obligaron a tragar un líquido venenoso; luego me desmayé”.
La esposa de Liu quedó discapacitada después de haber sido torturada en prisión durante un año. Sus dos hijas fueron arrestadas de forma arbitraria cuatro veces, y su madre murió mientras él estaba en prisión.
Liu logró llegar a Estados Unidos en junio de este año.
Qué es Falun Dafa y por qué se propagó por todo el mundo
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