Nota del editor: La Gran Época está publicando una serie de artículos que exponen el uso de la tortura por parte del régimen chino contra grupos a los que persigue, y el sufrimiento y el daño que causan a quienes la sufren.
A pesar de que la tortura está oficialmente prohibida en China, se la utiliza de forma amplia y sistemática en todo el vasto sistema penitenciario del país, dicen las organizaciones de derechos humanos. Una gran parte de la brutalidad es la tortura sexual, que se sabe que es especialmente eficaz para humillar a las víctimas y quebrar su voluntad.
Según la ONG Sociedad Internacional para los Derechos Humanos, las víctimas son abusadas sexualmente por la policía o por los guardias de las prisiones, o desnudadas y arrojadas a celdas con hombres encarcelados. Los guardias dejan en claro a los reclusos que pueden abusar de las mujeres sin temor a ser castigados.
«La perversión de algunos de los integrantes de estas instituciones de seguridad chinas no tiene límites, según supervivientes de la tortura», dice la organización en su sitio web.
Amnistía Internacional informa que la tortura sexual se ha utilizado durante años contra prisioneros políticos musulmanes uigures en la región de Xinjiang, en el noroeste de China.
«Algunos han sido torturados con métodos particularmente crueles que, según sabe Amnistía Internacional, no se utilizan en ningún otro lugar de China. Esto incluye la inserción de pelo de caballo en el pene, o un alambre especial con pequeñas púas que se doblan cuando se inserta pero se extienden cuando se saca».
Amnistía también reportó que mujeres tibetanas han sido torturadas sexualmente, incluido un grupo de monjas que fueron desnudadas, golpeadas brutalmente y agredidas sexualmente con porras eléctricas, todo ello mientras los prisioneros varones miraban.
El uso de la tortura sexual en las prisioneras de conciencia de Falun Dafa es especialmente desenfrenado. Según Minghui.org, han habido miles de casos de tortura sexual entre los prisioneros de conciencia de Falun Dafa, tanto hombres como mujeres. Minghui documenta la campaña de persecución lanzada por el Partido Comunista Chino contra los practicantes de Falun Dafa en 1999.
El conocido abogado de derechos humanos Gao Zhisheng, que viajó a varias provincias chinas a mediados de la década de 2000 para investigar los abusos contra los practicantes mientras estaban detenidos, dijo que casi todos los prisioneros que practicaban Falun Dafa, tanto hombres como mujeres, habían sido torturados sexualmente.
El propio Gao fue torturado implacablemente y sometido a violencia sexual después de haber sido detenido por exponer la grave situación de los practicantes de Falun Dafa, incluida la perforación de sus genitales con palillos de dientes.
Minghui informa que las violaciones sexuales se utilizan de manera consistente y sistemática como medio para humillar y traumatizar a las prisioneras de conciencia de Falun Dafa. En un caso infame en el famoso Campo de Trabajos Forzados de Masanjia, los guardias pusieron a 18 mujeres practicantes en las celdas de los hombres e incentivaron a los hombres a violarlas, lo que condujo a la muerte, discapacidad o inestabilidad mental de las víctimas.
En abril de 2016, Yin Liping, una practicante de Falun Dafa que fue rescatada desde China a Estados Unidos, relató en una Comisión Ejecutiva del Congreso su experiencia de haber sido torturada en China hasta el borde de la muerte en varias ocasiones mientras estaba encarcelada en Masanjia.
También fue sometida a torturas sexuales. Yin dijo en la audiencia que un día ella y otras ocho practicantes de Falun Dafa fueron llevadas a una aparente cárcel negra para ser violadas por los reclusos. Estaba encerrada en una habitación con cuatro hombres que la golpearon hasta que se desmayó y luego la violaron en grupo. Cuando recobró la conciencia se dio cuenta de que la agresión había sido grabada en vídeo, lo que se sumó a su angustia y humillación.
Según el sitio web Status of Chinese People, en China se utilizan al menos 100 métodos de tortura diferentes contra los prisioneros de conciencia de Falun Dafa. Estos incluyen violación, abuso sexual, aplicar descargas eléctricas en los genitales, violación con objetos extraños (incluyendo cepillos de inodoro y bastones), meter pimientos picantes dentro de la vagina, pellizcar y jalar los pezones de hombres y mujeres hasta el punto de arrancarlos, patear los genitales, administrar por la fuerza drogas que causan el cese de la menstruación, el aborto forzado, y más.
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