La Gran Época se enorgullece de republicar “Una perversa persecución sin precedentes: Un genocidio contra lo bueno de la humanidad” (eds. Dr. Torsten Trey y Theresa Chu. 2016. Clear Insight Publishing). El libro ayuda a entender la sustracción forzada de órganos en China al explicar la raíz de esta atrocidad: el genocidio cometido por el régimen chino contra los practicantes de Falun Dafa, también conocido como Falun Gong.
Abraham Lincoln dijo: “Deja que la gente sepa la verdad y el país estará a salvo”. El régimen comunista chino, sin embargo, no solo controla estrictamente todos los medios de comunicación en China continental, aplastando la libertad de expresión y la información de los hechos, sino que su mano negra de represión se ha extendido incluso a las sociedades libres. Sin libertad, no se puede decir la verdad, la conciencia y la humanidad no existirán y el mal será desenfrenado. De hecho, la falta de libertad es la mayor desgracia de cualquier sociedad.
Empecemos con un ejemplo de Taiwán:
Los medios de comunicación libres se convierten en el portavoz de la propaganda
En agosto de 2010, los abogados taiwaneses de los practicantes de Falun Dafa presentaron cargos penales sin precedentes contra Huang Huahua, un exgobernador de la provincia de Guangdong, que tenía previsto encabezar una delegación en materia de adquisiciones a Taiwán. Los cargos presentados ante la Oficina del Fiscal Superior de Taiwán incluían el crimen de genocidio y la violación de dos tratados de las Naciones Unidas: el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que Taiwán aprobó en 2009. Los abogados pidieron que se investigara su papel en la persecución a los practicantes de Falun Dafa y que fuera arrestado mientras se encontraba en Taiwán. Guangdong es una de las provincias de China donde la persecución a Falun Dafa es más severa. El grado de crueldad es impactante; una encuesta reciente confirmó 75 muertes y numerosas lesiones como resultado de la tortura. Desde que Huang asumió el cargo de Secretario del Partido en Guangzhou, ciudad de Guangdong, estuvo directamente involucrado en el mando, la conspiración y la organización de la persecución. Un ejemplo de ello es que un practicante taiwanés de Falun Dafa fue detenido mientras visitaba a su familia en China continental.
Taiwán siempre afirmó ser una nación “fundada en los derechos humanos”. Sin embargo, tres de los cuatro principales periódicos de Taiwán no cubrieron los cargos presentados contra Huang y todas las principales cadenas de televisión comerciales tampoco informaron al respecto.
De hecho, no es raro que los medios de comunicación de Taiwán e incluso las sociedades occidentales fallen en informar sobre la brutal persecución a Falun Dafa. Algunos incluso se convirtieron en portavoces del Partido Comunista Chino (PCCh) al difundir las mentiras del Partido.
¿Por qué los medios de comunicación no informan sobre los hechos de Falun Dafa? ¿Por qué la prensa ya no es libre en una sociedad libre? ¿Qué medios ha empleado la China Roja para obligar a los medios de comunicación en una sociedad libre a sucumbir a su poder? ¿Qué impacto tiene esto en la sociedad? Primero analicemos la cuestión del control de los medios de comunicación por parte del PCCh en una sociedad libre.
Supresión de la prensa libre: Cuatro métodos empleados por el PCCh para controlar a la prensa en el extranjero
1. Adquirir la propiedad y convertir a los medios de comunicación en su portavoz
Want Want Media Group de Taiwán es un buen ejemplo. En 2008, el China Times –uno de los periódicos más populares de Taiwán– estaba decayendo rápidamente debido a la feroz competencia, el rápido desarrollo de Internet y su propia mala gestión. Tsai Eng Meng, un magnate taiwanés radicado en China continental, compró la empresa a un precio (inesperadamente) alto. Tsai era originalmente un hombre de negocios cuyo conglomerado empresarial, Want Want, abarca snacks, bebidas, bienes raíces, seguros, servicios financieros, administración, hospitales, hoteles, etc. Más del 90 por ciento de sus ganancias provienen del mercado chino continental (Legislatura, 2011). La revista Forbes lo catalogó recientemente como el hombre más rico de Taiwán y uno de los más ricos de China continental. Sin embargo, según un documento de la revista The Economist publicado en abril de 2013, Want Want fue catalogada como una de las mayores empresas financiadas por subvenciones del régimen chino. Según la revista británica, las subvenciones que Want Want recibió del PCCh ascendieron al 11,3% de las ganancias netas de la empresa en 2011. Podemos ver la estrecha relación entre el apoyo del PCCh y el éxito de Want Want Media Group.
Un informe especial publicado en la edición de febrero de 2009 de la revista World Magazine de Taiwan citó un diálogo de una publicación interna de Want Want: “Reportando al Director, hemos comprado China Times”. Según este artículo, Tsai gastó 20.400 millones de dólares taiwaneses (unos 70 millones de dólares) en la adquisición de China Times Corporations (incluidos periódicos, un canal de noticias por cable y un canal de televisión inalámbrico). Informó de ello al director de la Oficina China-Taiwán (Wang Yi) un mes después de la transición. Tsai también dijo que el grupo de medios de comunicación ha seguido muy bien sus “órdenes de nivel superior” de propagar la prosperidad de la Patria (es decir, China continental). Entonces Wang Yi contestó: “Si usted tiene alguna necesidad en el futuro, nuestra oficina ciertamente hará todo lo posible para apoyarlo”. (Lin Xingfei, 2009)
El diálogo anterior muestra que Want Want, como corporación subvencionada por China, ha pagado un alto precio por hacerse cargo del medio de comunicación no solo con fines comerciales, sino también con fines políticos para servir tanto a los intereses del régimen como a los de la empresa. El ámbito académico se refiere a esta relación como un medio de comunicación “lacayo”. De hecho, esto ocurrió no solo en Taiwán, sino también en Hong Kong y otros países. En los últimos años, las propiedades o las acciones de los medios de comunicación chinos en el extranjero también fueron adquiridas gradualmente por estos empresarios lacayos. En las sociedades libres y democráticas, los medios de comunicación hacen hincapié en la objetividad y la neutralidad, a informar sobre los hechos, servir al interés público y desempeñar el papel de “cuarto poder”. Sin embargo, estos medios lacayos, aunque no están directamente bajo el control del PCCh, también actúan como portavoces para servir a los intereses políticos del PCCh e informan únicamente sobre “la prosperidad de la Patria”.
2. Controlar la producción de noticias, dirigir el curso del equipo de noticias, los editoriales y el contenido
La segunda fase consiste en controlar los editoriales y el personal. En febrero de 2012, Andrew Higgins, el famoso ganador del premio estadounidense Pulitzer, entrevistó a Tsai del Want Want Group. Reveló que Want Want Media no solo realizó cambios importantes en su personal, sino que también controlaba su contenido editorial con el fin de complacer al PCCh. Higgins reveló además las similitudes entre la postura de Tsai y la del PCCh sobre los temas de la masacre del 4 de junio y la democracia de China. Por ejemplo, Tsai dijo: “Me di cuenta de que no podría haber muerto realmente mucha gente… [China] es muy democrática en muchos lugares… le guste o no, la unificación va a ocurrir tarde o temprano”. Tsai dijo que la razón para despedir a la editora en jefe del China Times fue que ella “me lastimó al ofender a la gente, no solo a los [de China] continental. En muchas cosas, la gente se ofendió”. Tsai añadió: Los periodistas son libres de criticar, pero “necesitan pensar cuidadosamente antes de escribir”(1).
Muchos intelectuales taiwaneses estaban muy enfadados. Lanzaron oleadas de protestas, criticando sus comentarios contra los hechos conocidos sobre la masacre de Tiananmen en las sociedades libres. También cuestionaron al grupo Want Want Group por purgar a los disidentes, controlar al personal y abusar de la libertad de prensa. También despedido por el grupo Want Want Media, el editor de la página de opinión de China Times hizo un comentario sincero en una conferencia de prensa sobre que “no se le permitía tocar temas delicados como la Masacre del 4 de junio, Falun Gong, el Consenso de 1992, el Dalai Lama, etc.”. Bajo tal presión, los reporteros caen en la autocensura: “Una vez que tienen un policía interno en sus mentes, los editores esquivarán los temas delicados por sí mismos”. (Xu Peijun, 2012)
De hecho, los medios de comunicación lacayos no solo ignoran abiertamente los códigos periodísticos, sino que violan descaradamente las leyes. Al principio de este artículo, mencionamos que Huang Huahua encabezó una delegación de adquisiciones a Taiwán en 2010 y fue demandado por abogados de Falun Dafa. La mayoría de los principales medios de comunicación de Taiwán, incluyendo Want Want, eludieron esta demanda. En cambio, todos ellos dieron una extensa cobertura al “amor” de Huang por Taiwán, lo productivo y fructífero que había sido su viaje, el rápido desarrollo de la provincia de Guangdong, las oportunidades de oro para la inversión y el estrecho vínculo entre Taiwán y la “madre patria China”. No se prestó atención a las protestas de los empresarios taiwaneses en su contra o la grave contaminación ambiental de Guangdong, la corrupción y las violaciones de derechos humanos. Toda la cobertura resultó ser propaganda unilateral y publicidad. De hecho, cada “noticia positiva” fue un anuncio pagado. Una investigación llevada a cabo por la Junta de Auditoría e Inspección de Taiwán en noviembre de 2011 confirmó que más de un medio practicaba las colocación de noticias (es decir, “propaganda disfrazada de noticias”). Tales violaciones, argumentan los investigadores, socavan el profesionalismo periodístico, engañan a los lectores y amenazan la seguridad nacional.
El PCCh manipula los medios de comunicación de muchas maneras, incluyendo la adquisición de la propiedad, el control del personal, la restricción de la autonomía editorial y la censura de la cobertura de noticias, entre otros, lo que ha resultado en una corrupción total del periodismo. Las conciencias de los reporteros son reprimidas y distorsionadas y el contenido de las noticias se convierte en mera propaganda y mentiras. El caso de Want Want Group es solo la punta del iceberg.
3. Control de la publicidad y los beneficios, amenazas y silenciamiento de los medios de comunicación
Incluso si no se produjeran cambios en la estructura de propiedad, la PCCh aún utilizaría incentivos económicos, publicidad y beneficios de marketing para manipular a los medios de comunicación. De hecho, se convirtió en una práctica común. Por ejemplo, un presentador de un programa de televisión muy popular, conocido por su estilo directo y sus fuertes críticas contra China, fue reemplazado por la presión del PCCh. El Apple Daily de Hong Kong, conocido por su postura prodemocrática y anticomunista, experimentó una importante revocación de las publicidades de empresas que tienen relaciones comerciales con China, lo que resultó en una enorme pérdida de ingresos y una reducción del 20% en el número de páginas del periódico. Otro periódico de Hong Kong, am730, una publicación gratuita que tiene una postura relativamente suave pero que en una ocasión criticó al gobierno de Hong Kong instalado por el PCCh, también sufrió el bloqueo de fuentes publicitarias por parte de al menos tres bancos chinos, lo que fue un duro golpe para el periódico.
De hecho, la táctica del PCCh de retirar la publicidad de los medios de comunicación existe hace mucho tiempo, aunque se volvió más omnipresente, amenazando a todos los medios de comunicación que pretenden llegar a un público de habla china. Para sobrevivir, los reporteros tuvieron que ir en contra de su conciencia y silenciar su voz. Es realmente lamentable que los medios de comunicación en una sociedad libre ya no sean libres.
4. Ataques violentos para aumentar el miedo
Para aquellos medios de comunicación o críticos que no están controlados por las diversas tácticas del PCCh en sociedades libres, es evidente que cierta violencia aterradora contra los disidentes en China se extendió a los medios de comunicación extranjeros. El primer capítulo del Anuario de la Libertad de Hong Kong de 2014, “Ataques violentos contra periodistas ponen en peligro la libertad de prensa”, señala que los incidentes de ataques violentos contra periodistas en Hong Kong han aumentado drásticamente en los últimos dos años y que la gravedad de la violencia también se acentuó, apuntando no solo a los reporteros que critican abiertamente sino también a propietarios de agencias. El incidente más trágico de los últimos años fue el del ex editor en jefe del Ming Pao, Lau Chun-to (Liu Jintu), que fue brutalmente apuñalado a plena luz del día y sufrió graves heridas. El ataque llamó la atención internacional y docenas de organizaciones de derechos humanos emitieron declaraciones expresando su profunda preocupación y condena. Afirmaron que la violencia no solo afectó a los medios de comunicación, sino que pone en riesgo el Estado de derecho en Hong Kong y constituye una provocación contra la prensa de Hong Kong y la libertad de expresión en general.
Además, los incidentes de violencia contra los medios de comunicación de la oposición en Hong Kong han sido cada vez más frecuentes en los últimos años: un automóvil intruso chocó contra las puertas de la residencia de Lai Chi-ying (Li Zhiying), presidente de Next Media Ltd., uno de los grupos mediáticos más anticomunistas de Hong Kong; decenas de miles de ejemplares del periódico Apple Daily fueron incendiados maliciosamente en junio de 2013; Ming Pao recibió una vez un paquete de explosivos; las tiendas donde se vende Sing Tao Daily y Oriental Daily News fueron dañadas por delincuentes; los ejecutivos del Hong Kong Morning Media Group Limited fueron atacados físicamente en el centro de negocios de la ciudad; el presidente de la revista iSunAffairs.com fue atacado por dos enmascarados con palos de madera; el periódico La Gran Época, establecido por practicantes de Falun Dafa, ha estado bajo constantes ataques. Sin embargo, la gran mayoría de estos ataques violentos contra los medios de comunicación y sus trabajadores se mantienen irresueltos.
Además de estos despiadados ataques físicos, el PCCh habría creado un ejército cibernético de cientos de miles de personas para atacar los sitios web de grandes empresas y agencias gubernamentales, paralizar sitios web o robar inteligencia interna e información privada. Estos delitos de alta tecnología aumentaron en los últimos años. Por ejemplo, la noche anterior a un gran desfile por la democracia de Hong Kong y el derecho a votar, el sitio web de Next Media fue atacado en el denominado “nivel nacional”, con hasta cuarenta millones de visitas por segundo. Además, junto con el robo de datos internos, la piratería informática amenazó la seguridad de la información de individuos y organizaciones. Los sitios web de noticias creados por practicantes de Falun Dafa han estado bajo constante ataque durante mucho tiempo. En respuesta a la invasión cibernética y las amenazas de China, muchos países, entre ellos Estados Unidos, aumentaron su seguridad.
Conclusión: De reprimir noticias a perseguir los derechos humanos fundamentales
El PCCh, a través de la manipulación política, económica y editorial, por no hablar de la amenaza de violencia contra empleados de los medios de comunicación, ejerció un fuerte impacto en la mayoría de los medios de comunicación de las sociedades libres. Por ejemplo, el Informe Freedom House de 2014 clasificó a la libertad de prensa de Hong Kong en el lugar 74 entre 197 países, clasificada como un país “parcialmente libre”. En contraste, en 2002 Hong Kong ocupaba el puesto 18 y era conocido como uno de los países más libres de Asia. Desde que Hong Kong volvió al dominio chino en 1997, sometido a varias manipulaciones del PCCh a lo largo de los años, Hong Kong retrocedió tristemente de estar en el 18° lugar al 74°, ¡en doce años!
La libertad de prensa en Taiwán, igualmente influenciada por los crecientes “programas de intercambio entre China y Taiwán”, también disminuyó en cierta medida cada año. El Informe de Libertad de Prensa de 2014 publicado por Freedom House clasificó a Taiwán en el puesto 47, por delante de Hong Kong, y clasificó a Taiwán como un “país libre”. Sin embargo, en 2007 Taiwán estaba en el puesto 32, ¡y desde entonces disminuyó 15 lugares! El informe sugería que la mencionada adquisición de los medios de comunicación de Taiwán por un magnate taiwanés de China perjudicó significativamente la libertad de prensa en Taiwán.
El profesor Yu Ying-shih (Yu Yingshi), un reconocido historiador chino y miembro electo de la Academia Sinica de Taiwán, publicó una carta en 2012 en la que señalaba que “en Taiwán, varios políticos poderosos y empresarios ricos estaban decididos a complacer los deseos del PCCh por motivos de absoluto interés propio. Se han infiltrado en todos los rincones de Taiwán, y la adquisición de medios de comunicación públicos es solo una parte de ello”. Cuestionó abiertamente el impacto negativo del control del PCCh sobre la opinión pública mediante la compra y fusión de medios de comunicación de Taiwán entre 2012 y 2013.
A partir de los ejemplos citados en este artículo, se puede observar el control totalitario de la libertad y la conciencia por parte del PCCh tanto dentro de China como en el extranjero. Ha erosionado gravemente los valores fundamentales del periodismo en las sociedades libres, incluyendo la información veraz de los hechos, el control del poder y la protección del interés público. La gente depende de una cobertura informativa imparcial para obtener información sobre todos los aspectos de la vida, desde la seguridad y la salud personal hasta los derechos civiles y políticos. La gente toma decisiones dependiendo de la información verdadera y completa a través de conductos que fluyen libremente y las opiniones diversas. Esta libre circulación de la información es la base para el buen funcionamiento de una sociedad democrática, en la que el poder pueda ser supervisado, el abuso de poder pueda ser denunciado, los intereses de la población puedan ser salvaguardados y un sistema político sólido pueda arraigarse. La información veraz también es fundamental para mantener el orden y la paz de la comunidad internacional. En la actualidad, la comunidad internacional está denunciando al PCCh por una serie de delitos, incluyendo la manipulación de los tipos de cambio, la expansión de sus fuerzas armadas, la práctica de una diplomacia colonial explotadora, el saqueo de recursos minerales, las violaciones de los derechos de autor, la exportación de productos fabricados por mano de obra esclava, la saturación de los mercados mundiales con alimentos y juguetes tóxicos, etc.
Incontables niños murieron bajo los edificios escolares derrumbados durante el terremoto de Wenchuan de 2008 en la provincia de Sichuan como resultado de una construcción de mala calidad. Numerosos bebés sufrieron graves problemas de salud, mientras que muchos murieron después de consumir leches en polvo venenosas contaminadas intencionalmente para aumentar las ganancias. La tierra, el aire, el agua y las granjas de China están implacablemente contaminados, lo que afecta tanto a los productos nacionales como a los exportados. Muchos países han pagado un alto precio por las fechorías del PCCh, mientras que innumerables personas resultaron heridas e incluso perdieron la vida. Sin embargo, con el bloqueo de información y la propaganda halagadora del PCCh, no se pudieron abordar las medidas correctivas y la mayoría de los ciudadanos chinos ni siquiera son conscientes de los problemas.
El cruel abuso de poder de la China comunista ha llevado a la persecución de los practicantes de Falun Dafa, además de gente de diferentes creencias y credos y todo tipo de disidentes. Lo que es aún más despreciable es la pérdida de conciencia y de ética médica que resultó por la sustracción forzada de órganos, la venta de órganos con fines de lucro y la pronta cremación de cuerpos –muertos o vivos– para encubrir cualquier rastro de estos crímenes. Detrás de todo tipo de maldad y violencia está el abuso sistémico de poder, los funcionarios corruptos, la injusticia social y el control de los medios de comunicación del régimen autocrático. Los problemas son numerosos, pero los hechos están bloqueados para el acceso público. Como resultado, los padres son incapaces de proteger a sus hijos, los maestros son incapaces de proteger a los estudiantes, los ciudadanos son incapaces de salvaguardar el medio ambiente y no hay estabilidad social que permita la supervivencia y el bienestar de la próxima generación. El PCCh usa su portavoz –los medios de comunicación estatales– para alabar al Partido por ser “Grande, Glorioso y Justo” y lavarle el cerebro a su pueblo. Los que no tienen acceso a información externa se hacen eco de la propaganda del Partido y se convierten en cómplices de los que calumnian a los inocentes y violan los derechos humanos.
El problema más profundo del régimen totalitario del PCCh es la amenaza que supone para el bienestar individual, de modo que la protección y la satisfacción de las propias necesidades eclipsan las necesidades de los demás. Cuando la supervivencia está amenazada, la gente elige abandonar su conciencia y sucumbir al mal, algunos incluso voluntariamente se convierten en cómplices de la violencia. Uno de los temas principales en el Museo del Holocausto de Estados Unidos en Washington, DC es que los más cercanos a las víctimas a menudo se convierten en sus agresores: “Algunos [perpetradores] eran vecinos”. Bajo las mentiras y amenazas de la violencia, los buenos amigos, los buenos vecinos o los buenos compañeros de clase se convierten en cómplices de la persecución, transformándose de ángeles a demonios. Por lo tanto, no es solo la violación del periodismo profesional, sino también la distorsión más malvada de la naturaleza humana lo que estamos presenciando hoy con el control del PCCh sobre los medios de comunicación.
La cuestión de los derechos humanos de Falun Dafa es un buen ejemplo. Bajo las amenazas del PCCh, los medios de comunicación cooperan con la prensa oficial controlada por el PCCh o guardan silencio. Incluso cuando se encontraron con la mencionada acusación sin precedentes contra el gobernador de China, la mayoría de los grandes medios de comunicación optaron por permanecer en silencio. Y lo que es aún más lamentable es que algunos medios de comunicación describieron a un funcionario descaradamente corrupto como un “buen gobernador que se preocupa profundamente por el pueblo”. Se hace difícil para el público en general distinguir los hechos de las mentiras. Como resultado, pueden convertirse en los defensores del perseguidor. Los periodistas que deciden mentir no solo han traicionado su conciencia profesional, sino que también se han convertido en cómplices del perseguidor. Cuando no hay verdad y libertad, no se puede juzgar con conciencia. Por lo tanto, al controlar y suprimir las noticias, el régimen autoritario de China no solo está victimizando al grupo al que apunta, sino a todas las personas.
Aunque el llamado “factor China”, a través del intercambio de diversos intereses, ha erosionado los cimientos del periodismo y las sociedades democráticas, todavía hay algunas personas que tratan de conocer los hechos y luego entender la verdad. Debido a que estas personas valoran la libertad y mantienen la conciencia, se alzan para exponer y resistir la represión. Un ejemplo es el movimiento social contra la fusión y adquisición del grupo mediático China Times por Want Want Corporation. Más de diez mil personas, incluyendo profesores y estudiantes del ámbito académico, así como ONG y grupos comunitarios, unieron sus fuerzas. A través de Internet, formaron un movimiento trascendental a favor de la libertad de prensa, la diversidad y la reforma de los medios de comunicación. Cuando un gran número de ciudadanos protestaron espontáneamente en las calles, el gobierno de Taiwán finalmente se vio impulsado a prestar más atención a la regulación sobre la diversidad de los medios de comunicación y la revisión de las fusiones. Además de establecer condiciones estrictas que regulan la fusión por parte del CNC (Comité Nacional de Comunicaciones), el Yuan Legislativo también inició acciones de revisión de la ley antimonopolio de los medios de comunicación. Finalmente, bajo la presión de una tremenda oposición civil, el grupo de medios Want Want dio marcha atrás a las fusiones adicionales. Este es verdaderamente el poder de la bondad que ganó una victoria para las libertades civiles.
Los practicantes de Falun Dafa han sido uno de los grupos más activos del mundo en ayudar a la gente a ver más allá de la propaganda del PCCh. Durante más de 15 años, los practicantes dentro y fuera de China –por lo general en gran riesgo para sus vidas– han dedicado continuamente su tiempo, esfuerzo y recursos para revelar los hechos no solo de la persecución a Falun Dafa sino también de los diversos abusos cometidos por el PCCh. Al distribuir volantes que aclaran la verdad y otros materiales en la calle, visitar las oficinas del Congreso y del Senado, trabajar con los tribunales y hablar con los medios de comunicación, los practicantes de Falun Dafa permiten a la gente aprender los hechos y entender la verdad. A través de sus actividades para rescatar a los practicantes perseguidos en China y oponerse a la persecución ilegal e inmoral, los practicantes de Falun Dafa empoderan a las personas para que se vuelvan lo suficientemente valientes como para no solo dar un paso adelante para apoyar a Falun Dafa, sino también para que tomen la iniciativa de ayudar a poner fin a la persecución; y al hacerlo, se cambian a sí mismos y cambian el mundo.
El famoso reportero y comentarista político Walter Lippmann dijo una vez: “Sin hechos, no puede haber libertad”(2). Por mucho que los regímenes autoritarios intenten reprimir la libertad y la verdad, y por mucho que los medios de comunicación hayan sido controlados y amenazados, es muy sencillo luchar contra ese mal. Si cada uno de nosotros se esfuerza por entender la verdad a partir de los materiales distribuidos por los practicantes de Falun Dafa, entonces la verdad ya no estará bloqueada y el poder de los hechos y la rectitud se expandirá, entonces el mal y sus mentiras perderán sus raíces y colapsarán.
[1] Higgins, Andrew. Tycoon prods Taiwan closer to China. The Washington Post. (2012.01.21).
[2] Walter Lippmann, Liberty and News. 1920. https://archive.org/details/ libertyandnews01lippgoog
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