Un número récord de oficiales de policía del Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) han entregado sus placas, aumentando la preocupación de que los residentes de la ciudad más grande del país puedan ver cómo los ya altísimos índices de criminalidad se descontrolan aún más.
Un total de 2516 agentes han dimitido del departamento en 2023, según datos sobre pensiones policiales obtenidos por The Epoch Times. Es el cuarto mayor número de la última década y un 43% más que los 1750 que renunciaron a sus puestos en 2018. Además, los datos muestran que el número de policías que renuncian antes de cumplir los 20 años necesarios para recibir sus pensiones completas aumentó un 104 por ciento desde 2020.
El presidente de la Asociación Benévola de la Policía, Patrick Hendry, dijo a The Epoch Times en un comunicado que el reciente éxodo se suma a años de desgaste de oficiales, erosionando la capacidad de la fuerza policial más grande del país para proteger y servir a niveles peligrosos.
«Esto es realmente un desastre para todos los neoyorquinos que se preocupan por unas calles seguras. Los policías ya estamos al límite de nuestra capacidad, y estos recortes nos devolverán a niveles de personal que no hemos visto desde la epidemia de delincuencia de los años 80 y 90», ha declarado Hendry.
La ciudad también planea cancelar las próximas cinco clases de la Academia de Policía, reduciendo aún más la fuerza policial de Nueva York, dijeron fuentes a The Epoch Times.
El reciente aluvión de dimisiones ha tenido un efecto de bola de nieve: al haber menos oficiales disponibles, los que quedan tienen que hacer más horas extraordinarias obligatorias para prestar servicios básicos. A su vez, el aumento de la carga de trabajo ha llevado a un mayor número de agentes a abandonar el cuerpo, según el Sr. Hendry.
«Los oficiales de policía de la ciudad de Nueva York ya están trabajando cantidades inhumanas de horas extraordinarias forzadas», dijo el Sr. Hendry. «La carga de trabajo es uno de los principales factores que hacen que la gente abandone el trabajo».
«Si el NYPD va a sobrevivir a estas reducciones de personal, no puede limitarse a seguir exprimiendo a los policías durante más horas», añadió.
Los despidos se producen en medio de un repunte de la delincuencia en toda la ciudad. Cada vez son más los neoyorquinos, incluidos los policías, que sufren agresiones, palizas, puñaladas y puñetazos. Del 1 de enero al 31 de marzo, en toda la ciudad, 1251 policías en servicio y fuera de servicio resultaron heridos por personas que utilizaron la fuerza física contra ellos, en comparación con 949 en el primer trimestre de 2022, según las estadísticas de delincuencia del NYPD recientemente publicadas.
Los departamentos de todo el país se enfrentan a la escasez de personal. Muchos gobiernos estatales y locales han alcanzado niveles de crisis, ya que las fuerzas policiales siguen sufriendo una hemorragia de oficiales y, al mismo tiempo, no consiguen reclutar suficientes agentes nuevos para sustituir a los que dejan sus placas.
En agosto, la totalidad del Departamento de Policía de Goodhue, en Minnesota, dimitió por su salario de 22 dólares la hora. El mes pasado, decenas de alumnos de la Policía Estatal de Massachusetts abandonaron la academia a las pocas semanas de empezar, alegando falta de interés, según un informe.
El teniente Jon Provost, comandante Adjunto de la División de Formación, dijo a NBC Boston: «Una de las razones que nos salta a la vista para la 89ª, y es un número estadísticamente significativo, es que los candidatos que están renunciando y nos dicen que esta profesión simplemente no es algo que están interesados en hacer más».
Otros organismos de todo el país, como Seattle (Washington), Dallas y Portland (Oregón), han perdido cientos de agentes, lo que ha supuesto una carga adicional para el personal existente.
En general, los departamentos informaron casi un 50 por ciento más de renuncias en 2022 que en 2019, según el Foro de Investigación Ejecutiva de la Policía. El informe concluyó que, como resultado, las agencias policiales están reduciendo los estándares —incluidos los requisitos educativos y las restricciones de marihuana— en un intento por aumentar los solicitantes elegibles.
La moral de los oficiales también parece ser un factor determinante en la disminución de la demanda de empleo. Desde la muerte de George Floyd en 2020, el papel del sistema de justicia penal de Estados Unidos y los agentes de policía que sirven en primera línea han sido catapultados a la vanguardia de la conversación nacional. Durante ese tiempo, el trabajo de oficial de policía ha pasado de ser tradicionalmente elogiado a ser visto con desconfianza y animosidad, y muchos destacados líderes políticos y sociales han pedido abiertamente la desfinanciación y el desmantelamiento de las fuerzas del orden.
El excomisario de policía de Nueva York Bernard Kerik, que se incorporó a la policía de Nueva York en 1986 y ocupó el cargo de máximo responsable de la ciudad entre 2000 y 2001, declaró anteriormente a The Epoch Times que muchos oficiales ya no sienten que cuentan con el apoyo de sus funcionarios públicos.
«No les preocupa la seguridad, sino las próximas elecciones», afirmó Kerik.
El Sr. Hendry, cuyo sindicato representa a la policía de Nueva York, afirma que si no se encuentra una solución, y pronto, los ciudadanos corren el riesgo de ver cómo la situación de la delincuencia va de mal en peor».
«No podemos volver atrás», dijo el Sr. Hendry. «Necesitamos que todos los niveles de gobierno trabajen juntos para encontrar una manera de apoyar a los agentes de policía y proteger los treinta años de progreso en seguridad pública de la ciudad de Nueva York».
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