Más de uno de cada cinco votantes estadounidenses nunca se vacunarían contra COVID-19 aunque se les ofrezca gratuitamente, de acuerdo con una encuesta de CBS News (pdf) publicada el 6 de septiembre.
Solo el 21 por ciento de los votantes encuestados respondieron que ellos se aplicarían la vacuna gratuita lo antes posible. El porcentaje es el mismo de aquellos que dijeron que nunca lo harían. La mayoría de los encuestados (58 por ciento) dijeron que considerarían la vacuna pero que esperarían a ver cómo funcionaba en los demás.
Los votantes parecen estar cada vez más escépticos sobre la necesidad de una vacuna. En julio, el 32 por ciento había dicho que se vacunarían tan pronto como la vacuna estuviera disponible. La encuesta de CBS muestra un descenso del 11 por ciento en las personas que tenían la misma opinión a principios de septiembre.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sugirió el 7 de septiembre que la tercera fase del ensayo clínico de Moderna podría terminar antes de lo esperado. El presidente pareció referirse a la posibilidad de que los miembros independientes de la Junta de Monitoreo de Datos y Seguridad pudieran optar por acortar el ensayo si los resultados en un momento dado eran lo suficientemente buenos como para proceder a una aprobación.
En general dos de cada tres votantes dijeron que si la vacuna se anunciaba durante este año, ellos creerían que se habían «a grandes rasgos, apurado». Uno de cada tres dijo que vería eso como un «logro científico».
Los demócratas son más propensos de querer vacunarse lo antes posible, pero incluso su entusiasmo ha declinado. En julio, el 42 por ciento de los demócratas encuestados dijeron que se vacunarían de inmediato. En septiembre muchos menos eligieron esa opción, un 25 por ciento.
Los puntos de vista sobre el virus también estuvieron divididos entre los partidos en otras cuestiones. Los republicanos son más del doble (52 por ciento) propensos que los demócratas (23 por ciento) de ver el desarrollo de una vacuna como un logro científico.
La aprobación de una vacuna contra el COVID-19 antes de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, probablemente empujaría los mercados y sería vista como un logro para Trump. La campaña presidencial de Biden ha trabajado para presentar cualquier desarrollo de vacuna durante el gobierno de Trump como un resultado de la presión política. Biden pareció cambiar su postura el 7 de septiembre, diciendo a los periodistas que se aplicaría la vacuna para COVID-19 siempre y cuando fuera aprobada por los científicos.
La encuesta encontró que la confianza de los votantes estadounidenses en varias fuentes de información acerca del virus en general cayó. Los medios de comunicación nacionales, que gozaban de la confianza del 45 por ciento de los votantes sobre el virus en marzo, cayeron en septiembre a un 35 por ciento que decía confiaba en lo que escuchaban en los grandes medios.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) registraron una gran disminución entre los estadounidenses que los premiaban como fuente confiable de información sobre el virus. El 54 por ciento dijo que confiaba en los CDC en septiembre, frente al 86 por ciento en marzo.
La encuesta se basó en una muestra representativa de 2493 votantes registrados en todo el país.
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