Gobiernos y legisladores occidentales condenaron la redada policial efectuada en Hong Kong el 17 de junio contra el periódico a favor de la democracia Apple Daily, afirmando que demostraba que Beijing utilizaba una draconiana ley de seguridad nacional para reprimir a la disidencia y silenciar a la prensa libre en la ciudad.
Quinientos policías de Hong Kong registraron las computadoras y los cuadernos de los reporteros del diario. También detuvieron a cinco directivos del medio, entre ellos su editor jefe, acusados de colusión con fuerzas extranjeras para poner en peligro la seguridad nacional, según la controvertida ley.
Un funcionario de la policía de Hong Kong dijo que la acusación de colusión estaba relacionada con más de 30 artículos publicados por el periódico desde 2019 que buscaban que los países extranjeros impusieran sanciones a China o a Hong Kong. Esto marca la primera vez que las autoridades han citado artículos de medios de comunicación por potencialmente violar la ley de seguridad nacional.
El secretario de Seguridad de Hong Kong, John Lee, acusó a los ejecutivos de utilizar el periodismo como una «herramienta para poner en peligro» la seguridad nacional, al tiempo que advirtió a los «periodistas normales» que se mantuvieran alejados de los «criminales» de este periódico.
La redada y las detenciones son las más recientes de una larga serie de medidas represivas contra las voces disidentes, desde que la ley de seguridad nacional entró en vigor el pasado mes de julio. El antes floreciente campo prodemocrático de la ciudad se ha visto diezmado, ya que decenas de legisladores, manifestantes y figuras de los medios de comunicación han sido detenidos o condenados en virtud de la ley o de delitos similares.
La redada «demuestra aún más cómo se está utilizando la ley de seguridad nacional para reprimir la libertad de los medios de comunicación y la libertad de expresión en Hong Kong», declaró la portavoz de la UE, Nabila Massrali, en un comunicado.
«Es esencial que se protejan plenamente todos los derechos y libertades existentes de los residentes de Hong Kong, incluida la libertad de prensa y de publicación».
El ministro de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab, coincidió con esta postura y dijo que la redada tenía como objetivo silenciar la disidencia.
«La libertad de prensa es uno de los derechos que China prometió proteger en la Declaración Conjunta y debe ser respetado», dijo Raab en Twitter, en referencia a un acuerdo que garantizaba la autonomía de Hong Kong cuando Londres entregó su colonia a China en 1997.
El parlamentario británico David Alton, en un comunicado, describió la medida como un «vandalismo descarado y vergonzoso, acciones de cobardes que temen la palabra impresa y la mirada atenta de los medios de comunicación».
El senador estadounidense Rick Scott (R-Fla.), en un tuit, pidió al presidente Joe Biden y a las democracias que condenen «este repugnante ataque a la prensa libre» y hagan responsable al Partido Comunista Chino (PCCh). El senador Marco Rubio (R-Fla.), por su parte, pidió la liberación de los ejecutivos detenidos, así como la de Jimmy Lai, el fundador del periódico, que se encuentra actualmente en prisión a la espera de ser juzgado en otro proceso relacionado con la ley de seguridad nacional.
La Casa Blanca y el Departamento de Estado no respondieron inmediatamente a la solicitud de comentarios de The Epoch Times.
A principios de esta semana, las democracias más ricas del mundo reprendieron al régimen chino por sus abusos de derechos en Hong Kong durante la cumbre del Grupo de los Siete, mientras que la OTAN calificó el comportamiento de Beijing como un «desafío sistémico» al orden internacional.
En respuesta a la represión de Beijing en Hong Kong, Estados Unidos ha impuesto sanciones a más de 20 funcionarios del PCCh y de Hong Kong.
Con información de Reuters.
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