Agencias de EE.UU. estudian discretamente reportes sobre daños neurológicos tras vacunación

Por Zachary Stieber
20 de Febrero de 2022 2:14 PM Actualizado: 20 de Febrero de 2022 2:14 PM

Dos agencias de EE. UU. han estado estudiando discretamente los problemas neurológicos que aparecieron en personas que se vacunaron contra COVID-19, descubrió The Epoch Times.

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) han estado realizando proyectos de investigación por separado sobre problemas neurológicos desarrollados tras la aplicación de vacunas, entre los cuales se incluyen síntomas como parálisis facial y confusión mental, que en algunos casos han sido vinculados con las vacunas, según emails revisados por The Epoch Times.

Uno de los científicos que está tratando de entender el problema es la Dra. Janet Woodcock, quien fuera comisionada interina de la FDA hasta el 17 de febrero.

Woodcock, ahora subdirectora principal de la FDA, ha estado evaluando personalmente los efectos neurológicos secundarios de las vacunas contra COVID-19 desde al menos el 13 de septiembre de 2021, según los emails, mucho de los cuales no habían sido reportados anteriormente. Epidemiólogos de la FDA también están recabando datos para analizar los casos, de acuerdo con mensajes del Dr. Peter Marks, otro alto funcionario de la FDA.

Por otro lado, un equipo del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de los NIH (NINDS) comenzó a atender pacientes que reportaron daños por vacunas para un estudio de principios de 2021, tras recibir quejas poco después de que las vacunas estuvieron disponibles. Una porción de los pacientes fueron examinados en persona en la sede de Bethesda, Maryland.

Ninguno de los análisis o estudios parecen haber sido anunciados, y funcionarios de la salud han dicho poco sobre ellos públicamente, a pesar de que cada vez más expertos reconocen que al menos algunos de los problemas están probablemente relacionados con las vacunas.

FDA

Woodcock ya sabía de los reportes sobre problemas tras la vacunación el 16 de abril de 2021, de acuerdo con los emails.

Woodcock dijo que lamentaba los problemas que estaban sufriendo esas personas y que estaba tratando de encontrar la forma de examinar lo que estaba pasando. Más tarde reveló que estaba trabajando en una evaluación de los “efectos neurológicos secundarios de las vacunas contra COVID-19”, de acuerdo con un email del 16 de septiembre de 2021 al que tuvo acceso The Epoch Times.

Cuando personas diagnosticadas con daños por las vacunas la presionaron, Woodcock insistió con que aún estaba trabajando en el proyecto.

“Estoy esperando una información de epidemiólogos que espero obtener mañana”, escribió el 16 de noviembre de 2021. “Estamos teniendo dificultades para identificar esos eventos relacionados con el sistema nervioso que nos han expuesto. He pedido búsquedas específicas de los reportes que obtenemos tanto de aquí como fuera de EE. UU. (ya que estas vacunas han sido utilizadas en muchos países) además de ensayos, donde  la supervisión de los participantes es mayor”.

Woodcock dijo que estaba al tanto de que las personas que sufrieron problemas después de vacunarse estaban buscando orientación sobre los tratamientos a tomar, pero que “no [hay] mucha certeza sobre qué causa los síntomas”.

Woodcock confirmó a The Epoch Times en un email que la evaluación aún continúa y que no está completa.

“Cuando sepamos algo de forma definitiva, publicaremos una declaración si se justifica”, dijo.

La FDA regula las vacunas, los servicios médicos y cosméticos, además de otros productos.

La Dra. Janet Woodcock, comisionada interina de la Administración de Alimentos y Medicamentos, habla durante una audiencia del Congreso, en Washington, el 4 de noviembre de 2021. (Chip Somodevilla/Getty Images)

Marks, quien dirige el centro de la FDA encargado de regular las vacunas, escribió en un email de noviembre de 2021 que los epidemiólogos de la FDA están “investigando esto”.

“Trabajo estrechamente con ellos, y sé que están muy comprometidos a entender cualquier evento adverso que pueda ser atribuible a las vacunas que regulamos”, añadió.

Marks se reunió en varias ocasiones con pacientes que reportaron daños por las vacunas, según los emails a los que tuvo acceso The Epoch Times. Él fue notificado tanto sobre los casos como sobre los estudios relacionados con potenciales daños por las vacunas. Suele escribir que la FDA se ocupará de los estudios y hará seguimiento.

“Continuaremos evaluando cuidadosamente todos los reportes serios sobre eventos adversos tras la vacunación contra COVID-19 y estamos comprometidos con ser transparentes sobre cualquier hallazgo”, dijo en una carta.

Marks no quiso responder preguntas, y las derivó a voceros de la FDA.

Un vocero dijo a The Epoch Times en un email que los sistemas establecidos para monitorear la seguridad de las vacunas contra COVID-19 han identificado varios problemas “potencialmente asociados con la vacunación”, incluyendo el desorden neurológico conocido como síndrome de Guillain-Barré, la combinación de coágulos en la sangre y bajos niveles de plaquetas en la sangre conocida como síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT) y varias formas de inflamación cardíaca, incluyendo miocarditis.

“La posibilidad de que ocurran estos eventos es muy baja”, dijo el vocero. “Hasta la fecha, los sistemas de monitoreo de la seguridad de las vacunas contra COVID-19 no han identificado otras señales de seguridad respecto a consecuencias neurológicas serias tras la vacunación contra COVID-19”.

Epidemiólogos de la FDA y expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) analizan constantemente los datos del sistema de reporte pasivo conocido como el Sistema para Reportar Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) para identificar potenciales señales que sugieran la necesidad de un estudio más profundo, y consultan con expertos de los NIH sobre los análisis, de acuerdo con la FDA. Los reportes en VAERS han alcanzado un máximo desde que las vacunas contra COVID-19 están disponibles, y algunos pacientes que presentaron reportes a VAERS dijeron a The Epoch Times que nadie les hizo seguimiento.

Funcionarios americanos descubrieron que muchos de los reportes enviados a VAERS no representan realmente los efectos secundarios debido a una vacuna, entre otras razones, porque el diagnóstico es incorrecto, la condición en cuestión apareció antes de la vacunación o porque el paciente tiene condiciones médicas subyacentes que “explican el evento adverso”, dijo el vocero de la FDA. Hay estudios que muestran que el número de reportes a VAERS suelen representar menos problemas de los que realmente ocurren tras la vacunación. El vocero señaló que una prueba de que “se pueden detectar las señales de un evento adverso raro” es que el gobierno identificó seis reportes de eventos adversos, incluyendo tres muertes, o de STT tras la aplicación de la vacuna de Johnson & Johnson.

Los CDC solo nombran un evento adverso con probable “relación causal” con la vacuna. Se trata del STT con la vacuna de Johnson & Johnson.

“Efectos neurológicos secundarios”

El Dr. Avindra Nath, director clínico del NINDS de los NIH, encabezó un equipo que examinó pacientes que sufrieron serios problemas neurológicos.

Algunos pacientes viajaron a Bethesda, Maryland, para ser examinados en persona, mientras que otros tuvieron consultas con expertos del NIH de forma remota.

Nath y la Dra. Farinaz Safavi, una de las principales auxiliares de Nath, dijeron que creen que los problemas están vinculados con las vacunas.

“Comenzamos un intento en los NIH para investigar los efectos secundarios neurológicos de las vacunas contra COVID-19”, dijo Safavi en un email a uno de los pacientes, el 3 de marzo de 2021.

“Creemos que los síntomas son reales. Esa es la razón por la que hemos estado tratando pacientes”, dijo Nath en un mensaje diferente, el 27 de julio de 2021.

Los pacientes inicialmente expresaron su gratitud al equipo por ayudarlos. Muchos tuvieron dificultades para ser tratados por médicos locales cuando les comentaron que se habían vacunado antes de que comenzaran los problemas.

“Finalmente, en los NIH, pude recibir un diagnóstico apropiado”, dijo a The Epoch Times Brianne Dressen, maestra de preescolar que live en Utah. “Después de que pude recibir el diagnóstico apropiado de los principales investigadores sobre COVID, mis médicos comenzaron a tomarme en serio”.

Brianne Dressen habla con “American Thought Leaders” de EpochTV. (Captura de pantalla de The Epoch Times)

Los registros médicos de la visita de Dressen muestran que los médicos de los NIH la diagnosticaron con “síntomas neurológicos persistentes tras la vacuna contra SARS-CoV-2” y “neuropatía post-vacuna”. SARS-CoV-2 es otro nombre para el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el cual causa la enfermedad COVID-19. Una neuropatía son daños a los nervios, lo cual puede afectar el sistema nervioso del paciente y provocar síntomas como debilidad en las extremidades, pérdida de visión y pérdida de control muscular.

La Dra. Danice Hertz, gastroenteróloga jubilada que vive en California, fue examinada de forma virtual por expertos de los NIH. No le dieron un diagnóstico definitivo. Pero Safavi escribió en un mensaje a Hertz: “Lo que está claro [es] es que usted desarrolló una reacción inmediata a la vacuna con algunos síntomas sistémicos continuos debido a la evolución de características neuropáticas”.

“Sabemos fehacientemente que tras la vacunación y tras la infección pueden ocurrir complicaciones neurológicas inmunomediadas”, agregó.

Las evaluaciones se realizaron siguiendo un estudio protocolar iniciado en 2015, llamado “Estudio de Historia Natural sobre Enfermedades Inflamatorias e Infecciosas del Sistema Nervioso”. Nath dijo a The Epoch Times en un email que su equipo examinó a unos diez pacientes, aunque a la revista Science le dio otra cifra.

Otras personas que experimentaron problemas tras vacunarse dijeron a The Epoch Times que no lograron obtener ayuda de los NIH u otras agencias. A Angelia Desselle de Louisiana, por ejemplo, le dijeron que podría viajar al NINDS para ser examinada pero dejó de ser contactada por el instituto antes de concretar la visita.

Los NIH son una agencia de investigación médica que trabaja para examinar enfermedades y reducir los problemas médicos. El NINDS se enfoca en los problemas cerebrales y del sistema nervioso.

Decepción

Incluso entre los que fueron examinados, la emoción de poder contactar a los mejores investigadores y a funcionarios de gobierno se convirtió en decepción y frustración cuando repetidas consultas no mostraban muchos signos de progreso en la investigación sobre problemas tras la vacunación.

Woodcock y Marks normalmente ofrecían alguna actualización solo tras ser presionados y ninguno habló en la esfera pública sobre las conversaciones que se daban en privado.

Nath y Safavi también se fueron distanciando a medida que avanzaba el 2021. Al final dejaron de ver pacientes. Nath le pidió a Dressen que dejara de derivarle gente, diciéndole que “no tenemos ningún ensayo clínico para (…) complicaciones relacionadas con las vacunas”.

Dressen respondió en enero que “siempre estaré en deuda con usted y lo que hizo por mí”, dándole crédito a Nath, junto con su marido, por mantenerla con vida. Sin embargo, añadió, su “corazón se quebró”.

“Ahora estoy más confundida que nunca sobre lo que realmente significó mi participación activa y voluntaria con el proceso científico, o a qué llevó”, escribió. “Este será el último email que envíe”.

“Al mirar atrás, puedo ver lo poco ético que fue, incluso cuando estaban ayudándonos”, dijo Dressen a The Epoch Times.

Hubo llamadas privadas y comunicación con médicos que trataban pacientes por daños por vacunas, pero no se revelaron mayores recomendaciones y los funcionarios federales siguen recomendando las vacunas para prácticamente todos los americanos.

Hertz contó estar conmocionada de que la FDA no reconozca públicamente los problemas post-vacunación, tras aprobar las vacunas de Moderna y Pfizer y autorizar la dosis de Johnson & Johnson.

“Se rehúsan a reconocer lo que le está ocurriendo a muchos miles de personas”, dijo Hertz a The Epoch Times. “Nos han abandonado completamente. Y nos sentimos descorazonados por ello”.

Mensajes conflictivos

Los pacientes sienten que los funcionarios de gobierno y los científicos están entregando un mensaje en público y otro en privado.

Nath, por ejemplo, dijo a la revista Science que no está seguro de que las vacunas provoquen serios problemas de salud a los pacientes.

“Hay que tener mucho cuidado”, dijo Nath a la revista, porque “las implicancias son enormes” si se llega a “la conclusión incorrecta”.

El Dr. Avindra Nath en una fotografía sin fecha. (NIH)

En una presentación virtual en mayo de 2021, Nath pareció usar un tono diferente. Al mostrar una diapositiva con el título “Pueden las vacunas contra COVID-19 causas complicaciones neurológicas” que incluía una lista de complicaciones como la parálisis de Bell, Nath dijo que las vacunas “son muy seguras, pero comenzamos a ver algunas complicaciones neurológicas con ellas”.

Nath también fue coautor de un estudio publicado en julio de 2021 que señalaba que “complicaciones neurológicas de estas vacunas”, incluyendo derrames cerebrales y disautonomía, estaban siendo reportadas en VAERS.

Y en un email del 16 de septiembre de 2021, Nath pareció mostrar cierta exasperación al indicar que las vacunas han causado algunos eventos adversos.

“Normalmente cuando se lanza un medicamento, es responsabilidad del fabricante investigar y tratar los efectos secundarios. ¿Dónde están los fabricantes de vacunas en todo esto? ¿Han tratado de contactarlos? No puede ser responsabilidad del gobierno limpiar tras ellos. Son una compañía [con fines] de lucro y deberían ser los que se hacen cargo. ¿No crees?”, escribió.

Dressen dice que percibe estándares diferentes cuando se trata de vincular algunas condiciones con COVID-19 o cuando se las vincula a las vacunas contra COVID-19.

“Es bastante conveniente que esas asociaciones se vinculen fácilmente con el COVID, y también es algo extraño porque Nath mismo me dijo muchas veces que es un proceso inmunomediado asociado con la proteína pico”, la cual se encuentra tanto en el COVID-19 como en las vacunas, y añade que está esperando que se publiquen los datos.

Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson no respondieron a una solicitud de comentarios. Según la ley federal, los fabricantes de vacunas son inmunes a juicios por su responsabilidad a menos que haya “mala praxis intencional”. El gobierno estableció el Programa de Compensación por Lesiones Ocasionadas por Contramedidas para compensar a las personas dañadas por las vacunas, pero desde el 1 de enero no se ha aprobado ninguna denuncia de daños por vacunas o por otras contramedidas. Cuatro fueron denegadas porque “no se alcanzó el estándar de evidencia de causa y/o la lesión cubierta no se prolongó”.

“Quedaron desamparados”

“Estas víctimas de lesiones por vacunas quedaron desamparadas, y me imagino lo molestas que están”, dijo a The Epoch Times Barbara Loe Fisher, presidente y cofundadora del Centro Nacional de Información sobre Vacunas, que aboga por la transparencia respecto a las vacunas.

“Los NIH y los CDC deberían investigar las denuncias de disfunción cerebral tras la vacuna contra COVID como máxima prioridad, y la FDA debería hacer públicas inmediatamente las 450,000 páginas de los ensayos clínicos de Pfizer sobre Comirnaty”, agregó usando el nombre formal de la vacuna de Pfizer, y haciendo referencia a la lentitud de la FDA por producir los documentos sobre los ensayos de Pfizer.

Al preguntársele sobre si su equipo hizo progresos en identificar por qué algunas personas sufren problemas neurológicos después de vacunarse contra COVID, Nath dijo a The Epoch Times: “No sabemos qué hace que algunas personas sean vulnerables a las complicaciones de la vacuna en general”.

“Esto requerirá amplios estudios epidemiológicos para determinar comparaciones entre vacunas”, agregó en respuesta a una pregunta sobre si alguna de las vacunas está relacionada con más casos que otras.

Nath dijo que su equipo dejó de ver pacientes porque “la atención clínica es mejor cuando es provista por médicos en la comunidad o en otras instituciones académicas”.

Nath envió los hallazgos de su equipo como una serie de casos observacionales a dos revistas médicas en marzo de 2021, pero ninguna aceptó el manuscrito. “No se nos dio una razón”, dijo un vocero de NANDS, la agencia de Nath, a The Epoch Times en un email. No quisieron decir qué revistas eran. The Epoch Times presentó solicitudes por la Ley de Libertad de Información para obtener el manuscrito y misivas adicionales de Nath y Safavi. El estudio seguía en curso a mediados de 2021, y Nath dijo a la revista Science que el equipo envió una serie de casos de 23 pacientes a una tercera revista en enero.

“No hay datos que muestren que las vacunas causaron los síntomas en estos pacientes. Es importante señalar que hay una diferencia entre causalidad y asociación. Causalidad significa que la exposición produce el efecto y normalmente es determinada por un amplio estudio epidemiológico. Una asociación es una relación entre dos variables, pero una variable no necesariamente causa la otra variable”, agregó el vocero de la agencia.

Pero no todos coinciden con eso.

“Las vacunas contra COVID causan efectos neurológicos secundarios”, dijo el Dr. Josef Finsterer, neurólogo de la Klinik Landstrasse en Austria, a The Epoch Times en un email. Recientemente publicó una revisión de estudios donde detalla eventos neurológicos post-vacunación.

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