Padres enojados golpearon a un alto funcionario del Partido Comunista Chino del condado de Jinhu, en la provincia sudoriental de Jiangsu, al descubrir que las autoridades locales no lograron evitar a tiempo que se vacunara a sus hijos con vacunas vencidas
Desde que surgió el primer caso de un niño inyectado con una vacuna vencida el 7 de enero, los padres dicen que el número se ha incrementado a más de 20.000 niños menores de 14 años a los que les ha ocurrido lo mismo. Cientos de ellos se enfermaron, mientras que otros presentan discapacidades, dijeron los padres al periódico La Gran Época, de habla china.
El 14 de enero, miles de policías tácticos, policías antidisturbios y otros agentes de seguridad salieron a las calles del condado de Jinhu para controlar a las multitudes de padres que protestaban. El gobierno del condado prometió que llevaría a cabo una investigación más a fondo, pero no ofreció una solución para los niños afectados.
Hasta ahora, 17 funcionarios y empleados del gobierno local fueron castigados por el incidente, según un informe del 11 de enero de la prensa estatal Xinhua. Gao Changping, el teniente de alcalde encargado de los asuntos del condado, es uno de los varios funcionarios locales suspendidos de sus cargos, y actualmente se encuentra bajo investigación. Trece empleados del Hospital Licheng, donde fueron inyectados muchos niños, fueron expulsados del Partido Comunista Chino y también despedidos de sus puestos.
El reporte de Xinhua afirmó que sólo 145 niños fueron inyectados con vacunas vencidas, aunque los padres citan un número mucho mayor. Xinhua nombró al Bio-Instituto de Productos Biológicos de Beijing Co. como uno de los fabricantes de las vacunas.
Los padres realizaron protestas durante los últimos tres días, lo que llevó a las autoridades locales a enviar a miles de policías de ciudades vecinas como Huai’an, Nanjing y Shanghai a fin de aplacarlas.
El 11 de enero, miles de padres enojados cuyos hijos fueron víctimas de las vacunas vencidas protestaron frente a la oficina de gobierno del condado. Algunos fueron golpeados por la policía.
«Hay docenas de carros de policía, y la policía selló el vecindario y no permite que la gente entre», dijo Liao, un padre afectado, a La Gran Época por teléfono el 11 de enero.
Liao, que no quiso dar su nombre completo, dijo que las autoridades locales han cortado los servicios de telecomunicación en el vecindario en un intento de impedir que los padres se movilizaran para protestar. Dijo que cada vez más policías fueron llegando de otras ciudades.
Varios dijeron que cerca de 2.000 padres lograron reunirse en la mañana del 11 de enero.
Después de las 9 a.m., Zhang Zhiyong, secretario del Partido del condado de Jinhu, salió del edificio de gobierno para decir a los padres que sólo 145 niños habían sido inyectados con vacunas vencidas.
Los padres estaban enfadados y comenzaron a golpear a Zhang, quien finalmente pudo escapar de la multitud con sus ayudantes.
Algunos padres que resultaron heridos por las palizas de la policía fueron enviados al hospital para recibir tratamiento.
«Cuando estábamos frente al edificio de gobierno, los policías tácticos se apresuraron y nos obligaron a marcharnos. Cuando la policía nos empujó, algunos empezaron a golpearnos. Quebraron la pierna de una mujer», dijo Bai, una madre que protestaba, a La Gran Época el 11 de enero.
El 7 de enero, una médica retirada llevó a su nieto al Hospital Licheng para vacunarlo contra la polio, según informaron medios de comunicación chinos. Pero la abuela descubrió que la vacuna había expirado el 11 de diciembre de 2018.
Después de que la abuela difundiera la noticia e instara a las familias locales a revisar los registros de vacunación de sus hijos, muchos descubrieron que sus niños también fueron inyectados con vacunas vencidas.
Como resultado, algunos de los niños quedaron discapacitados.
Una joven madre dijo a La Gran Época el 14 de enero que su hijo tiene un año y medio de edad. Se le inyecto una vacuna contra la meningitis tipo A y una vacuna contra la hepatitis B cuando tenía 6 meses de edad. Tres días después de la inyección, su hijo enfermó y se le diagnosticó una infección por pseudomonas aeruginosa.
Ahora, el niño tiene parálisis facial, los nervios del oído izquierdo quedaron lesionados y su sistema digestivo está débil, entre otros problemas, dijo su madre.
«Al principio, pensé que tal vez mi hijo era la única víctima, pero luego descubrí que muchos niños tienen los mismos problemas», dijo la madre. «Los padres no podíamos imaginar que una vacuna suministrada por el gobierno haría tanto daño a nuestros hijos».
Otra madre de una hija de 13 años dijo que a su niña le inyectaron 17 vacunas que más tarde se confirmó estaban expiradas. Su hija ahora se encuentra físicamente débil. La madre agregó que algunos de sus compañeros de clase están experimentando síntomas similares.
«Confiamos demasiado en el gobierno», dijo la madre a La Gran Época el 13 de enero.
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