El reciente acuerdo que firmó Argentina con China ha encendido la alarma en diferentes sectores productivos del país y la región ya que, entienden, profundizarán el avance del gigante asiático sobre sus mercados.
La Gran Época entrevistó al economista especializado en China, Ariel Slipak, para conocer las consecuencias de este acuerdo, analizar la pérdida de competitividad de Argentina y Brasil en los mercados de Uruguay y Paraguay, y exponer las verdaderas intenciones del regimen chino en la región.
La relación centro-periférica y la dependencia es lo que mejor ilustra el vínculo de China con la región
– ¿Cómo afecta al MERCOSUR el avance de China en la región?
Las exportaciones argentinas de manufacturas (incluyendo al sector autopartista) a Brasil pierden participación frente a China
En el caso de Brasil, en este momento China es el primer destino de exportaciones y también el primer origen de importaciones (son productos manufacturados -desde ya- con alto contenido tecnológico).
En el caso argentino, es el segundo destino de exportaciones y el segundo origen de importaciones.
Las exportaciones tanto de Argentina como de Brasil a China, como las de la mayoría de los países del Cono Sur, están concentradas entre un 70 y un 95 por ciento en dos o tres productos -como mucho- (según el país), que son, además, productos primarios o manufacturas basadas en recursos naturales.
En el caso argentino en la última década, tres productos concentran las exportaciones argentinas a China: el poroto de soja, el aceite de soja y el petróleo crudo.
En el caso brasilero, aproximadamente un 75 por ciento de las exportaciones de la última década se concentraron en mineral de hierro, soja y también petróleo crudo.
También se dio un salto increíble de ingreso de manufacturas terminadas de China: artículos de consumo con alto contenido tecnológico -tanto durables como no durables- como también manufacturas con bajo contenido tecnológico como calzados y textiles, que China siempre siguió exportando, a pesar de que cada vez más es una potencia productora de artículos con alto contenido tecnológico, insumos industriales y también bienes durables de producción (bienes de capital). Este tipo de análisis lo podemos encontrar en muchos lugares.
Lo que tiene de notable la expansión de la relación con China es que durante la década de los 90 y la primera década del siglo 21, la expansión de China como destino de exportación y como origen de importaciones de cada uno de estos países, más que nada desplazaba a Estados Unidos, a los países europeos e incluso también a Japón.
Ahora, en los últimos años se empieza a observar un fenómeno que es que si bien en la misma década del 90 y especialmente en la primera década del siglo 21 se incrementaba el comercio al interior del Cono Sur, hoy China empieza a desplazar para algunos rubros a la Argentina en el mercado brasilero y a Brasil en el mercado argentino.
Lo que se puede ver más que nada es que desde 2011 en adelante, las exportaciones argentinas de manufacturas de mediano contenido tecnológico (lo cual incluye al sector autopartista) a Brasil pierden participación frente a China.
Esto comienza a pasar en el 2011 y se viene profundizando en los últimos años, y estas son las actividades que en la Argentina son intensivas en la generación de empleo.
En el caso de Brasil también se puede ver que éste pierde cuota en el mercado argentino (aproximadamente entre 2010 y 2011, en adelante), en manufacturas de bajo contenido tecnológico, es decir, todo lo que incluye textil, calzado y demás; manufacturas de mediano contenido tecnológico y manufacturas (bienes de consumo final) de alto contenido tecnológico.
Y esto para los industriales brasileros y argentinos debería ser una importante preocupación.
Lo que tienen en común los países de Latinoamérica es que negocian bilateralmente con China, y nadie lo hace en bloque
– ¿Estos acuerdos que está firmando Argentina con China profundizarán esa situación en el bloque?
Para mí sí. Para tener en cuenta algo: lo que se profundiza es un estilo de negociación bilateral que tiene cada país con China. Es decir, ahora vemos reproches de Brasil a la Argentina, reproches de determinados países a Argentina, pero cada país del Cono Sur y cada país de América Latina, puede ser uno con un determinado discurso sobre el desarrollo (como Brasil, Argentina o Ecuador) u otro con un discurso diferente (como Chile, Colombia o Venezuela), con sus matices políticos, lo que tienen en común es que cada uno de ellos negocia bilateralmente con China y nadie negocia en bloque.
En el caso de Paraguay por ejemplo como ellos mantienen relación con Taiwán, no exporta nada a China a pesar que tiene en éste su primer origen de importaciones.
Pero lo que profundizan los acuerdos firmados de manera bilateral entre Argentina y China es una forma de hacer política comercial e internacional (de abocarse a las relaciones internacionales), que es: no fijarnos entre todos nosotros, entre los países del Mercosur, del Cono Sur, de UNASUR o de la CELAC, cuáles son nuestras necesidades de integración y, a partir de la situación de China como gran potencia, ver qué necesitamos como región y qué podemos negociar. En lugar de eso, se profundiza un tipo de negociación de tipo bilateral.
Esta desintegración productiva también, a mi juicio, se va a profundizar por los recientes acuerdos porque a pesar que tanto el gobierno argentino como el gobierno brasilero, tienen una retórica de tratar que, por ejemplo, una lavadora o una computadora sea Mercosur. Así no sucede. Se compran las partes de muchos lugares del mundo (muchas de esas en China) y se ensamblan en Tierra del Fuego (Argentina).
Ese tipo de comercio (saliendo tanto por el Pacífico como por el Atlántico) de cada uno de los países de la región, negociando bilateralmente con las grandes potencias, se va a profundizar con estos acuerdos porque hay distintas cuestiones firmadas, muchas de ellas vinculadas a protocolos para la expansión de la exportación de, por ejemplo, carne con hueso, peras, equinos, etc. Entonces lo que se va a profundizar son las exportaciones primarias de la Argentina a China y un avance mayor de productos terminados o incluso de insumos industriales chinos en Argentina.
El avance de productos provenientes de China profundiza la erosión de las cadenas productivas regionales
El Swap (*), por ejemplo, profundiza eso; en esa avidéz argentina de no perder reservas, lo que le garantiza a China es que determinados productos que se podrían comprar en Brasil o incluso fabricarlos localmente se terminen comprando en China porque se realizan importaciones sin que haya pérdida inmediata de reservas a pesar que se incremente el endeudamiento.
Entonces creo que no sólo los acuerdos firmados ahora sino también aquellos de julio de 2014 cuando Xi Jinping visitó la Argentina (en realidad es un trabajo que se va haciendo entre visitas, de preparación de protocolos y acuerdos), van a profundizar no solamente una matriz de comercio de exportación primario/extractivo de los países de la región -particularmente de Argentina- a China y el avance de productos provenientes de China que se podrían fabricar aquí o en el Mercosur, sino que además profundiza esta erosión de las cadenas productivas regionales.
(*) Es un contrato entre dos partes que acuerdan intercambiar flujos financieros de acuerdo a una fórmula preestablecida. Se trata de contratos hechos «a medida», es decir, con el objetivo de satisfacer necesidades específicas de quienes firman dicho contrato. En el caso argentino-chino se firmó uno por un valor equivalente a 11 mil millones de dólares.
La retórica latinoamericana de la cooperación sur-sur, le ha venido como anillo al dedo a China para desplegar sus intereses
– La relación que mantiene China con los países de la región, ¿la categorizarías del estilo “Sur-Sur” o más bien “Norte-Sur”?
Creo que esta retórica latinoamericana de la cooperación sur-sur, le ha venido como anillo al dedo a la República Popular China y de alguna manera le sirve para desplegar sus intereses.
En la diplomacia, China se presenta en cada negociación bilateral como un país emergente, en vías de desarrollo. Podemos encontrar que, a pesar que es una potencia productiva mundial ellos con su tan alta población, argumentan que su PBI per cápita es todavía demasiado pequeño.
Sin embargo, esta denominación de país emergente hace que algunas cosas se nos escapen. Por ejemplo, China es el principal emisor de CO2 pero por ser un “país emergente” no tiene que asumir los compromisos de reducción de emisiones que sí tienen que asumir los “países desarrollados”.
Entonces en las negociaciones, el argumento de presentarse como un país emergente o un país del sur, lo que profundiza es que las negociaciones tengan que ser bilaterales pero -desde luego- en realidad son asimétricas.
Creo que igualmente más que norte-sur (que es una disquisición más teórica), las relaciones vendrían a ser características de país periférico/dependiente y un país central.
Como todo sistema de partido único, el PCCh necesita una permanente autolegitimación
– ¿Cuál considerás que es la verdadera intención de China en la región?
Creo que aquí lo que hay que tener en cuenta siempre es tratar de distinguir un pueblo de sus gobernantes. El Partido Comunista Chino (PCCh) -y citando a un colega abocado a las relaciones internacionales- necesita autolegitimarse ya que estamos ante un sistema de partido único, necesita una permanente legitimación.
Lo que busca el gobierno de China es asegurarse, a mi juicio, una cuestión geopolítica: el abastecimiento de determinados productos primarios extractivos más allá de hacer cualquier negocio.
Creo que cuando tenemos las inversiones de China en el sector hidrocarburífero de la Argentina, no están mirando tanto la rentabilidad que tiene China`s National Offshore Oil Company (CNOOC) como accionista a través del Grupo Bridas (Bridas Corporation) de la Pan American Energy o la rentabilidad que tiene cada pozo de extracción que tiene Sinopec (China Sinopec Group) en la Argentina, sino que están mirando a largo plazo auto asegurando su abastecimiento hidrocarburífero.
Lo que no hay que hacer es demonizar al pueblo chino, desde luego. Sí hay un gobierno que en base a que es una potencia económica, financiera, militar -aunque muy lejos de Estados Unidos-, trata en distintas áreas de incrementar su capacidad de influencia en las decisiones en el orden internacional.
Las empresas chinas en Argentina que, en su mayoría, son capitales estatales, desde ya que son parte de esa estrategia. Los capitales privados también: distintas oficinas del gobierno direccionan hacia dónde va China y hacia dónde va la inversión extranjera directa, por lo que todo se debe condecir con su concepción estratégica internacional.
Los puestos de mayor cualificación van a quedar en general en manos de ingenieros chinos
– ¿Considerás que se puede ver afectada la mano de obra local a partir de este convenio?
Considero que sí porque hay que mirar las experiencias: En cada uno de los tratados o acuerdos de empresas vinculadas a China o financiamiento de bancos chinos en la región, requieren en general, según la CEPAL, la contratación directa de empresas de la República Popular China, la obligatoriedad de comprar materiales y la contratación de mano de obra.
Es cierto que en algunos acuerdos puntuales se está consiguiendo contratación de mano de obra argentina, pero los puestos de mayor cualificación van a quedar en general en manos de ingenieros chinos.
China desplaza a Argentina y Brasil en los mercados de los otros países del Mercosur
Por otro lado, por más que se consiga una determinada cantidad de porcentaje de empleos, si los tratados incluyen, por ejemplo, la obligatoriedad de comprar diferentes insumos, partes o elementos que se van a utilizar en la construcción que se podrían producir aquí pero que se van a importar de China, por más que el ingreso de trabajadores chinos no sea tan importante -como si ha sucedido en otros lugares del mundo-, también peligra la generación de empleo locales porque se está aceptando la compra de distintos insumos y materiales de manera directa de China.
Entonces cada uno de estos tratados hay que mirarlos integralmente porque quizás en alguna de las obras incluye que el 50 por ciento de las empresas que participan en la construcción de las represas sean argentinas.
Lo que quiero ver es: ¿En qué actividades participan las empresas argentinas? ¿Son las actividades de mayor complejidad tecnológica, las intensivas en conocimiento? ¿O son las de menor complejidad tecnológica o de menor conocimiento que traen aparejados menores salarios en los trabajadores?
Entonces más allá de lo habitual que es ver concesiones y financiamientos atados a la obligatoriedad de contrataciones de empresas chinas o migración de trabajadores chinos, también hay que ver estos tratados integralmente.
En base a esas asimetrías, creo que hay que estar más alerta.
La caída del comercio bilateral con Brasil se va a incrementar
– La consultora Abeceb informó que a enero de 2015, se acumularon 16 meses consecutivos de caídas interanuales en el comercio bilateral entre Argentina y Brasil. ¿Cuáles son tus expectativas con respecto al corto plazo y al largo plazo?
En el corto plazo estoy seguro que esta tendencia a la caída del comercio bilateral con Brasil se va a incrementar. Pero también hay otro fenómeno que es que la mayoría de los economistas e incluso los industriales argentinos los veo siempre preocupados por el comercio con Brasil.
Tenemos que recordar que el Mercosur no es solamente Argentina y Brasil. Si miramos qué sucede con las exportaciones argentinas al resto de los países del Mercosur, también vamos a poder apreciar otro fenómeno de los últimos años que es China desplaza a la Argentina y a Brasil en los mercados uruguayos, paraguayos, bolivianos, chilenos de distintas manufacturas de bajo, mediano y alto contenido tecnológico.
La posición argentina de haberse obnubilado con la posibilidad de proyectos de inversión y demás que ha tenido con China, y esta creencia que el Mercosur es sólo Argentina y Brasil, y tratar a Paraguay y Uruguay como periferia, ha tenido también su consecuencia para los propios industriales argentinos y brasileros que están siendo desplazados en estos mercados por las manufacturas chinas.
En el corto plazo desde ya soy pesimista porque, a pesar de que en materia discursiva los gobiernos de la región hablan de integración y cooperación interindustrial y de fortalecer las cadenas productivas, veo que esta expansión del comercio con China y con otros países de la región Asia-Pacífico se va a incrementar en detrimento de la expansión comercial regional.
Si uno mira a largo plazo: como Mercosur sentarnos con Uruguay, Paraguay y Venezuela; y también con los socios del Mercosur que son Perú, Bolivia y Chile; a identificar los intereses comunes y realmente tomar políticas genuinas que no sean meros discursos vacíos de contenido, no hablar de integración y no tomar ninguna medida genuina de integración comercial.
A largo plazo estamos todos muertos (risas). La verdad que no confío mucho en ningún economista que haga futurología, depende realmente de que se tomen medidas serias de integración.
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