Al estudiar los restos arquitectónicos de culturas milenarias, surgen muchos enigmas sin resolver y Arkaim, en los montes Urales, se perfila como uno de estos misterios. Este descubrimiento que ha logrado dar un giro a la historia, develó la existencia de una cultura aria (arya) de 4.800 años de antigüedad situada en los Urales rusos. Un pueblo que se caracterizó por prácticas espirituales, conocimiento del universo y una tecnología que los investigadores del sitio arqueológico aún no han logrado comprender.
Trabajaban el bronce, poseían una avanzada ingeniería anti-incendio, vivían en un asentamiento que era a la vez residencia, templo y observatorio astral y poseían un conocimiento de los fenómenos sobrenaturales que asusta algunos arqueólogos pues eran parte integral de su cultura y nosotros lo desconocemos totalmente.
Además, los habitantes del antiguo asentamiento conocido como Arkaim, contaban con sistemas hidráulicos y ventilación, hornos metalúrgicos y mineros, que se desconocía su existencia en esos tiempos, según estudios científicos oficiales anteriores.
Los ‘arios’, de quienes se habla, es un término que viene de la palabra «arya» que significa «honorable, gentil, espiritual«, según el léxico sánscrito ‘amarakosha, y eran ya conocidos en la India miles de años atrás a través de los vedas o libros del saber.
En antiguos registros históricos también se los refiere como los aryavata o arios del norte. En el hinduismo, a los religiosos Brahmin, Kshatriya e Vaishyas se los denominaba arya, que significaba gente de honor y respeto por su comportamiento noble.
La palabra arya también era usada junto a la palabra hindú, budista, jainista y zoroastriano, y daba significado de noble y espiritual. Por su parte en Irán eran conocidos los aryas, e ‘Irán’ significa realmente «Tierra de los arios«.
Las costumbres de los arios venían definidas por sus rituales y su conocimiento del cosmos, lo que ayuda reconocerlos como tal. Por su parte de acuerdo a la lengua de origen arya son relacionados dos grupos emparentados entre si, el grupo derivado del sánscrito y el grupo de la antigua lengua Avestan y Persiano antiguo. De la primera derivan las etnias “proto indoeuropeas”, o “indoeuropea precoz” y de las restantes derivan las etnias “proto indoiranianas”.
Los arios “proto indoeuropeos”, de los Urales rusos son descriptos por el arqueólogo jefe de la expedición y del museo Arkaim, Guennadi Zdanovich como un pueblo tranquilo, gentil, como lo dice su nombre, buenos ingenieros que observaban el sol y la luna, y por tener elevados conocimientos del cosmos. Los arios daban mucha importancia al culto y la meditación y en su simbología se encuentran la esvástica y el mandala, al igual que en el budismo y practicas hinduistas.
El desconocimiento de lo que significaba arios provocó cierta polémica en estos descubrimientos y en un programa televisivo surgió esta pregunta: ¿Es ésta la cultura de los antepasados rusos que incluye sentarse a meditar? Guennadi Zdanovich, junto a otros expertos del sitio arqueológico, respondió en el programa “El Quijote” en 2010 que, en contraste a quienes intentaban vincularlos con determinados grupos políticos u otras teorías. Zdanovich señaló reiteradamente que los arios eran un pueblo tranquilo de costumbres muy místicas y que en Arkaim vivían en una ciudad o comunidad que tenía integrada la zona residencial con el templo y el observatorio de los astros. «Esto ya ha sido demostrado por antropólogos y arqueólogos», destaca el arqueólogo Zdanovich, y agregó que el pueblo ario de Arkaim es parte de la historia de Rusia.
En el citado programa televisivo, ante la presión de preguntas relacionadas al partido fascista ruso por el uso de la esvástica y el término ario, Zdanovich explicó que los nacionalistas rusos deben entender que la esvástica aria (arya), ya era ampliamente conocida como parte de una simbología milenaria en la historia budista, e hinduista, y que los arios no tienen ninguna relación con los grupos fascistas u otros partidos políticos relacionados y añadió que es absurdo que los medios estén creando confusión al respecto.
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Desde que se descubrieron los restos de la ciudad Arkaim, la llamaron “ciudad esvástica” o “la ciudad mandala”, por su forma característica, pero finalmente se la llamó Arkaim en memoria de la montaña Arkaim que la rodea.
“Un asombroso lugar con una complicada construcción que demuestra tanto su avanzada tecnología como increíblemente exacto observatorio astronómico«, señala Konstantin Bistrushki, astro-arqueólogo e investigador experto en la entrevista realizada en el documental de Sergei Alekseiev, y el escritor Mijail Zadornov. Bistrushk, además, resaltó el hecho que en el lugar no se encontró rastro de ningún tipo de escritura.
Konstantin Bistrushki reflexiona: “era una cultura sin escritura, un centro sagrado espiritual donde los conocimientos se cuidaban y transmitían a las siguientes generaciones, no hay textos escritos. Su lenguaje estaba orientado a lo cósmico y se organizaba en base al universo.
“Es asombrosa la exactitud del observatorio astronómico», insistió Bistrushki; es una cultura que hay que tener muy en cuenta. «Es algo serio que no podamos explicar algunos de sus conocimientos», y además muy curioso debido a la ausencia de escrituras.
Gennadi Zdanovich, también citado en dicho documental, coincidió con Alekseiev y Zadornov, indicando en el programa televisivo que “en Arkaim había un observatorio astronómico muy exacto. No es complicado, pero es perfecto y exacto para identificar los fenómenos solares y lunares. Fue además construido 70 años antes que las pirámides de Egipto”.
Antropológicamente hablando se trata de una cultura de indoeuropeos y su cerámica es indoeuropea, pero de una época mucho más precoz que la estudiada de la cultura griega, agregó Konstantin Bistrushki.
A su vez, Bistrushki hizo notar que Arkaim se encuentra en la misma latitud que Stonehenge, y luego de visitar y comparar ambos observatorios, y estudiar en profundidad el sitio arquitectónico de los Urales, descubrió que Arkaim está construida con una exactitud que difícilmente se puede lograr hoy en día.
Guennadi Zdanovich, agregó que “los griegos y Arkaim están relacionados»…»pero Arkain es aún más antiguo, mucho más antiguo”.
Zdanovich narra en el documental de Alekseiev y Zadornov, cómo la ciudad fue destruida en un incendio y la gente se desplazó a vivir a otro lugar para luego volver y reconstruirla en el mismo lugar.
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Otra cosa que llama la atención a Zdanovich “es la complicada pared de 5 metros de ancho compuesta por un muro, un componente anti incendio, luego otro muro, y así sucesivamente hasta completar una compleja ingeniería de construcción que contiene elementos muy particulares antes nunca vistos”.
Por su parte, al escritor Mijail Zadonov, no le pasó desapercibido el hecho de conocer que sus antepasados rusos en Arkaim no usaban la escritura.
“¿Para qué escribir?”, señaló Zadonov, “si quizás no había nada malo que registrar, denunciar o nada que ocultar”. “Además hay que considerar que Arkaim era una ciudad mística», y explicó que una de las razones podría estar en que tenían un importante conocimiento astral por lo que quizás no necesitaban textos escritos.
El escritor relató en su documental que compró una revista cuando viajaba, donde leyó sobre el pueblo de Arkaim, cosa que lo conmovió de tal manera que ahora está divulgando sobre esta cultura tan particular del pasado de la civilización europea y del pueblo ruso.
En Arkaim se han medido altos niveles de magnetismo, según señalan los citados arqueólogos, y esto ha atraído a un gran número de místicos, investigadores y personas que buscan un lugar para curar sus enfermedades.
A este respecto el arqueólogo Konstantin Bistrushki, autor del libro «Fenómeno Arkaim«, señala con intensidad: «¡Es peligroso! Es peligroso no saber», al referirse a ciertos conocimientos, posiblemente magnéticos, que este pueblo dominaba, y de lo que «no sabemos nada».
«De esto no podemos hablar con nadie, ni con científicos, ni con religiosos, políticos, ni nadie que puedan ayudar en este tema, con nadie podemos hablar», agrega Bistrushki.
Ubicación y características únicas en Arkaim
Arkaim se ubica en los montes Urales, a 8,2 kilómetros al noroeste de Amurski, y a 2,3 kilómetros al suroeste de Alexandrowski, ambos pueblos de Rusia. Fue inaugurado en el verano de 1987, y en 1991 fue declarado territorio protegido, gracias a lo cual se salvó de ser una zona inundada por las represas de agua.
En su documental, Serguei Alekseiev, Zdanovich y Bistrushki explican que la “ciudad esvástica” fue construida por los antiguos arianos, antiguos indoeuropeos, cerca de 4.800 años atrás.
Su descubrimiento cambió la historia al comprobarse que poseían hornos de bronce, minería y una avanzada ingeniería de canalización y construcción anti-incendio, además de ser una ciudad diferente a las otras descubiertas en el mundo.
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Corresponde a asentamientos que ocupan unos 25 kilómetros. Una organización en círculos muy inteligente. Círculos de construcciones de unos 170 metros de diámetro y otros de menor tamaño. Hay casas entre los círculos y dentro de los círculos.
En Arkaim, el asentamiento circular que se está estudiando tiene unos 179 metros de circunferencia y se cree que vivían en él unas 1.500 a 2.500 personas según informa Zdanovich.
Las construcciones eran de adobe con cornisas de madera. Los muros reforzados con ladrillos de arcilla de material incombustible de unos 5 metros de espesor y unos 8 metros de alto, tipo fortaleza.
El asentamiento era circundado de un foso de agua protector de 2 metros de profundidad y había cuatro entradas siendo la principal hacia el oeste.
En su interior se encontraron hornos industriales, laboratorios artesanales, sistemas de comunicación y ventilación, así como espacios para ritos sagrados.
La construcción se estructura en dos anillos, uno interno y otro externo entre los cuales hay una calle circular que da a la plaza central. El anillo externo tiene entre 39 a 40 habitaciones. El anillo interno a su vez fue construido con 27 habitaciones con puertas hacia la plaza central y mide unos 25 a 27 metros. La parte central era para rituales e incluía un canal cubierto. Cada una de las habitaciones incluía un sofisticado sistema de ventilación.
Respecto a la simbología esvástica encontrada en los restos de Arkaim, los expertos rusos la relacionan con prácticas budistas e hinduistas que simbolizan el universo girando. Los hinduistas y budistas dicen que este símbolo representa el universo que gira en torno un punto fijo.
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