Axl Rose no quiere ser un meme de Internet. Ya se lo ha hecho saber a Google: la multinacional ha recibido varias peticiones del cantante pidiendo que elimine una instantánea tomada en 2010 por el fotógrafo Boris Minkevich. Era enero en Winnipeg (Canadá) y Guns N’ Roses encaraba la enésima parada de su gira Chinese Democracy World Tour. Los 15.000 espectadores que abarrotaron el MTS Centre canadiense no vieron cómo Minkevich desencadenó, sin saberlo, la mayor cruzada emprendida por el cantante hasta la fecha.
Habría que remontarse hasta abril de 2012 para encontrar un precedente, cuando Guns N’ Roses fueron nominados a la gala que organiza anualmente el Salón de la Fama del Rock and Roll. Axl Rose se negó a participar en el evento y prohibió a la organización ser presentado durante la puesta en escena del grupo. Tampoco permitió que nadie hablase en su lugar, algo que también iba por el resto de miembros del grupo. Lo expresó en una carta de más de 1.000 palabras. A pesar de la escenita, el Salón de la Fama hizo oídos sordos y el cantante fue presentado e introducido como miembro de los Guns N’ Roses.
Para entonces, la ola Minkevich ya se había desatado y los memes de Axl Rose circulaban en Internet sin descanso. Live and let pie -Vive y deja pastel-, Welcome to McDonalds, we got supersize -Bienvenido a McDonalds, tenemos tamaño gigante- o Woah oh oh sweet pie of mine -Woah oh oh, mi dulce tarta- son algunos de los enunciados que pueden leerse acompañando la foto de Rose, tomada durante aquel concierto de Winnipeg en 2010. Todos hacen referencia a su sobrepeso. «No tenía ni idea de que Rose estaba tratando de borrar la foto», dice el fotógrafo a Torrentfreak.
La cuestión: ¿de quién es la foto de Axel?
Axl Rose cuenta con el apoyo de Web Sheriff, una compañía especializada en casos de propiedad intelectual y piratería. Amparándose en la Digital Millenium Copyright Act, la ley estadounidense que protege los derechos de autor a la que Google, compañía norteamericana está sujeta desde 1998, el cantante pretende que el buscador desindexe todos los registros y direcciones en los que se halla albergada la instantánea.
No hablamos de derecho al olvido, porque Axl Rose solo esgrime un argumento, y es que la foto es suya. Asegura que todos los fotógrafos firmaron un acuerdo antes de entrar al concierto, algo habitual en los shows de la banda. Minkevich asegura que, según el concierto, algunos artistas ponen sobre la mesa unas condiciones u otras y que, en el caso del show de Guns N’Roses, el fotógrafo recuerda haber firmado ningún papel. La foto fue publicada en el Winnipeg Free Press, un diario local gratuito, el día siguiente al concierto.
En principio, la imagen tomada por Minkevich sería suya, salvo que efectivamente hubiera firmado un documento que dijese lo contrario. Web Sheriff explica que «todos los fotógrafos acreditados a los shows de Axl Rose firman un contrato de ‘Permiso fotográfico'», donde existirían dos cláusulas. Una especifica el límite y la forma en que las fotos pueden ser utilizadas. La otra transfiere directamente los derechos a la «empresa de servicios relevante de AR».
La DMCA y el Efecto Streisand
La ley de propiedad intelectual en EEUU tampoco favorece los intereses del fotógrafo canadiense. La DMCA fue aprobada en 1998 y no es particularmente popular. La Electronic Frontier Foundation se refirió a ella en 2010 como «una ley que congela la libertad de expresión y la investigación científica, que pone en peligro el uso justo de las cosas, que impide la competencia y la innovación» y «que interfiere con las leyes sobre la intrusión en ordenadores».
Y de censura. «Prohibiendo todos los actos de burla y todas las tecnología y herramientas que pueden ser usadas para burlarse de alguien, la DMCA proporciona a los propietarios de copyright el poder para eliminar unilateralmente el uso justo de las cosas», continuaban desde la EFF. Llevan recopilando desde hace seis años casos en los que la ley ha usado el copyright como excusa para ningunear a los consumidores o censurar a científicos. En EEUU, utilizar partes de un trabajo con copyright con fines satíricos, paródicos, educativos, críticos o para investigar puede ser motivo de denuncia por una gran compañía si estima que se está infringiendo el Fair Use, un criterio utilizado en el ámbito judicial que determina hasta qué punto una obra con copyright puede ser explotada.
Google anunció el pasado marzo que recibía cerca de 100.000 peticiones por hora para desindexar contenidos del buscador. Las solicitudes del cantante de los Guns N’Roses suman unas cuantas más a la lista que la compañía de Sundar Pichai y Serguéi Brinn tiene pendiente. Desde Mountain Views aún no se han pronunciado al respecto, pero si tardan mucho más, Rose corre el riesgo de caer en el llamado Efecto Streisand, ese por el que la censura se vuelve contra el censor y la queja se viraliza hasta límites insospechados.
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