Buques pesqueros legales (e ilegales) de origen chino extraen toneladas del calamar illex argentino, una especie preciada que cotiza a unos 1100 dólares la tonelada en inmediaciones de la denominada «Milla 200», el límite que demarca la Zona Económica Exclusiva del Mar Argentino.
En el año 2010, a partir de convenios previos, el Ministerio de Agricultura de la Nación, mediante la resolución 5/2010, estableció un “Acuerdo de Cooperación sobre Pesca” con el Ministerio de Pesca chino. Luego, a partir de sucesivas resoluciones de la Secretaría de Pesca, desembarcaron en el Mar Argentino 20 buques de pesca chinos bajo la condición de que el 10% de la captura sea procesada en territorio argentino.
Empresarios argentinos denuncian que mientras a la pesca de origen chino en mar argentino no se le aplica ningún arancel para entrar a China, a las exportaciones argentinas sí. «Pescar en las 200 millas es muy rentable para ellos”, señaló Guillermo De los Santos, presidente de la Cámara de Poteros Argentinos (CAPA), citado por el diario Clarín en septiembre de 2013, afirmando que las únicas beneficiarias son las empresas chinas.
El valor total estimado que pierde Argentina es de 550 millones de dólares anuales
La pesca pirata
Se ha detectado que varios barcos chinos violan permanentemente la soberanía argentina cuando traspasan el límite del Mar Jurisdiccional Argentino, es decir, aquél que delimita la Zona Económica Exclusiva del país sudamericano sobre el océano atlántico.
Se calcula que la suma total de este «botín» es millonaria pero solo algunos de estos barcos han sido detenidos por parte de las autoridades argentinas. En junio de 2013 se capturó al pesquero pirata chino Fu Yuan Yu 873; en 2012, el Lu Rong Yu 6177 y el Lu Rong Yu 6178; en 2006, el Yuan Fa No.16; en 2005, el Zhong Yuan Yu 1; en 2003, el Fu Yuan 3; y el Zhou Don Yuan 830, en 2001, según Milko Schvartzman, especialista de Océanos de Greenpeace Internacional.
Algunos de estos barcos no se rigen bajo ningún reglamento ni norma jurídica ejerciendo la denominada «pesca pirata». «Operan sin ningún control ambiental, laboral ni sanitario, utilizando mano de obra esclava, depredando el ecosistema marino y contaminando», agrega el ambientalista.
La operatoria cierra cuando la pesca es vendida en puertos cómplices a precios muy por debajo de aquellos que surgen de la pesca legal, regulada por el Estado.
El trofeo: el calamar Illex argentino
El calamar es una fuente de alimento para la merluza, como también para aves y mamíferos acuáticos. El daño ambiental y ecológico que ejerce esta desmesurada pesca es proporcional a las ganancias que cosecha. Según cálculos de Greenpeace, la captura de calamar por parte de flotas extranjeras es de más de 500 mil toneladas anuales. Dado que el precio aproximado del molusco es de 1100 dólares la tonelada, el valor total estimado que pierde Argentina es de 550 millones de dólares anuales.
China y Argentina compiten en la venta de calamar al mercado europeo sin embargo, la oferta del gigante asiático proviene en parte de aguas internacionales, incluidas aquellas que sobrepasan el límite de la Zona Económica Exclusiva de Argentina-; violando la soberania argentina, depredando los recursos marítimos y en detrimento de la economía del país sudamericano.
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