Luego de la serie de atentados en París que se cobraron la vida de 129 personas, adjudicados a la organización terrorista ISIS, el Partido Comunista Chino está tratando de aprovechar la situación para lograr apoyo internacional. Los funcionarios chinos dicen que China también tiene problemas con los terroristas en Xinjiang.
Pero los expertos en Xinjiang, la región china donde viven los uigures musulmanes, dicen que los estallidos de violencia en la región no están relacionados con grupos extremistas como ISIS.
Eso no impidió que el ministro de relaciones exteriores de China, Wang Yi, dijera en la cumbre del G20 el 15 de noviembre: “China también es víctima del terrorismo, y atacar a las fuerzas terroristas de ‘Turkestán del Este’ representadas por el Movimiento Islámico de Turkestán del Este debería ser una parte importante del contra-terrorismo internacional”.
Los separatistas uigures se refieren a Xinjiang con su nombre anterior, Turkestán del Este.
Un día antes –y el día posterior a los ataques del 13 de noviembre en París– varios medios de comunicación estatales de China publicaron imágenes de policía armada entrando por la fuerza a lo que parecían ser casas en la Xinjiang rural.
“París, Francia, sufrió el peor ataque terrorista de su historia, con cientos de muertos y heridos. Del otro lado del mundo, la policía en la Xinjiang de China, después de 56 días de búsqueda, realizó un asalto contra los terroristas, con grandes resultados”, decía el texto que acompañaba las imágenes.
Luego de que el artículo provocara reacciones muy negativas, fue eliminado.
“El régimen chino está aprovechándose de la situación para que el público occidental acepte lo que ellos dicen sobre Xinjiang”, dijo Patrick Meyers, investigador independiente de la Universidad de Zurich ETH, Suiza.
“La acusación de China contra los uigures tiene un propósito político especial: relacionar a los uigures con el terrorismo para reprimirlos y atacarlos”, dijo en entrevista telefónica Dilxat Raxit, vocero del Congreso Mundial Uigur, con sede en Alemania.
Es cierto que hay estallidos de violencia en Xinjiang, dijo Raxit, “pero que los uigures se rebelen contra el Partido Comunista no tiene nada que ver con el terrorismo internacional”.
Y agregó: “Llamarlo ‘terrorismo’ es para evitar que la sociedad internacional acuse al Partido Comunista de tener una política de supresión en Xinjiang”.
Régimen con puño de hierro
Xinjiang es una enorme región al Oeste de China. Fue invadida (“liberada” según la versión del régimen chino) por el Ejército Popular de Liberación en 1949, y desde entonces está bajo un régimen con puño de hierro, en el cual la población uigur, un pueblo túrquico musulmán, ha sido marginalizada y reprimida en su suelo natal.
Los uigures en general sienten que la gente Han, el grupo étnico dominante en China, ha migrado en masa y dominado el gobierno y la sociedad, dejando marginados a los uigures. Un censo del año 2000 reveló que los uigures componían sólo el 43% de la población, en comparación con el 40% de chinos Han –un fuerte contraste con la situación anterior a la llegada del comunismo, cuando casi el 90% de la población era uigur.
El control policial es estricto, y hay muchas limitaciones para el libre ejercicio de la religión –incluyendo la posibilidad de tener barba o ayunar durante el Ramadán, mes sagrado de los musulmanes.
En mayo pasado, las autoridades del Partido en Laskuy, un municipio de Hotan, una de las ciudades más importantes de Xinjiang, incluso ordenó a los restaurantes y supermercados que pusieran en exhibición cigarrillos y alcohol en lugares destacados, dos objetos tabú para los musulmanes.
Como suele hacer con muchos grupos étnicos y religiosos minoritarios, el Partido Comunista intentó suprimir la cultura y el idioma uigur desde que tomó posesión de su territorio. Por ejemplo, las escuelas sólo enseñan chino mandarín y los niños están olvidando su lengua madre.
Ataques ‘reactivos’ en China
Los grupos uigures dicen que en parte se debe a las políticas del régimen chino que algunas personas reaccionaron y tomaron las armas –en marzo de 2014 cinco agresores mataron a 33 personas a cuchillazos en una estación de trenes en la provincia de Yunnan; y el 22 de mayo de 2014, cinco uigures atacaron un mercado en Urumqi, capital de Xinjiang, matando a 39 personas.
Los expertos consideran a estos episodios violentos como algo muy diferente a lo que hacen grupos como ISIS, que tienen una ideología religiosa extremista explícita y funcionan como una organización terrorista estructurada y bien financiada.
“Los uigures están muy enojados con las políticas chinas en su región, y algunos grupos también están descontentos con la situación y por eso actúan de manera violenta”, dijo Meyers.
Raxit dijo que la violencia uigur ocurre “cuando la gente ya no aguanta más” y que “Beijing tiene una responsabilidad indiscutible”.
Uno de los casos más conocidos de manifestación masiva de miles de uigures en Urumqi, en 2009, fue provocada por un caso de violencia racial en una fábrica en la provincia de Guangdong, al sur de China.
Los actos de violencia –cuchillazos en estaciones de trenes, ataques con cuchillos o bombas en mercados– son “eventos reactivos”, dijo Meyers, y generalmente son cometidos por individuos o pequeños grupos de uigures agraviados. “Algo les ocurre, y forman grupos improvisados”.
Por otro lado, agregó, “Los eventos en París fueron organizados y planeados. Son de una naturaleza diferente”.
Debido a que las noticias internacionales discuten los temas del terrorismo y del Islam de una manera muy superficial, el paralelismo que intentó realizar el régimen chino “funcionará, y el público internacional lo aceptará”, dijo Meyers.
Erkin Emet, profesor de la Universidad de Ankara en Turquía especializado en investigar Xinjiang y el lenguaje túrquico, dijo que China ha estado relacionando a los uigures con el terrorismo desde el ataque a las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001.
“Los uigures son víctimas de una opresión de sus derechos humanos porque en Xinjiang no hay derechos humanos, ni libertad de expresión, ni libertad de prensa ni libertad de creencia”, dijo Emet.
Pero en su opinión, el régimen chino no podrá convencer a la comunidad internacional en su intento por relacionar a los uigures con el terrorismo, aunque el Partido Comunista podría lanzar un ataque de propaganda en su territorio.
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