Imagine por un momento cómo reaccionaría el mundo si Estados Unidos gastara 2 mil millones de dólares para comprar 16 aviones de combate Eurofighter Typhoon. Es probable que atraería la inmediata especulación de que el desarrollo de EEUU en los aviones F-35 y F-22 de alguna manera había fracasado.
Esta especulación también debería ser cierta para una compra de armas que sucedió el 19 de noviembre, cuando el régimen chino anunció su compra por valor de 2 mil millones de dólares de 24 aviones de combate ruso Su-35, a 83 millones cada uno.
En la superficie, la compra parece un poco extraña. El Su-35 es un avión de combate de generación 4,5. El régimen chino ya tiene varios aviones de combate de generación 4,5 que ya puede construir en el país (el JF-17, el JH-7, el J-10 y el J-11), y actualmente está en desarrollo dos aviones de quinta generación (el J- 20 y el J-31).
La compra debe plantear la pregunta de por qué un país compraría aviones extranjeros, cuando supuestamente podría construir aviones más potentes por sí mismo.
La respuesta simple es que los aviones de combate chinos tienen muchos problemas y no les gustaría que el mundo lo sepa.
Mirando su historial, los intereses del régimen chino en el Su-35 no son nuevos. Rusia comenzó a negociar en el 2011 para venderle los aviones a China, y las negociaciones se estancaron durante un tiempo ya que el Partido Comunista Chino (PCCh) quería que los aviones se construyeran en las fábricas chinas.
Informé en el 2013 que la historia se repite con los intereses del PCCh en el Su-35. Refleja lo que sucedió con los programas chinos para desarrollar el avión de combate J-10.
El PCCh comenzó a desarrollar el J-10 en la década de 1980, sacó un prototipo en la década de 1990, y luego en 1992 compró 50 aviones Su-27 de Rusia. La compra de los aviones rusos por parte del PCCh fue visto como una señal de que los programas con el J-10 estaban fallando.
Hasta el día de hoy, Rusia sigue siendo el principal proveedor de aviones de combate y bombarderos de China, y muchos aviones chinos construidos en el país todavía dependen de las piezas rusas.
No fue sino hasta el 2006 que el PCCh terminó el J-10, y hasta la fecha, el avión depende de las partes rusas, incluyendo los motores.
El desarrollo de motores para aviones por parte del PCCh ha sido un error en sí mismo. Se anunció en 2010 que iba a comenzar a construir sus propios motores utilizando el WS-10A, el cual era una imitación de un motor ruso. Sin embargo un año más tarde, volvió a pedir los motores rusos.
Así mismo, la compra de los aviones Su-35 por parte del PCCh podría significar que carece de fe para producir su propia generación de aviones modernos de combate, incluyendo su J-20.
Detrás de la retórica, hay algunos problemas graves en las empresas de aviones estatales del PCCh. Un gerente de Shenyang Aircraft Corp. reveló algunos de estos problemas a La Gran Época en una entrevista el año pasado, y expuso la desenfrenada corrupción y los defectuosos métodos de producción.
El gerente dijo que cuatro ejecutivos de la compañía estuvieron malversando cerca de 100 millones de yuanes (16 millones de dólares) al año. El director nos dijo que los componentes claves en el avión de combate J-8 fueron construidos por trabajadores temporales de ocho fábricas y enfatizó que a estas empresas les faltaba entrenamiento, certificaciones y autorización de trabajo.
El gerente también reveló que hay problemas ocultos en los aviones chinos, los cuales requieren que Shenyang Aircraft Corp. tenga equipos de reparación especializados que estén listos cada vez que la fuerza aérea del PCCh opera sus aviones.
La Televisión Central China (CCTV), uno de los principales portavoces del PCCh, transmitió algunas de estas deficiencias en un reciente video. Mostró piezas de precisión del avión de combate J-15 siendo pulidos manualmente en Shenyang Aircraft Corp.
Los internautas chinos se apresuraron a burlarse de la emisión, señalando que los componentes que se pulen a mano son controlados con una precisión de 3 micras, o alrededor de 0.0001 de una pulgada. Un usuario escribió: «Hoy en día computadoras avanzadas [de control numérico] pueden lograr una completa precisión de dos micras. El técnico en el informe tendría que ser un superhombre para tener una precisión de tres micras».
Asimismo, si bien la mayoría de las agencias de noticias no tardaron en alardear la compra china de los aviones Su-35 como una especie de cambio de poder que podría desafiar a los aviones de combate de Estados Unidos, la verdad es que no van a hacer mucho para cambiar el equilibrio de poder en la región Asia-Pacífico.
El Su-35 está cerca de las capacidades del Boeing F/A-18E/F Super Hornet. Los Estados Unidos tienen varios aviones de combate de generación 4,5, incluidas las versiones modernizados de los F-15 y el F-16.
Los aviones también no le dan demasiada ventaja al PCCh sobre sus vecinos. Por lo que van de los aviones de combate de generación 4,5, la India tiene el HAL Tejas, Corea del Sur tiene el FA-50, y Japón tiene el F-2. India también le ha proporcionado 12 de sus FA-50 a las Filipinas.
La otra realidad es que el desarrollo de aviones de combate de quinta generación del régimen chino está por verse.
India, Corea del Sur, Indonesia y Japón todos están desarrollando aviones de combate de quinta generación. India está desarrollando el avión de combate HAL Advanced Media y el Sukhoi/HAL de quinta generación. Japón está desarrollando el Mitsubishi ATD-X. Indonesia y Corea del Sur están desarrollando el KF-X/IF-X.
Se espera que todos estos programas estén terminados a principios o a mediados de la década del 2020. Si salen los aviones de combate de quinta generación del PCCh, se espera que su J-20 esté operando en 2018 y su J-31 en el 2020.
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