Los investigadores chinos están proponiendo una estación de energía solar en el espacio de un billón de dólares, la cual transmitirá un haz de su electricidad a un recolector en la Tierra usando microondas o láser, la agencia de noticias estatal Xinhua informó el 30 de marzo. Aunque anunciada como una central eléctrica, los analistas creen que esta estación en realidad está destinada a ser un arma espacial.
La estación de energía espacial propuesta, la cual Xinhua describe como «una súper nave espacial en una órbita geosíncrona equipada con enormes paneles solares», sería de alrededor de dos veces el tamaño del Central Park en Nueva York.
«De concretarse, superaría la escala del proyecto Apolo y la Estación Espacial Internacional, y sería el proyecto espacial más grande alguna vez construido», afirma Xinhua.
Si bien la tecnología puede sonar un poco excéntrica, el régimen chino activó y comenzó a financiar el programa en 2010, según un informe de la Academia China de Tecnología Espacial.
«Quien obtiene la tecnología en primer lugar podría ocupar el futuro mercado de la energía. Por lo que es de gran importancia estratégica», dijo Wang Xiji, el principal portavoz para el proyecto, y un investigador de la Academia de Ciencias China, según Xinhua.
Wang había dicho previamente, según un informe dado a conocer por WikiLeaks, que la planta de energía podría generar hasta 100 MW de electricidad, con su tamaño «empequeñeciendo la Estación Espacial Internacional y convirtiéndose en el objeto hecho por el hombre más grande en el espacio».
Un informe de 2011 del Guangming Daily de China estima que el proyecto tendrá un costo de más de un billón de dólares.
Amenaza militar
La estación con sistema laser y de microondas propuesta tiene potencial militar que encaja perfectamente con el programa secreto del régimen chino Assassin Mace (maza del asesino), un conjunto de estrategias con el objetivo de permitir a China derrotar a un enemigo tecnológicamente superior, Estados Unidos.
Tanto la tecnología de microondas como la del láser se pueden utilizar como armas anti-satelitales o como armas que interfieran la electrónica y los sistemas de defensa de misiles.
Un informe publicado en septiembre de 2010 desde el Centro Nacional de Inteligencia de Estados Unidos advierte de las armas Mace Assassin y «Trump Card (carta de triunfo) chinas«. Afirma que incluyen tecnología de interferencia en comunicaciones, utilizando armas de alto poder de microondas para desactivar los sistemas de misiles, y otras tecnologías para destruir la electrónica en grandes áreas.
La planta de energía solar con base en el espacio del régimen chino «es una idea que ha estado rebotando allí por algún tiempo», dijo Richard Fisher, investigador principal, del centro de estrategia y evaluación internacional de asuntos militares en Asia, en una entrevista telefónica.
«Funcionarios estadounidenses me han dicho que si se toma esta cosa y la volteas horizontalmente, entonces podrías tener un arma muy poderosa», dijo Fisher, señalando que» cualquier red de sistemas solares espaciales que China pueda construir se hará con el verdadero potencial para beneficios militares».
«Esta es una búsqueda muy seria por parte de China», dijo, señalando que mientras occidente ha estado reflexionando sobre conceptos similares durante décadas, el régimen chino es capaz de mover los fondos suficientes para construir realmente un sistema de este tipo.
Fisher añadió que una vez terminado, el programa muy probablemente va a terminar bajo el régimen militar chino, el Ejército Popular de Liberación.
Un objetivo a largo plazo
Los debates sobre la tecnología comenzaron con un artículo de 1968 en la revista Science del científico estadounidense Peter Gleason, quien propuso un diseño para una estación de energía solar desde el espacio.
La idea es que mientras que los paneles solares en la tierra obtienen luz del sol fluctuante cada día, un sistema basado en el espacio tendría luz solar casi constante. Xinhua informa de los paneles podían reunir hasta 10 veces más energía que los de la tierra.
En 2010, el régimen chino «decidió que la energía que viene fuera de la tierra, tales como la energía solar y el desarrollo de otras fuentes de energía solar espacial, es hacia donde apunta la futura China», según un informe de la Academia China de Tecnología Espacial.
Añade que la energía solar con base en el espacio y el desarrollo de satélites de energía solar son algunos de los «enfoques» exteriores «actualmente en desarrollo en China».
Un diseño para una estación de energía solar desde el espacio fue «activado, aprobado y financiado por el Ministerio de Industria y Tecnología de la Información» en 2010, poco después los investigadores presentaron una propuesta para el régimen chino, según el informe.
El programa cuenta con un largo ciclo de desarrollo. El informe estima que en 2020 las pruebas de un sistema en órbita comenzarán, y en 2025 se completará la primera demostración.
Ellos estiman que el sistema será capaz de generar electricidad para el 2035, y será comercialmente viable para el 2050.
Entre los mayores obstáculos es el hecho de que China no cuenta actualmente con la tecnología necesaria para el programa. El régimen chino necesitará paneles solares más delgados, y un lanzador capaz de llevar una carga útil de más de 100 toneladas en órbita.
Para que la estación funcione como una estación de energía, la tecnología láser o de microondas tendrá que ser capaz de enviar rayos de energía a la tierra, mientras pierde menos de la mitad durante la transmisión, una capacidad que no existe en la actualidad.
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