Nuevamente la estación espacial de origen chino que se construye en Argentina es escenario de polémica. Los trabajadores han decidido entran en huelga en reclamo de mejores condiciones laborales.
Los trabajadores de Esuco, subcontratada por la compañía estatal China Harbour Engineering Company Ltd. (CHEC), a cargo de la construcción de la cuestionada estación, tomaron el predio de la empresa, informó el diario local La Mañana el 19 de febrero.
Son aproximadamente 100 personas que exigen, entre otras cosas, que se cumpla el convenio de 3 días de trabajo por uno de descanso, que se paguen los días feriados en un 100% y que no se tomen represalias por la medida de fuerza, declaró Victoria Espinoza, familiar de uno de los trabajadores en huelga, a LU5, radio neuquina, citado por el mencionado matutino.
La estación espacial se está construyendo en la localidad de Quintuco, a unos 230 kilómetros al noroeste de la capital de la proivincia de Neuquén, al sudoeste argentino. «Yo estoy hablando por ellos porque en donde están, en Quintuco, no tienen señal», señaló Espinoza en la radio.
La vocera expresó que no tienen el apoyo de la UOCRA (el sindicato de los trabajadores de la construcción) y que, por el contrario, han recibido amenazas de parte del gremio. «Vino Bascuñan, un colaborador de Víctor Carcar, con matones con cuchillos que llegaron a apretar al personal porque no volvían a trabajar».
Además de estos reclamos puntuales, los trabajadores esperan poder cambiar sus condiciones laborales en general. «Desde hace cuatro meses no tienen recambio de calzado y tienen que ir a trabajar con zapatillas comunes; tienen dos baños para 60 u 80 personas en los que no hay agua y tienen que almorzar o cenar en comedores para 25 o 30 personas, cuando en total son más de 200 los que tienen que compartir ese espacio».
La estación espacial china en Neuquén viene siendo cuestionada desde el mismo momento en que se firmó el acuerdo por las condiciones del mismo: implica el uso de 200 hectáreas por 50 años por parte de la Agencia Estatal China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites (CLTC, por sus siglas en inglés) y trabajará personal técnico chino bajo condiciones laborales que, en principio, se regirían por las leyes chinas.
La Gran Época ha investigado y denunciado que la tecnología de la estación es apta para usos militares, los cuales concuerdan con la estrategia de las fuerzas armadas chinas a nivel global. La CLTC depende directamente del Departamento General de Armamentos del Ejército Popular de Liberación.
El diputado nacional Claudio Lozano, integrante de la comisión de Relaciones Exteriores y Culto, expresó su preocupación a La Gran Época por los alcances que puede tener la estación. «En el caso de la eventual base militar, es muy preocupante porque se trataría de una instalación china en el Atlántico Sur e implicaría la posibilidad de poner a Argentina en una suerte de conflicto interpotencia con los Estados Unidos. Avanzar en acuerdos de esta naturaleza podrá generar situaciones preocupantes», manifestó.
«En un Estado con un régimen de partido único y donde el factor militar es un pilar del poder político no es extraño que la tecnología sensible y este tipo de programas –nada menos que la exploración espacial- estén vinculados con intereses de defensa y la conducción castrense», expresó asimismo a La Gran Época el senador nacional Fernando «Pino» Solanas, en octubre del año pasado.
El pasado 18 de febrero, se presentó un recurso de amparo para detener la construcción de la base.
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