Te sorprenderá saber que esta señora tiene 92 años de edad, ¡pero los tiene! Estuvo ejerciendo la medicina durante 60 años y no tiene planes de jubilarse.
Te presento a la Dra. Melissa Freeman. Cada año, la Dra. Freeman trata hasta 200 pacientes en su clínica privada, ubicada en Harlem, Nueva York.
Lo increíble es que, a su edad avanzada, parece tan llena de vitalidad. Podría estar jubilada, pero está tratando a personas que son adictas a los opiáceos.
«Una vez adicta, es un problema muy difícil de resolver», le dijo a la anfitriona de Good Morning America, Robin Roberts, en agosto de 2018. «Pero verlos enderezar sus vidas, es algo muy conmovedor».
Lo más probable es que sean los cambios positivos que ve en los pacientes que trata, lo que la motiva a seguir haciendo lo que hace tan bien.
«Mientras Dios me dé la vida y me dé fuerzas, tendré que seguir haciéndolo y él fue muy, muy misericordioso conmigo».
Además, para desplazarse por la ciudad, la Dra. Freeman toma el metro.
«Soy neoyorquina».
«Si tengo que llegar a algún lado y el metro es la mejor manera de llegar, subiré al metro y lo tomaré».
Sus pacientes no sabían que la Dra. Freeman es la nieta de una esclava. Su abuelo y su padre no tuvieron muchas oportunidades de recibir una educación, así que la animaron a estudiar mucho.
«Mi padre realmente destacó la importancia de la educación», dijo la Dra. «Todos ellos sabían que sus hijos necesitaban ser educados. No hablaba mucho de ello, pero todos los niños lo sabían».
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Profundizando un poco en su pasado musical, se abre sobre lo que la llevó a la industria médica.
«Hice música y arte en el colegio Hunter», dijo a Amsterdam News. «Había una amiga de la familia y ella solía hablar conmigo y tenía una hija que era médica y me preguntaba:’¿Por qué no te haces médica? «¿Por qué no piensas en ser médico?
«Sabía que no iba a ser músico. Estudié fisiología en la universidad y me gustaba la ciencia», continuó la Dra Freeman. «Pero, ¿cómo iba a pagar una educación en medicina? Mi padre acababa de morir, no había fondos, así que no sabía qué hacer».
Y como dice el dicho, donde hay voluntad, hay una manera.
Para poder estudiar medicina, equilibró un par de trabajos con clases nocturnas. Eventualmente, se graduó de la Facultad de Medicina de la Universidad de Howard en 1955.
A partir de allí, su carrera en la medicina floreció y podemos ver que ella obtiene mucha satisfacción al tratar a la gente.
Cuando se le preguntó si prevé retirarse, dijo: «No en un futuro próximo, no».
En vista de la carrera de la Dra. Freeman en medicina, el dicho de Confucio encaja perfectamente: «Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día en tu vida».
¡Qué importante es la educación! Que el recorrido en la vida de la Dra. Freeman sea un estímulo para todos los que anhelan estudiar y hacer algo con sus vidas, incluyendo a los padres que desean motivar a sus hijos. Usa tu educación para beneficiar a otros.
Mira el video a continuación:
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