El 18 de noviembre, el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura tuvo una audiencia sobre China, que reveló más de lo que la delegación china pudo haber previsto sobre la actitud del régimen hacia la tortura.
Wu Hailong, el jefe de la delegación china, presentó un informe. El comité de expertos respondió con preguntas, y la delegación China respondió. A pesar de que el informe de Wu afirmó que China logró importantes avances en la promoción de los derechos humanos, los expertos del panel no estaban convencidos.
Algunas respuestas de la delegación china hicieron que la gente se preguntara si china realmente entiende el significado de la tortura.
Por ejemplo, la delegación china afirmó que el confinamiento solitario era una herramienta de gestión, no una medida punitiva. También defendió que la silla de interrogatorios era utilizada como medida de protección y seguridad para evitar que los sospechosos se hicieran daño a sí mismos.
A partir de las respuestas de la delegación china, se puede fácilmente obtener la impresión de que en China la tortura es una práctica común. Es tan común que los funcionarios no se dieron cuenta de que en sus negaciones realmente admitieron la práctica de la tortura a nivel general.
Abogados torturados
Las respuestas por escrito en octubre especificaron que 10.000 jueces y 24.039 funcionarios de la fiscalía recibieron capacitación contra la tortura desde 2012. Sin embargo, esta capacitación no impidió el uso de la tortura.
La tortura es aplicada por la policía, la fiscalía, e incluso por la corte. Las respuestas indicaron que los abogados, quienes sólo podían ser las víctimas, no los perpetradores de la tortura, fueron los únicos que violaron las leyes.
Un caso típico ocurrió en Jiansanjiang en la lejana provincia nororiental de Heilongjiang. Las respuestas escritas declararon que los abogados fueron detenidos por «actividades que perturban el orden social». Las respuestas olvidaron, accidental o intencionalmente, mencionar que las «actividades» solicitaban la liberación de los practicantes de Falun Gong que fueron detenidos ilegalmente en un centro de lavado de cerebro. El centro de lavado de cerebro también se conoce como una cárcel negra- las cárceles negras pasaron a ser otra de las preocupaciones del comité.
Las respuestas dijeron que ninguno de los abogados fue torturado, pero un examen médico encontró que los cuatro abogados detenidos tuvieron un total de 24 costillas rotas.
Otra cosa extraña involucró las respuestas de la delegación sobre el enjuiciamiento de los torturados. Según la delegación, «había un montón de casos de enjuiciamiento a infractores torturados», pero ninguno de ellos estaba entre los casos más importantes como los de Jiansanjiang, sobre los cuales el comité preguntó.
Definición diferente
Obviamente, la delegación china no consideraba que las costillas rotas de los abogados son el resultado de la tortura o los malos tratos. La delegación China explicó que la definición de tortura en China es diferente de la Convención de la ONU debido a que China tiene una cultura y un idioma diferente.
Esto es muy cierto. Es la cultura del Partido Comunista Chino establecida después de que el PCCh llegó al poder en China en 1949. En el diccionario del PCCh, romper las costillas se le llama «hacer cumplir la ley». En el resto del mundo, se llama tortura.
En la mayoría de los casos tratados por el Comité, la delegación negó rotundamente la existencia de la tortura, sin embargo su uso podría ser confirmado fácilmente.
Después de leer las respuestas escritas, me encontré con que la delegación ni siquiera tuvo que hacer alguna búsqueda o investigación para responder. La mayor parte de las respuestas de la delegación consistían simplemente en pegar el texto de las leyes y reglamentos o negar totalmente que ciertos casos habían ocurrido. La delegación hizo esto de una manera superficial y ni siquiera se molestaron en comprobar si había errores antes de enviarlos.
Por ejemplo, las respuestas escritas negaron la denuncia de la sustracción de órganos citando las «Regulaciones sobre Trasplante de Órganos Humanos». Las regulaciones fueron emitidas a toda prisa en el 2007, muy probablemente como respuesta a la revelación de la sustracción de órganos a practicantes vivos de Falun Gong en el 2006. ¿Cómo una regulación del 2007 demuestra la no existencia del presunto delito expuesto el año anterior?
Las respuestas escritas también afirmaron que «Shuanggui», que es un interrogatorio abusivo a los miembros del PCCh que son sospechosos de violar los reglamentos del Partido, es parte del sistema legal y la disciplina del Partido en China. En realidad, Shuanggui es disciplina para el Partido, pero definitivamente no es parte del sistema legal.
La cultura del Partido
Para entender la situación en China y el extraño comportamiento de los funcionarios chinos, tenemos que mirar la historia del PCCh.
La tortura ha sido siempre parte de la revolución comunista y del régimen. En 1930, cuando el Ejército Rojo estaba todavía bajo asedio en Jiangxi, Mao Zedong inició una campaña de limpieza interna para establecer su autoridad absoluta dentro del Ejército Rojo.
Su objetivo era la inexistente organización llamada Anti-bolchevique. Puesto que no había tal organización, todas las confesiones tuvieron que ser extraídas por medio de la tortura. La campaña duró varios meses y murieron 70.000 efectivos del Ejército Rojo. Muchos de ellos fueron torturados hasta la muerte. Otros fueron sacrificados.
Una década más tarde, se utilizaron métodos de tortura similares en el Movimiento de Rectificación Yan’an. El movimiento también fue iniciado por Mao para eliminar la influencia de otras facciones dentro del Partido y para establecer el poder absoluto de Mao en la dirección del Partido. Una de las víctimas, Wang Shiwei, periodista y escritor, fue injustamente acusado y detenido en ese tiempo. Fue ejecutado con un hacha, probablemente para ahorrarse una bala.
Después de que el PCCh llegó al poder en China, la tortura se extendió a todo el país, acompañado de numerosas campañas políticas, desde eliminar a los propietarios de tierras a principios de la década de 1950 a la actual persecución de Falun Gong. Uno de los objetivos de estas campañas políticas es encontrar a las peores personas y luego reclutarlos dentro del Partido. Estos se convierten en los líderes de la próxima generación y los perpetradores de más torturas. Mientras tanto, los conceptos y métodos de la tortura también se transmiten a los nuevos reclutas.
La mayoría de la gente cree que la tortura y el asesinato durante la Revolución Cultural se llevó a cabo por la Guardia Roja. Pero en realidad, la Oficina de Seguridad Pública estaba o detrás de la mayoría de los casos o en realidad fue quien llevó a cabo la tortura. Por supuesto, la Seguridad Pública fue y sigue siendo, la herramienta del Partido. La Oficina de Seguridad Pública, sobre todo su grupo de trabajo especial, es la mayor fuente para la tortura en China.
El sistema de Seguridad Pública se estableció después de que el PCCh conquistó a China. El personal fue transferido directamente de los militares, los cuales llevaron a cabo la ley marcial. La primera y única tarea era en ese entonces reprimir a los contrarrevolucionarios. Esa fue la primera práctica de tortura después de que el PCCh tomó el poder.
Más tarde, cuando la función de Seguridad Pública se expandió, la función de supresión se mantuvo en una unidad específica dentro de la Seguridad Pública. Cambió el nombre varias veces, pero siempre fue la primera oficina de Seguridad Pública. A excepción de un período muy corto durante la Revolución Cultural, esta sección de Seguridad Pública siempre reflejó el lado violento del Partido.
Ahora esta oficina se llama Seguridad Doméstica. Es responsable de la persecución a los practicantes de Falun Gong, miembros de iglesias, abogados de derechos humanos, y de cualquier persona que el PCCh considere un enemigo.
Desde el principio, los que trabajan en el sistema jurídico sólo han conocido el lenguaje de la violencia. En otras palabras, toman la tortura como algo normal. Así mismo hizo la delegación que representó al sistema ante el comité de la ONU. Esa es la razón de por qué la delegación china y el comité no podían entenderse. En realidad no coincidieron las preguntas y las respuestas.
Ponerle música a la vaca, que en chino significa perder el tiempo, es más fácil que conseguir una respuesta sincera de los funcionarios chinos. ¿La delegación se sintió incómoda emitiendo esas respuestas? Probablemente no. Los miembros de la delegación simplemente viven en su propio mundo, y usan su propia lógica y lenguaje que sólo puede ser entendido por ellos mismos.
Heng He es un periodista de La Gran Época.
Las opiniones expresadas en este artículo son los puntos de vista del autor (s) y no reflejan necesariamente las opiniones de La Gran Época.
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