Una rutina de ejercicios físicos resultó irónicamente en una experiencia de vida o muerte para uno de sus participantes.
Afortunadamente, la tragedia se evitó gracias a la rápida reacción y el trabajo en equipo del entrenador y sus compañeros de gimnasio.
El sargento mayor de la Fuerza Aérea de EE. UU. Ronald Ebert, del ala 140 de la Guardia Nacional Aérea de Colorado, estaba dirigiendo un entrenamiento en su gimnasio local el 1 de junio de 2020, cuando uno de los participantes se desplomó repentinamente y cayó al suelo.
Al principio, Ebert, un preparador físico y un ávido corredor habitual, pensó que el hombre «se había desmayado», reportó la Guardia Nacional. Pero cuando se mantuvo quieto e inmóvil durante unos segundos, Ebert y algunos compañeros del gimnasio, entraron en acción.
Primero intentaron despertar al hombre «dándole aire y frotando su pecho», dijo la esposa de Ebert, Alison, que suele acompañarlo en los principales entrenamientos.
Eso no funcionó, debido a que el hombre no respondió y luego comenzó a convulsionar un poco. Alarmados, llamaron al 911 y continuaron sus esfuerzos, según el reporte.
Pero a medida que pasaban los segundos, la condición del hombre seguía deteriorándose.
«Su pulso comenzó a debilitarse y luego ya no se podía encontrar», dijo Alison.
Entre los presentes había una enfermera y un estudiante de medicina, y comenzaron a darle compresiones torácicas de RCP. Sin embargo, el botiquín de primeros auxilios del lugar no incluía una máscara para dar respiraciones de rescate.
Ebert, como exsargento primero del Grupo Médico 140, también había pasado por el mismo curso de RCP que el personal médico. Inmediatamente decidió empezar a administrar el boca a boca sin dudarlo.
«El tipo necesitaba oxígeno y yo tuve la oportunidad de ayudarlo», dijo Ebert.
Cuando los paramédicos finalmente llegaron, revivieron al hombre y lo llevaron al hospital. Más tarde le diagnosticaron que había sufrido un ataque al corazón.
Ebert dijo que, según los médicos, el hombre solo tenía un 5 por ciento de probabilidad de sobrevivir en ese tipo de situación.
«Fue muy afortunado de haber estado con personas entrenadas que no dudaron en reaccionar rápidamente».
Alison dijo, «Cada persona que estaba allí aportó, ya sea suministrando directamente algo al paciente o guardando las pesas para que los paramédicos tuvieran el camino despejado».
«La familia estaba extremadamente agradecida por haber iniciado la RCP tan rápidamente», dijo Alison, «porque probablemente eso salvó la vida del caballero».
Según la Asociación Americana del Corazón, entre los más de 356.000 paros cardíacos que ocurren fuera del hospital, alrededor del 90 por ciento son fatales. Administrar RCP inmediatamente puede duplicar o triplicar las posibilidades de supervivencia de una víctima.
Afortunadamente, en este caso, el hombre sobrevivió. El hombre visitó el gimnasio hace unos días; Ebert dijo que fue bueno verlo, según reportó la Guardia Nacional.
Reflexionando sobre el encuentro que salvó la vida, Alison dijo que Ebert demostró un liderazgo «elogiable» todo el tiempo.
«Nunca hubo pánico o histeria», dijo.
Ebert atribuyó su capacidad de respuesta a su formación militar que le permitió estar a la altura de las circunstancias.
«Gracias a mi entrenamiento militar y experiencia, pude mantener la calma y confiar en mi entrenamiento», dijo.
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«Estaba horrorizada… no sabía que algo así podría pasarle a alguien».
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