Gabriel Méndez Ramírez, de Oceanside, California, supo que quería ser marine desde su infancia. Sin embargo, su sueño estaba lleno de dudas, ya que sufría de intimidación por su enorme peso. Ahora, después de superar todos los obstáculos, el joven de 18 años ha perdido 186 libras (aprox. 84 kg) y se fue a iniciar el entrenamiento de reclutas del Cuerpo de Marines.
Según los Servicios de Distribución de Información Visual de Defensa, Ramírez tuvo su primer encuentro con un marine de Estados Unidos en un restaurante lleno de gente hace unos años. En ese momento, Ramírez no tenía ni idea de quién era la persona, pero se sintió atraído por el uniforme. Después de acercarse a él para saber más, Ramírez decidió que un día se convertiría en un Marine también.
Sin embargo, desde que se embarcó en el camino para lograr su sueño, se ha enfrentado a numerosos desafíos.
Como estudiante de primer año en la escuela secundaria Rancho Buena Vista, Ramírez pesaba 365 libras (aprox. 166 kg). Sus amigos y compañeros de clase se burlaban de él y lo llamaban con nombres crueles como «albóndiga».
Pero el momento decisivo en la vida de Ramírez llegó cuando conoció a la Sargento Anna Rodrigues al final de su segundo año en la escuela secundaria. Rodrigues habló en su clase sobre su experiencia en el Cuerpo de Marines y compartió historias. Justo después de la sesión, ella llevó a Ramírez a un lado, le preguntó sobre sus intereses y le dio su tarjeta.
«Me miró a mí, no a mi peso», recordó Ramírez. «Me dijo: ‘todo depende de ti si lo quieres'».
Después del impulso inicial de Rodrigues, Ramírez decidió trabajar para lograr su objetivo. Sin embargo, en el tercer año, Ramírez se vio abrumado por la duda y la lucha, ya que la gente de alrededor le dijo que no sería capaz de hacerlo. Sin embargo, otras personas también se hicieron eco de que no podría lograr su sueño debido a su peso. Pero luego volvió a ver a Rodrigues y visitó la Subestación de Reclutamiento Oceanside.
«Hice mi primer entrenamiento con ellos y este me mató», dijo Ramírez. «Corrí una milla y media en 26 minutos, no pude hacer ningún pull-up, y ni siquiera pude hacer 20 abdominales. Pero, siempre me animaron, me motivaron y me impulsaron».
Describiéndose a sí mismo como que no estaba en un «buen lugar» en ese momento, Ramírez comenzó a recuperar todo el peso que tanto le había costado perder. Para entonces, carecía de motivación y estaba reconsiderando la posibilidad de lograr su sueño de convertirse en un Marine Corp. Sin embargo, Rodrigues nunca pareció darse por vencida. Le enviaba mensajes de texto regularmente y lo motivaba.
«Había mucha gente que menospreciaba a Gabriel, y yo le decía que puede estar molesto por eso o les puede demostrar que no será la persona que ellos creen que es», Rodrigues le dijo a Stars and Stripes, un periódico militar estadounidense.
Conmovido por la constante motivación de Rodrigues, quien creció con una madre soltera, Ramirez retomó desde donde lo había dejado y trabajó duro. También se unió al equipo de lucha libre de su escuela. En ese momento, su entrenador, un veterano de la Marina, también lo alentó y le enseñó a ser perseverante. Sin embargo, en un mes, su mentor fue reemplazado.
Entonces Ramírez compartió que no parecía ser del agrado del nuevo entrenador y sus compañeros de equipo y le hicieron creer que realmente no sería capaz de lograr su objetivo. «Al principio no dejé que me afectara, pero apenas mi nuevo entrenador me dijo: ‘Eres un asco’. Sus palabras me impactaron mucho y renuncié al equipo», dijo Ramírez, según los Servicios de Distribución de Información Visual de la Defensa.
Sin embargo, Rodrigues siempre estuvo a su lado, evitando que renunciara a su sueño. «De los chicos con los que hablo, una cosa que busco es el corazón», dijo Rodrigues a Stars and Stripes. «Busco a alguien que no se dé por vencido y que acepte el desafío».
Durante su escuela secundaria, Ramírez luchó entre la duda y la determinación. Después de mucho desaliento de la gente a su alrededor, Rodrigues un día apareció en la puerta de Ramírez. «Ella en realidad me puso en jaque ese día. Me dijo que dejara de dudar de mí mismo y que pusiera mi mente en lo que quería lograr. Yo era el único que podía hacer que esto sucediera para mí. Nadie podía hacerlo por mí», recordó Ramírez.
Ahora, finalmente después de perder 186 libras (aprox. 84 kg) a finales de mayo, Ramírez se fue a entrenar al Centro de Reclutamiento del Cuerpo de Marines de San Diego, según Military.com.
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