Las predicciones de los científicos del clima anunciaron en agosto que la temporada de huracanes que se extiende entre el 1 de junio y el 30 de noviembre será.“una temporada por encima de lo normal”, con «mayor número» de ciclones y que “ podría ser extremadamente activa”, de acuerdo a la Administración Nacional Oceanográfica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA).
Esto concuerda con lo que anticipó para el siglo 21, el Panel Internacional del Cambio Climático (PICC) en su quinto informe publicado entre 2013 y 2014, al señalar que independiente de la frecuencia, serán cada vez más extremos con vientos más fuertes y mayor cantidad de agua de inundación.
Otro aspecto preocupante de los próximos huracanes que se pronostican para el futuro, lo señaló Suzana Camargo, física del océano en el Observatorio de la Tierra de Lamont-Doherty. Al referirse esta semana al catastrófico ciclón Harvey -que azotó en estos días a Estados Unidos- resaltó el hecho que se fortaleció de una tormenta tropical a un huracán “tan rápido”, de acuerdo a su cita en un análisis publicado por la Universidad de Columbia el 30 de agosto.
Si los huracanes se comportaran de esta manera hay menos tiempo para la prevención inmediata por parte de los gobiernos y los residentes, sobre todo en caso de construcciones fuera de lugar y en terrenos bajos.
Para los siguientes meses y años esto puede ser preocupante. Según NOAA, “es posible que la temporada de huracanes de 2017 sea la más fuerte desde 2010”. Ese año se registraron 19 ciclones, de los cuales 12 se transformaron en huracanes.
Esto por supuesto toma mucho sentido al ver las chocantes imágenes de los efectos del huracán y tormenta Harvey sobre Huston y otros territorios de Texas, donde el agua de inundación, incluso en la zona metropolitana alcanzó los 127 centímetros, de acuerdo a cifras de NOAA.
Cambio climático y otros riesgos
Harvey ha sido clasificado como apocalíptico por la administración estadounidense, y su curso por los estados de Lousiana y más adelante Mississipi y Tennesse pueden agregar desaliento al pensar en lo que se avecina por el Cambio Climático que vive la Tierra, propio a causa de las actividades del ser humano, como fue aceptado por el en el reporte del Panel PICC.
Sin embargo, hay que aclarar que según los expertos, lo que marcó la diferencia en Harvey en el efecto de las inundaciones no sólo fue el Cambio Climático en sí, sino donde y cómo han estado construyendo los texanos. Esto agrava el panorama a futuro.
La Universidad de Columbia, cita declaraciones de Adam Sobel, donde explica que la ubicación de Houston en una planicie de inundación-así como el desarrollo de infraestructura en esa área- empeoró el impacto de Harvey.
“El cambio climático no causó el huracán Harvey, sino que lo hizo peor”, puntualizó a su vez Valérie Masson-Delmotte, experta climatóloga miembro de un grupo de referencia del PICC, en su Twitter.
Climate change didn’t cause Hurricane Harvey, but it made it worse https://t.co/25irM7INey
— Val. Masson-Delmotte (@valmasdel) August 29, 2017
La meteoróloga cita en el siguiente Twitt que para el siglo XXI aunque las frecuencias de los ciclones tropicales disminuyan o se mantengan, en cualquiera de los casos se espera que aumenten su intensidad de los vientos así como las precipitaciones. Desde 1850 las inundaciones registradas por los huracanes han aumentado, pese a que en en la frecuencia entre 1970 y 1995 habían disminuido.
Como a futuro los huracanes en promedio se vislumbran de características más devastadoras, si se agrega el hecho que serán de mayor frecuencia, esto es preocupante. Además el real riesgo de las construcciones fuera de lugar, ofrece un escenario peor aún. El huracán Katrina, por ejemplo en 2005 causó 1833 victimas.
“Sólo se necesita que una tormenta golpee un area para causar un desastre. Por lo tanto, se insta a los residentes, negocios y agencias gubernamentales de las regiones costeras y cercanas a la costa para prepararse cada temporada de huracanes, independientemente de la actividad predicha”, señala NOAA.
3/3 – As a starting point, 3 examples of conclusions of the last IPCC AR5 report on heavy rainfall events and cyclones in a changing climate pic.twitter.com/Ji1mAnVnAp
— Val. Masson-Delmotte (@valmasdel) August 28, 2017
Para ilustrar cuánto han aumentado las temperaturas en nuestro planeta, el siguiente mapa, en color rojo muestra cifras sobre el promedio en la mayor parte del planeta entre enero y julio, hecho que también ocurrió durante todo el año 2016, Esto está causando deshielos y alzas del mar.
La temperatura de las aguas es un factor importante en la formación de huracanes.
Más ciclones por llegar en 2017
Las predicciones indican que «un número aún mayor de tormentas» amenazan con llegar a la Costa del Golfo, la Costa Atlántica y Estados Unidos, así como más tormentas amenazan con azotar la región alrededor del Mar Caribe.
Pese a que el equipo de NOAA no hace predicciones específicas para cada estación de huracanes en particular, sí indica periódicamente la tendencia. En su último informe aumentó la probabilidad de un 45% predicho en mayo a un 60% de que efectivamente será una temporada por encima de la normal.
Habrá “un mayor número de tormentas con nombre y huracanes, y estos sistemas tienden a durar más que en temporadas bajas o debajo de lo normal”. El número estimado es:
14 a 19 tormentas con nombres,
5 a 9 huracanes
2 a 5 huracanes mayores
¿Porqué se anuncian más ciclones?
El aumento de las perspectivas para la temporada de ciclones de 2017 se debió a varios factores. El primero de ellos se refiere a los vientos verticales más débiles, vientos alisios más débiles, patrones de vientos del África más propicios, además de la situación favorecedora del monzón de África occidental.
El segundo factor es la condición neutra que está presentando entre El Niño y La Niña que se estima se desarrollará entre agosto y octubre.
Por otro lado las temperaturas más altas de la superficie del mar en la región donde se desarrollan los huracanes “tienen más probabilidades de persistir”.
“Todos los modelos predijeron una temporada más activa que la de mayo”, destacó NOAA, enfatizando que ya en junio y julio en el Atlántico tropical se vio un aumento de actividad, con la llegada de las tormentas tropicales Bret y Don. “Históricamente, los años con actividad en la primera parte de la temporada en esta región tienen una mayor probabilidad de estar por encima de lo normal”.
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