La Plataforma Ciudadana Stop Instituto Confucio presentó ayer martes 13 de junio en el Palacio de la Moncloa, sede del gobierno español, un escrito donde manifestaba “preocupación fundada de que la libertad de enseñanza se vea comprometida en la educación pública aragonesa por la futura apertura a finales de septiembre del Instituto Confucio de la Universidad de Zaragoza (…) en cuestiones relativas a trasparencia, incentivos económicos e influencia diplomática”.
Así mismo, la Plataforma indicó que iniciaron una queja en el mes de mayo ante el Justicia de Aragón, institución que vela por los derechos de los ciudadanos y que actúa como defensor del pueblo frente a posibles abusos o malas prácticas llevadas a cabo por administraciones públicas.
“Stop Instituto Confucio” fue constituida en mayo de este año en España. Según su página web “agrupa a diferentes colectivos sociales y de derechos humanos preocupados por la polémica que rodea a los Institutos Confucio del régimen chino”.
Infiltración silenciosa
Desde 2004, fecha de su creación, el Instituto Confucio pretende asemejarse a un Instituto Cervantes o al British Council. Proclaman ser instituciones sin ánimo de lucro para la promoción y enseñanza de la lengua y la cultura chinas, pero al contrario que el Instituto Cervantes o el British Council, el Instituto Confucio no tiene sus propias instalaciones y se adhiere a universidades o colegios extranjeros. Según Terry Russell, doctor en filología china en la Universidad de Manitoba (Canadá) “esta forma de hacer, permite al gobierno chino acceder a un número más grande y ya asentado de estudiantes. Y hacer uso del prestigio de las universidades incrementa mucho el perfil del Instituto Confucio”.
Según Clive Ansley, abogado y experto en China, “quieren apuntar a los jóvenes que serán futuros líderes. Y si el Partido Comunista Chino puede influenciarlos en esta etapa de sus vidas, y crear una imagen benigna del Partido Comunista Chino, entonces ellos pueden influir en los gobiernos futuros en formas que probablemente ni siquiera podemos medir ahora.”
¿Por qué Confucio?
Confucio es uno de los personajes más importantes de la historia de China. Utilizar el nombre de Confucio en cualquier actividad aporta seriedad y prestigio. Pero, ¿qué legitimación histórica tiene el Partido Comunista Chino (PCCh) para utilizarlo? ¿Atesoró el PCCh el pensamiento del gran sabio?
Durante siglos, el conocimiento y dominio de los clásicos confucianos fue exigido a los aspirantes que querían ingresar al cuerpo de funcionarios del emperador. Las cinco virtudes cardinales confucianas abarcaban la benevolencia, la rectitud, la sabiduría, la lealtad y la devoción filial.
Pero durante la Revolución Cultural en las décadas del sesenta y del setenta, el Partido Comunista Chino no demostró ningún respeto por Confucio ni por el confucianismo, e incluso llegó a tildarlo de “bastardo número uno”. Sin embargo, que el régimen chino bautizara a sus embajadores culturales como “Institutos Mao Zedong” probablemente no tendría ningún atractivo para los occidentales conocedores de la tradición china, por lo que utilizaron el nombre de Confucio para ganar aceptación.
En la China actual se han recuperado muchos monumentos y aspectos externos de la cultura tradicional, pero los valores tradicionales y la cultivación interior casi se han perdido en favor de la cultura del PCCh y la lucha de clases.
Falta de trasparencia
Acogiéndose a la ley 8/2015 de transparencia de la actividad pública y participación ciudadana de Aragón, “Stop Instituto Confucio” realizó a su vez una petición para tener acceso a los convenios que firmó la Universidad de Zaragoza con el régimen chino para establecer el Instituto Confucio, y que hasta la fecha no se han hecho públicos. La asociación contra la instalación del instituto también solicitó que se haga público el contrato entre la universidad y una empresa privada, cuyo presidente es profesor en la universidad y principal responsable de traer el Instituto Confucio a Zaragoza.
Discriminación en la política de contratación
En 2011, Sonia Zhao, que era instructora en el Instituto Confucio de la Universidad McMaster, dijo a las autoridades de McMaster que fue forzada a firmar el contrato de Hanban, la organización del régimen que supervisa los Institutos Confucio, el cual no permite emplear a practicantes de Falun Dafa.
Según Sonia, en el momento en que se le presentó el contrato, era demasiado tarde para retroceder. Se sentía presionada y temía la persecución si admitía su práctica espiritual. Su madre había estado encarcelada durante dos años por ser practicante.
Falun Dafa es una práctica espiritual que fue muy popular en China en los años noventa, pero que en 1999 comenzó a ser perseguida por el Partido Comunista Chino, temeroso de su popularidad. Los practicantes han sido objeto de persecución por el régimen, quien ha detenido a cientos de miles de practicantes, los somete a diversas torturas y en algunos casos, los asesina para extraerles los órganos de una manera forzada.
La Universidad McMaster, que es una universidad pública de investigación ubicada en Ontario, Canadá, encontró inaceptable esta discriminación en la contratación que excluye a los practicantes de Falun Dafa y posteriormente terminó su relación con Hanban y cerró su Instituto Confucio.
Incentivo económico
Según informó la Universidad de Zaragoza, el régimen chino “ha aportado 150.000$ para la puesta en marcha del centro y 20.000€ para material docente.”
Controversias
Las controversias y riesgos del Instituto Confucio, como la de actuar como espía del régimen chino, han sido documentados por La2 de Televisión Española (Documentos TV El dragón de las mil cabezas). También informaron sobre sus controversias el Real Instituto Elcano, el Servicio Canadiense de Inteligencia y Seguridad (CSIS), The Wall Street Journal, la BBC y la Asociación Europea de Estudios Chinos (EACS) entre otras instituciones.
Concentraciones y actividades en Zaragoza
Durante las dos primeras semanas de junio, “Stop Instituto Confucio” organizó una serie de actividades y concentraciones en la Universidad de Zaragoza, España, para concienciar a la población sobre las controversias del Instituto Confucio en todo el mundo.
El 1 de junio la asociación proyectó el documental “En el nombre de Confucio” en la Casa del Estudiante de la Universidad de Zaragoza, al que siguió una ronda de preguntas con la directora del documental Doris Liu.
«Stop Instituto Confucio» se manifestó el lunes 5 a las puertas del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza para protestar por la próxima apertura de dicho centro en la universidad pública aragonesa. También se concentraron simpatizantes de la asociación el miércoles 7 de junio, coincidiendo con la ceremonia de apertura del Instituto.
Según miembros de la Plataforma, algunos asistentes a la inauguración firmaron la petición para cerrar el instituto en Zaragoza, y afirmaron que el embajador de China en España no entró por la puerta principal como hubiera estado previsto. La plataforma ha asegurado que hay muchos profesores de la universidad en contra de la apertura de este polémico instituto, pero que algunos de ellos se han auto censurado.
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