La mayoría de los jóvenes de 20 años todavía están tratando de averiguar qué quieren hacer en la vida. Ese no es el caso de Boyan Slat. Desde que tenía 16 años, el holandés ha tenido una misión: limpiar los billones de restos de plástico que contaminan nuestros océanos y matan a la preciosa vida marina.
Lo que es sorprendente, es que este joven que comenzó con lo que al principio sonaba como un sueño extravagante, ¡realmente pudo ser capaz de llevar a cabo esta tarea gigantesca!
La primera vez que Slat estuvo sumergido en la basura del océano fue durante unas vacaciones de buceo en Grecia. Estaba atónito al ver que había más plástico en las playas que los peces en el mar. Al terminar la escuela secundaria, comenzó a perseguir su sueño de toda la vida de convertirse en un ingeniero aeroespacial. Sin embargo, nunca podría borrar las imágenes de esos restos de plástico de su mente.
Así que en 2013, Slat abandonó la universidad y estableció The Ocean Cleanup Foundation. Mientras comenzó a instruirse y profesionalizarse en esta problemática, su misión era dar una solución de una manera respetuosa con el medio ambiente, a gran escala y eficiente, para quitar la contaminación plástica de ecosistemas acuáticos.
Al cabo de un año, el decidido joven y su equipo de 100 científicos e ingenieros voluntarios de todo el mundo, lograron llegar a un estudio de factibilidad de 530 páginas que estableció la tecnología y las necesidades financieras para que tal concepto fuera viable.
El proyecto fue nombrado como «Ocean Cleanup Project» y no implicaba perseguir a cada pieza de plástico flotante. En cambio, el plan se centró en los cinco «parches basura» que se han acumulado por la rotación de las corrientes oceánicas, llamadas giros, en áreas específicas. Según los expertos, se estima que estos cinco parches albergan alrededor de 5,25 billones de los 8 billones de restos de plástico que están flotando en los océanos del mundo hoy en día.
El equipo de Slat planteó la hipótesis de que si se crea un área de recolección estacionaria alrededor de cada uno, el plástico podría recogerse de una manera económica y eficiente. El plan fue lo suficientemente convincente como para elevar el presupuesto del equipo a cerca de 2,2 millones de dólares en una campaña de crowdfunding.
Pero antes de que cualquier limpieza pudiera comenzar, los ecologistas necesitaban tener una idea de lo que estaban enfrentando. Así que el 23 de julio de 2016, una flota de 30 barcos pequeños y una nave madre de 171 pies de largo llamada Ocean Starr, se dirigió hacia el Great Pacific Garbage Patch. El área de 500 millas de largo de residuos de plástico tóxico que se extiende desde California al Mar de Japón es la más grande de las cinco zonas de acumulación de basura oceánica.
La «Mega Expedition», que cubría 3.500.000 km, midió la basura de varias maneras. Las redes de arrastre de manta (sistemas netos para el muestreo de la superficie del agua) se adjuntaron a cada barco, permitiendo a los ambientalistas recolectar muestras a medida que se desplazaban a lo largo de las aguas.
Una aplicación de visualización y un globo de una gran altitud fijado a Ocean Starr dieron a los investigadores una idea del número de piezas más grandes de basura, como boyas abandonadas y redes de pesca que están flotando alrededor. Durante la expedición de un mes que terminó en San Francisco el 23 de agosto, el equipo recopiló más datos de lo que los expertos han podido en 40 años.
El Ocean Cleanup Project planeó probar su tecnología con una pequeña tarea fuera de las costas de Japón en 2016. Se embarcaron en la ardua tarea de limpiar el Great Pacific Garbage Patch. El equipo estima que tomará 10 años extraer sólo el 42% del plástico que actualmente está flotando alrededor del área.
Entonces, ¿cómo el equipo de Slat recuperará la basura? Mediante el uso de un sistema de barreras flotantes colocadas estratégicamente que recogerá el plástico arrastrado por las corrientes oceánicas, similar a cómo las olas llevan la basura a la orilla. Los escombros recogidos serán trasladados a un área de almacenamiento con la ayuda de una cinta transportadora accionada por energía solar. Cada 45 días más o menos, un barco será enviado para recuperar la basura recogida y trasladarla a tierra. Dado que el sistema no requiere redes, no hay ninguna posibilidad de dañar a la vida silvestre en el proceso. Y, ¿en cuanto al plástico acumulado? Será reciclado en aceite, que se puede vender para ayudar a compensar algunos de los costos asociados con el proyecto.
#OneMillionLess Top 10 Trash Items Found in the ocean by #scubadivers. #plasticpollution #DiveAgainstDebris https://t.co/renRQQMncy pic.twitter.com/9W9GHWuSiS
— Project AWARE (@projectaware) 30 de marzo de 2018
Con el fin de asegurar que nuestros océanos permanezcan limpios, la fundación planea crear programas para educar y aumentar la conciencia sobre reciclaje. El equipo también está tratando de desarrollar tecnología para interceptar el plástico y la basura de otros en los ríos y canales más pequeños antes de que entre en el océano.
Según los expertos, los desechos plásticos hacen más que matar alrededor de un millón de aves marinas y más de cien mil animales marinos cada año. También cuesta a las industrias pesqueras y de turismo alrededor de 13 mil millones de dólares en costos de limpieza cada año. Y aún peor, la acumulación de productos químicos tóxicos liberados por el plástico en el mar ha comenzado a entrar en nuestra cadena alimentaria a través de peces y ahora está siendo vinculado al aumento de enfermedades como el cáncer.
Mientras que las estadísticas son alarmantes, la buena noticia es que todos podemos ayudar a eliminar el problema. Todo lo que tenemos que hacer es asumir la responsabilidad y practicar los tres RRR: reutilizar, reciclar y lo más importante, ¡reducir!
Mira en que consiste el proyecto en el video a continuación:
Retiran tenedor de plástico incrustado en nariz de tortuga
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