Kimberly Ells habla sobre por qué el verdadero poder reside en las familias

Por Catherine Yang
12 de agosto de 2020 12:02 PM Actualizado: 12 de agosto de 2020 12:06 PM

Las familias son las unidades fundamentales de la sociedad,  y en realidad —las madres en particular están conectadas físicamente con la nueva vida y se les entrega los bebés en el momento en que nacen— las familias son las que gobiernan la esfera privada. Sin embargo, esta no es una historia que Kimberly Ells simplemente haya escuchado, como explica en su nuevo libro «La Familia Invencible«.

Hoy en día, la lucha por el poder político abarca todos los aspectos, por lo que no es de extrañar que los que se dedican a acumular poder hayan dirigido su atención a sacarlo del ámbito privado, dice Ells. Lo que sí le ha sorprendido es esterarse del movimiento por los «derechos sexuales de los niños» y su influyente base de partidarios en todo el mundo.

En 2013, Ells se encontró con un folleto en internet titulado «¡Exclame! Guía de los jóvenes para los ‘derechos sexuales’«, publicado por la Fundación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF) y distribuido por las Naciones Unidas, de quien la IPPF recibe financiación.

«Está [escrito] para los jóvenes; le presenta a los niños el sexo y el placer sexual como si fuera su derecho buscarlo, sin relacionarlo con el matrimonio, sin relacionarlo con la maternidad o con la responsabilidad a largo plazo en algún nivel», dijo Ells, quien es asesora de políticas de Family Watch International. Le preocupa el hecho de que exista un movimiento general para promover los «derechos sexuales» de los niños y que la ONU haya estado elaborando material para promover esta idea desde hace ya varios años.

«Ellos le presentan el sexo a los niños en términos muy atractivos, en el lenguaje de los derechos», dijo.

En lenguaje llano, este movimiento de derechos dice que los niños, de cualquier edad, deben tener sexo. Esto no es algo que la mayoría de la gente apoyaría, pero es un principio básico que ya se ha abierto camino en la cultura y en las aulas, donde se le dice a los niños que tienen derecho a la vida, a la privacidad, a la salud, etc. Pero una lectura más cercana de la información revela que el propósito de enseñar estos derechos es asegurar que los activistas tienen el derecho de enseñar a los niños cómo tener sexo, abortar y obtener anticonceptivos —sacando a los padres del proceso.

En su reciente libro, Ells detalla cómo aquellos que compiten por el poder y defienden el socialismo se han convertido en poderosos aliados de la ONU. Los documentos y objetivos oficiales desarrollados en las ramas de la ONU se filtran a través de un laberinto de organizaciones hasta llegar a la escuela de su hijo o se convierten en parte de la cultura dominante. Si alguna vez se ha preguntado por qué las organizaciones sin fines de lucro, los sindicatos y los grupos de defensa de repente empiezan a presionar al unísono por una cierta tendencia educativa (como la igualdad de género en la educación, el aprendizaje social y emocional, etc.), puede acudir a la ONU, quien probablemente tuvo algo que ver con eso.

La ONU no es un organismo regulador con poder de ejecución, pero es un foro de amplio alcance, perfecto para organizar ideas como los Objetivos de Desarrollo Sostenible y la Declaración de Incheon, y proporciona financiación de ayuda a los países en desarrollo de todo el mundo. Sus organizaciones afiliadas, como la Alianza Mundial para la Educación, realizan parte de este trabajo de campo, invirtiendo millones en la educación en docenas de países, desde Albania hasta Zimbabwe, y estableciendo planes de estudio que incluyen fácilmente la educación sexual de carácter ideológico.

Pero incluso en los lugares donde la ONU no está financiando la ley de educación, como en Estados Unidos, hay una aceptación voluntaria de las ideas que originalmente fueron expuestas en los documentos de la ONU por varios comités y autores, incluyendo aquellos de organizaciones sin fines de lucro, sindicatos y otras agrupaciones que defienden las mismas ideas.

«Están todos estos actores importantes con mucho dinero y es una gran influencia que está afectando a las familias, particularmente las Naciones Unidas —así que eso puede ser un poco desalentador», dijo Ells.

Pero hay esperanza, como Ells enfatiza en su nuevo libro. «La familia tiene un gran poder, y la mujer de la familia, la madre de la familia en particular, tiene un gran poder, porque a ella se le confía más a menudo el cuidado de los niños y la enseñanza de los niños desde que nacen. Se le entregan a ella directamente», dijo.

«Tiene este gran poder de guiar y moldear las mentes y creencias de los niños desde las edades más tempranas que se encuentran en la familia».

“Es muy difícil hacer que la familia deje de funcionar, y cuando se intenta hay muchos problemas. Y cuando se debilita a la familia, se debilita a la sociedad misma, porque en realidad la familia es lo que sostiene a la sociedad «.

La influencia de la madre es inconmensurable, ya que moldea la mente y el corazón de sus hijos desde sus primeros años. (Cottonbro/ Pexels)

Los usurpadores

Ells dice que aquellos que buscan «desbancar» a la familia de su lugar de poder vienen de muchas direcciones diferentes, y hay varias tácticas (a veces incluso contradictorias).

Al principio del libro, cita a Friedrich Engels, coautor del «Manifiesto Comunista», que escribió que el matrimonio fue inventado por hombres egoístas que querían dejar su propiedad privada a su descendencia; y a Shulamith Firestone y su sucesora intelectual Sophie Lewis, mujeres de un tipo particular de feminismo, que insistían en que el propio cuerpo de la mujer es la fuente de todos los problemas. Al principio, estas obras pueden sonar como un teatro absurdo.

Ells dice que aunque la mayoría de la gente no estaría de acuerdo con sus ideas radicales —rehacer a la sociedad de modo que nadie pudiera decir a quién le pertenece un niño, que la crianza de los niños se deje en manos de profesionales o que el incesto no sea tabú—, estas ideas han echado raíces en los documentos que se han publicado en la ONU y se están abriendo camino en todo el mundo en el ámbito de la política y la cultura.

Ella plantea algunas preguntas: ¿Quién está sugiriendo o legislando que las madres o los padres son innecesarios para las familias? ¿Quién está trabajando para que el cuidado de los niños pequeños sea un esfuerzo del gobierno? ¿Qué esfuerzos están preparando el terreno para que el estado se convierta en el guardián de quién puede tener hijos?

Incontables estudios muestran que los niños que crecen con padres biológicos casados tienen mayores niveles de bienestar que los niños de cualquier otro tipo de familia. La adopción existe para proteger a los niños cuyos padres biológicos no pueden cuidarlos, no para que los adultos puedan comprar la paternidad. Ells agrega que las familias crean un sentido innato de pertenencia, un vínculo social único con el que comparamos cualquier otro tipo (como cuando hablamos de amar a alguien «como familia»). Las madres y los bebés muestran esto incluso en un sentido físico, estando literalmente atados unos a otros por un cordón umbilical, y los padres lo hacen a través del matrimonio.

Sin embargo, hoy en día, los niños están siendo comercializados y la subrogación está en aumento. Las organizaciones de las Naciones Unidas se jactan de ser capaces de moldear las actitudes de los niños a través de la educación, e influyen en las sociedades para que transfieran la educación de los niños al estado desde edades cada vez más tempranas. La organización tiene en realidad un «Premio de Población» (que se otorgó a un artífice de políticas de un solo niño en China, así como al Instituto Guttmacher, quien una vez fue el brazo de investigación de Planned Parenthood). Hay esfuerzos para borrar las diferencias entre hombres y mujeres tanto físicamente como en el lenguaje.

«Mucha gente no ve que esas influencias vienen de las Naciones Unidas, no ven los vínculos que se entrelazan», dijo Ells.

Por ejemplo, mujeres de todo el mundo vienen a la ONU en Nueva York cada primavera para finalizar el documento final de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer. En 2017, el documento contenía un lenguaje que promovía la «atención de calidad» y reconocía el «trabajo no remunerado», pero en términos de política significaba regular la esfera privada y doméstica, en la que el «trabajo de la mujer» sería «redistribuido». El lenguaje intencionadamente vago hace que estos documentos de objetivos sean fáciles de apoyar; solo alguien familiarizado con la forma en que están escritos se preocuparía de quién podría estar haciendo la redistribución y si estas mujeres seguirían teniendo algo que decir sobre su trabajo doméstico.

A lo largo de su libro, Ells muestra cómo estas políticas vagas y benignas eventualmente llevan a resultados perjudiciales.

«Convencen a todas estas mujeres realmente bienintencionadas que vienen aquí para que acepten realmente estas ideas y luego regresan a casa y las defienden en sus países», dijo. Estas mujeres impulsan estos objetivos a través del boca a boca, las organizaciones sin fines de lucro, los medios de comunicación, etc.

«Creo que el feminismo ha desempeñado un papel muy importante, irónicamente, al debilitar el poder de las mujeres, al decirles que no hay poder en la familia, que no hay poder en la maternidad en el hogar, cuando en realidad es ahí donde reside y de donde surge el poder clave en el mundo.

«El feminismo ha sido muy eficaz en decirle a las mujeres que el poder reside en otra parte, [que] no reside en ser madre, sino en cualquier otro lugar».

«Batalla por los bebés»

Ells también cita una larga lista de sabios y dictadores por igual que dijeron que influir en los jóvenes, influir en los niños es la clave para cambiar una sociedad.

Y si la madre es la que forma la mente y el corazón de una nueva persona desde sus primeros años, y estas personas pasan a llenar nuestras escuelas y legislaturas y salas de juntas y la sociedad en general, su influencia es inconmensurable.

«Es casi imposible aplastar a la familia por completo, porque es autorregenerable. Los gobiernos no lo son», dijo Ells.

«Los regímenes, las dinastías, las facciones políticas —vienen y van, y tienen que tener financiación y partidarios y todas esas cosas, y no se regeneran a sí mismos inherentemente. Pero la familia sí. Así es como se crea la vida misma. Es lo que siempre vuelve, es la constante. Es lo que persiste cuando otras cosas se caen o fallan. La familia es regenerativa, y siempre se levantará de nuevo».

Su libro incluye la historia de una mujer embarazada que vivía bajo la política comunista de un solo hijo y escapó de las autoridades en a través de una porqueriza y se escondió en un arrozal durante días porque estaba «dispuesta a luchar hasta la muerte contra ellos por la vida de mi hijo». También están las familias húngaras que traían a sus hijos al sótano todas las noches en secreto para enseñarles la verdad, deshaciendo las mentiras y la propaganda comunista que le enseñaban todo el día en la escuela. Ells cree que los usurpadores finalmente fracasarán, porque las madres y los padres se preocupan por sus hijos.

El estado no puede imponer con éxito valores en una sociedad con la que las familias se niegan a estar de acuerdo.

«Es difícil lograr eso si hay familias en el mundo, estas pequeñas células, estos bolsillos en el mundo que están enseñando a sus hijos lo que quieren y lo que creen que es correcto», dijo Ells.

La principal forma en que la agenda de la ONU llega a los niños es a través de la Educación Sexual Integral, un nombre inocuo que poco a poco se está reconociendo en todo el mundo. Mezcla la educación sexual regular con mucha ideología de género y el concepto de «derechos sexuales de los niños», que incluye hacer que los niños entiendan que los padres, la cultura o las creencias que dicen lo contrario están «infringiendo» su derecho humano del placer sexual.

«En mi estado, que es un estado muy conservador tradicionalmente, han habido repetidos intentos de imponer la Educación Sexual Integral en nuestras escuelas a través de nuestra legislatura», dijo Ells, que vive en Utah, Estados Unidos. Más estados de tendencia izquierdista como California ya la han adoptado plenamente, añadió, pero en su estado, la gente se ha defendido y la ha bloqueado. A pesar de eso, se han incluido ideas similares en el plan de estudios.

«Esto está entrando a hurtadillas en casi todas partes», dijo Ells, que es madre de cinco hijos. Ahora tiene dos hijas en la universidad, dos hijas en la escuela secundaria y un hijo pequeño. Hace años, una de sus hijas mencionó que su profesor de salud había enseñado que Planned Parenthood era una alternativa viable para los padres de los estudiantes para obtener información sobre educación sexual.

«Hablamos abiertamente y con regularidad sobre estos temas: familia, matrimonio, sexo, género. Y nos esforzamos por hablar de ellos», dijo.

«Si a sus hijos se les enseña a temprana edad lo que es correcto, es probable que continúen acogiéndolo. Si es el padre o la madre quien abre la conversación sobre el sexo, entonces con más frecuencia el niño ve al padre o la madre como el lugar seguro para venir a hablar sobre el sexo. Pero si los padres nunca abordan el tema, entonces es incómodo para el niño sacarlo a colación. Así que los padres tenemos que ser proactivos y persistentes, e insistir en hacer que sea un tema cómodo para nuestros hijos».

«Las familias tienen poder, y los padres tienen poder, y realmente no puede ser aplastado constantemente. Y si nos hemos alejado, en nuestras vidas personales o políticas, a las políticas de apoyo a la familia, podemos volver. Podemos volver a las políticas que mejor sostengan la sociedad, que son las políticas que mejor sostienen a la familia».


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