Dos años después que el ex presidente Barack Obama relajara la postura de EE. UU. hacia el régimen comunista en Cuba, los cubanos de la isla siguen esperando algún beneficio sustancial.
Aunque Obama pudo ensanchar la grieta para que entren compañías estadounidenses al mercado cubano, los cubanos ven pocas mejoras en su libertad económica, y las libertades políticas siguen siendo deplorables.
Obama comenzó a eliminar restricciones a Cuba en diciembre de 2014 y en los dos años siguientes abrió relaciones diplomáticas y les aseguró un acceso limitado a Cuba a viajantes estadounidenses, compañías de telecomunicaciones y bancos.
«Creo que podemos hacer más para apoyar a la gente cubana y promover nuestros valores a través de involucrarnos», dijo Obama en una declaración en aquel momento.
«Ni los estadounidenses, ni la gente cubana se benefician de una política rígida enraizada en eventos que tomaron lugar antes de que la mayoría de nosotros hayamos nacido».
Sin embargo, eso no concuerda con la realidad de la mayoría de los cubanos, que padecen las mismas políticas restrictivas que hace 50 años.
El régimen cubano liberó a 53 presos políticos como un gesto del descongelamiento, informó Human Rights Watch. Pero detuvo a más de 8.600 personas por razones políticas en 2015 según Amnistía Internacional.
Freedom House colocó a Cuba en el puesto 193, de 211 naciones en su lista «Libertad en el mundo» de 2016.
«Las cosas no han cambiado en Cuba», dijo Fernando Menéndez, un inmigrante cubano experto en la economía de la isla del Centro para una Sociedad Segura y Libre, un grupo de intelectuales de Washington. «La situación económica en Cuba ha empeorado en los últimos dos años».
Él cree que las reformas económicas de Castro en los años recientes han sido cosméticas.
«Ellos permiten algunas… pequeñas empresas privadas, pero el estado es dueño de los factores de producción, el estado aún controla precios», dijo. «Aunque le pongas zapatos de tap a un elefante, no significa que pueda bailar».
El asunto de la inmigración
Una semana antes de dejar el mando, Obama eliminó la política «pies mojados, pies secos» para inmigrantes cubanos que le daba residencia permanente a aquellos que llegaran a suelo estadounidense.
La mayoría de los cubanos expatriados rechazaron la medida, dijo Menéndez, ya que sus compatriotas aún enfrentan la represión que originó en primer lugar que EE. UU. permitiera el acceso fácil a los permisos de residencia.
Aún más, ya que muchos cubanos se han estado mudando a EE. UU. a través de Sudamérica en estos últimos años, un gran número ha quedado varado a mitad de camino.
Posiblemente anticipando el cambio de políticas, un creciente número de cubanos entraron a Estados Unidos en los años recientes, alcanzando un pico de poco menos de 54.400 en 2015.
No obstante la situación es más complicada. Aunque haya razones para cancelar la política «pies mojados, pies secos», esas razones tienen poco que ver con que Cuba adopte valores más democráticos.
Muchos cubanos, especialmente la generación más joven, dice Menéndez, están menos motivados por el deseo de libertad y sólo se mudan a Estados Unidos para hacer dinero. Algunos llegan porque los beneficios de dádivas sociales estadounidenses superan a las de Cuba, afirma.
En cuanto a darles a los inmigrantes permiso de residencia automáticos, «no creo que sea justo para otros inmigrantes que están tratando de entrar por la puerta principal», opina.
Se estima que el comunismo ha matado a unos 100 millones de personas, aún así sus crímenes no han sido recopilados y su ideología aún persiste. La Gran Época busca exponer la historia y creencias de este movimiento, el cual ha sido fuente de tiranía y destrucción desde que emergió.
Las opiniones expresadas en este artículo son propias del autor y no necesariamente reflejan las opiniones de The Epoch Times
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