Este mundo nos presenta un paisaje inestable, incierto y en constante cambio. Nuestra respuesta es tratar de tener el control.
Creamos listas, sistemas, rutinas, horarios, comidas cómodas y ambientes confortables. Tratamos de construir toda nuestra vida e identidades en torno a la comodidad y el control.
Y no funciona. No se puede tener una comprensión firme de la fluidez de la vida. Y entonces, nos estresamos, postergamos, nos sentimos heridos, nos deprimimos o angustiamos, nos enojamos o frustramos, nos quejamos o atacamos.
Dentro de esta locura, me gustaría sugerir la ridícula y asombrosa práctica de rendirse.
¿Qué significa esto? Significa dejar ir algunos de nuestros esfuerzos para obtener el control o tratar de hacer el mundo exactamente como nos gusta. Rendirse significa que nos relajamos en el cambiante paisaje y sonreímos con amabilidad al mundo tal como es, hermoso y asombroso.
Rendirse versus crear estrategias de control
«Rendirse» suena poco convincente o incluso aterrador para mucha gente. Es lo opuesto al ideal de ganar o triunfar que nuestra sociedad hiper-competitiva tiende a mantener. Como individuos, buscamos el control para aliviar el dolor de la incertidumbre, y rendirse suena terrible.
Después de todo, controlamos nuestro día con rutinas, horarios y sistemas para ser efectivos y responsables. Creamos sistemas para nuestro trabajo para mantener las cosas funcionando sin problemas y tratamos de controlar nuestra salud a través de nuevas dietas o programas de ejercicio. Tomamos medidas similares para nuestras finanzas, recreación e incluso nuestras relaciones.
Y no hay nada malo en todo esto, es solo que es inútil tratar de controlar lo incontrolable. Es como tratar de tejer un suéter con agua. Algunas cosas son simplemente demasiado fluidas para someterlas a controles o patrones estrictos.
Así que el control es una estrategia que no es tan efectiva si se sujeta con demasiada fuerza.
Intentar constantemente tener el control da como resultado:
- El estrés y la ansiedad por no tener control
- Ser impulsado por los miedos
- No estar contento con cómo están las cosas (porque no están bajo control)
- Esforzarse por tener más control y sufrir ansiedad
- Atacar a los demás cuando interfieren con su control
- Gastar tiempo, dinero y energía buscando el control
- Sentirse perdido, deprimido e infeliz con su inevitable fracaso en el control
No digo que nunca debamos tratar de obtener el control. Hay formas útiles de obtener el control, pero a menudo es más útil cambiar el enfoque de forzar el control a armonizar con la forma en que están las cosas. Esto puede transformar un acto competitivo en un acto de compasión. Cuidarse a sí mismo puede ser un acto de amor en lugar de un intento de obtener el control sobre su salud, por ejemplo.
Por qué rendirse es ridículamente asombroso
Rendirse puede aliviar nuestra necesidad de pensar y analizar constantemente y nos permite estar totalmente presentes en este momento. Y si podemos aceptar las cosas como son, podríamos incluso ver nuevas oportunidades y beneficios que se ocultan cuando tratamos de controlar las cosas.
Nos sintonizamos con cómo nos sentimos. Nos damos cuenta de las sensaciones del momento, tanto en nuestros cuerpos como a nuestro alrededor. Estamos presentes para quienquiera que esté en frente de nosotros. Cuando hacemos una tarea, nos dedicamos de lleno a ella.
Nos abrimos a la incertidumbre del momento. Vemos lo que podemos aprender de él, con una mente abierta, con curiosidad y una postura de no saber en lugar de un punto de vista fijo.
Empezamos a apreciar el momento que tenemos delante de nosotros, completamente. Hay algo inmensamente asombroso en el momento que tenemos delante si dejamos de intentar que se ajuste a nuestra idea de cómo deberían ser las cosas. Y requiere mucha menos energía que el control.
Cómo practicar el rendirse
No estamos hablando de renunciar a ejercer todo el control. Eso podría llevar a la ruina financiera, la pérdida de relaciones y el desempleo.
Pero antes de aferrarnos al control, podemos tratar de rendirnos como un enfoque con lo que surja. Antes de reaccionar, podemos practicar la aceptación de las cosas como son.
Por ejemplo, puedo sentir que mi salud está fuera de control y estar preocupado por eso. Quiero hacer una dieta y establecer un plan de ejercicios para tener todo bajo control. Estas no son malas intenciones, pero este tipo de enfoque basado en el miedo a menudo no funciona. De hecho, la ansiedad podría dificultar la toma de buenas decisiones en la dieta.
Así que en lugar de eso, practico rendirme y siento los miedos que se me presentan. Me relajo un poco y veo que estoy sufriendo, así que me vendría bien un poco de amor propio. Puedo establecer una intención de cuidarme a mí mismo con comida nutritiva, ejercicio y saborear el pensamiento de la alegría que esto conlleva.
Rendirme no significa no actuar, significa aceptar las cosas como son, y traer una intención amorosa a la ecuación.
E incluso si nunca tomo esa acción amorosa en el futuro, el presente se transforma. Este momento es completamente diferente para mí si no me aferro a la ilusión de control, sino que amo lo que es.
Así que aquí hay algunas formas de practicar el rendirse:
- Fíjese que está buscando controlar las cosas, y en lugar de eso haga una pausa. Sumérjase en su cuerpo y note el miedo, la incertidumbre, la ansiedad que le está causando querer tener el control. Permanezca con esta sensación física en su cuerpo, la energía de la incertidumbre que causa que usted se aferre al control. Manténgase con ella completamente, y permítase sentirla. Relájese y entréguese a ella.
- Abrase al momento, vea que el momento es asombroso si está con la mejor disposición y presta atención. Véalo con ojos frescos, como si nunca antes hubiera experimentado este momento. Lleve la maravilla y la curiosidad a esta nueva visión del mundo.
- Relájese con la mejor disposición —no necesita controlar las cosas, no necesita saber exactamente lo que va a suceder, en lugar de eso, puede encontrar la facilidad en la apertura de este momento, la cualidad desconocida de un paisaje hermosamente cambiante.
- ¿Cómo se puede valor a usted mismo y a otros con la mejor disposición? ¿Se puede enamorar de este momento?
- ¿Qué intención bondadosa se puede proponer para usted mismo en esta situación? Que proceda del afecto en lugar del miedo, ¿cuál sería el mejor pequeño paso a dar?
En qué mundo viviríamos si pudiéramos verlo completamente. Rendirse es la manera de hacerlo.
Leo Babauta es autor de seis libros, escritor de «Hábitos Zen», un blog con más de 2 millones de suscriptores, y el creador de varios programas en internet para ayudar a dominar sus hábitos. Visita ZenHabits.net
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