Argentina vive un complejo escenario económico ante la caída de la producción del acero. La Cámara Argentina del Acero afirmó, en un comunicado, que en el primer cuatrimestre del año, la producción cayó un 17,2 por ciento respecto al mismo período del año pasado. En consecuencia, Paolo Rocca, referente empresarial del sector, postuló duras palabras en contra de la importación de acero bajo condiciones de “dumping”, en referencia a China.
En el mes de abril de este año, la producción del acero crudo fue de 319.100 toneladas, 16,9 por ciento inferior a la del mismo mes de 2015 (383.800 toneladas). Ante esta caída, el sector empresarial de este rubro calificó el panorama de corto plazo como “complejo”. De esta forma la industria siderúrgica dice verse forzada a implementar medidas para readecuarse y redefinirse en la operación industrial.
Para enfrentar esta encrucijada, los empresarios están implementando programas de suspensiones rotativas acordadas con el gremio, programas de mantenimiento preventivo y reparaciones anuales de planta, explicó este organismo.
Pero esta problemática no solo afecta a Argentina sino que se ha presentado a nivel mundial. El 5 de mayo de este año la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO), emitió un comunicado luego de que distintos representantes de gobiernos del mundo, junto a referentes de la industria global del acero, se reunieran en Bruselas para tratar la gravedad de la crisis causada por la sobrecapacidad en la industria siderúrgica.
Los “retos de la industria siderúrgica han adquirido una considerable dimensión global que debe ser enfrentada mediante un constante diálogo internacional”, señalaron las empresas y aclararon que “si bien los desafíos que enfrenta la industria provienen de múltiples factores, como la evolución estructural y cíclica de la economía, las medidas gubernamentales de apoyo han contribuido, significativamente, a la sobrecapacidad, al comercio desleal y a las distorsiones en los flujos comerciales del acero”, menciona el comunicado en donde cita varias veces el caso de China.
De hecho, el gigante asiático decidió no unirse a este pedido, pese a que produce casi la mitad del acero del mundo y posee una sobrecapacidad instalada de 400 millones de toneladas. Sumado a esto, China parece seguir expandiendo su capacidad siderúrgica, tan solo en el 2015 reabrieron 68 plantas que iban a cerrar por falta de rentabilidad.
Por su parte, la Unión Europea (UE) no esperó y preocupada por la crisis acerera que atraviesa, el pasado 12 de mayo, emitió una resolución no-legislativa donde afirma que China no cumple con los 5 criterios de economía de mercado de la UE. Y dispusieron que hasta que no alcance esos requisitos, «sus exportaciones serán tratadas de forma ‘no-estándar’, permitiendo utilizar investigaciones anti-dumping y anti-subsidios para evaluar si los costos y precios de China son de mercado», informaron las siderúrgicas argentinas.
Por su parte, Paolo Rocca, líder en el sector siderúrgico y presidente del Grupo Techint, en un diálogo con el medio La Voz del Interior, se mostró preocupado y alertó: «en la medida que no logremos contrarrestar la invasión de productos chinos en violación de leyes de comercio, en violación de criterios de competitividad leal, va a ser difícil para las empresas tener planes de inversión en marcha”.
Respecto a la crisis siderúrgica que afecta a Estados Unidos, el líder empresarial aclaró que este ha establecido derechos antidumping que van del 100 al 270 por ciento contra los productos chinos, en este mismo sentido se han manifestado la Unión Europea y otros países del mundo. “Todos se han defendido de las exportaciones realizadas en condiciones violatorias de las leyes de comercio”, manifestó Rocca.
«En el pasado dije que el pacto con China es un pacto con el diablo porque en definitiva es un pacto para que exportemos materiales de bajo valor agregado o de commodities de productos agrícolas, a cambio de una libertad de importación de productos industriales que desplazan mano de obra argentina y que en definitiva perjudican la industria», concluyó.
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