Nota del editor: El siguiente artículo fue publicado por una cuenta seudónima en Sina Weibo, asociada con el sitio web “Guantian Window”, un portal para negocios manejado por empresarios de la provincia de Shaanxi. Presenta dos historias de las dificultades que las pequeñas empresas enfrentan actualmente en China, como la caída en pedidos comerciales, deudores que incumplen los préstamos, y su lucha por conseguir capital para mantener funcionando sus negocios.
La primera historia
En una ciudad industrial muy conocida en el Occidente de China, Wang Dewu’s China Kaibang Metal Co., ha estado en funcionamiento durante casi 16 años. La compañía (su nombre ha sido cambiado) comenzó inicialmente con varios trabajadores de empresas de propiedad estatal (SOE) y se convirtió en una fábrica con más de 100 trabajadores en su mejor momento. Sus clientes crecieron desde empresas locales hasta llegar a más de una docena de provincias en todo el país. En los últimos 16 años, Wang Dewu, el CEO de la empresa, (cuyo nombre ha sido cambiado), se convirtió en un miembro en el distrito de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CPPCC) como un empresario modelo. Después de todo, él dejó su posición como empresario de propiedad estatal (SOE) y comenzó su propio negocio, contribuyendo con impuestos y generando empleo.
Hace aproximadamente un año, la compañía empezó a tener cada vez menos pedidos y su deuda siguió aumentando. Cuando un préstamo de un banco se vencía, seguía la vieja rutina: tomar prestado 5 millones de yuanes de otra fuente y pagar el préstamo, y después obtener un nuevo préstamo del banco. Pero esta vez no fue capaz de recaudar los 5 millones de yuanes recurriendo a sus amigos, así que recurrió a pequeñas empresas de préstamo, empresas clandestinas de usura, y a familiares. Pagó el préstamo bancario, pero su empresa no generó ganancias en casi dos años. Wang estaba seguro de que el banco podría proporcionar un nuevo préstamo en un par de semanas, sólo tenía que esperar.
Entonces, comenzó a visitar el banco casi todos los días. En un mes y medio, finalmente le dijeron que no podían prestarle los 5 millones de yuanes, porque después de que el banco revisó los libros de su empresa, encontraron que su flujo en caja era insuficiente. Esto fue un impacto terrible para Wang. Les prometió a sus prestamistas que devolvería el dinero en un mes, y los altos pagos de intereses debido a los usureros se vencerían en un mes. Sin el préstamo bancario, no sabía qué hacer.
Pasó un año, y las glorias pasadas de la empresa se evaporaron. La gente llegaba a la puerta de la fábrica todos los días pidiendo dinero. Wang estaba abrumado. Los amigos que tenía cuando le estaba yendo bien todos lo dejaron, los prestamistas lo llevaron a la corte, su fábrica y cuentas bancarias fueron incautadas. Un familiar lo llamó diciéndole: “Dewu, ahora somos clase trabajadora. Tenía a su hermano enfermo la noche anterior, pero no estaba en condiciones de pagar la cuota para obtener la hospitalización. Moriré en tu casa si no pagas el dinero!“.
Wang Dewu quedó sin esperanzas. Simplemente no podía entender: después de tantos años de alimentar a tantos trabajadores y pagar tanto impuesto, por qué no había nadie que lo ayudara ahora?
La segunda historia
Liu Gang (un seudónimo) nació en la década de los 70. Estuvo en el ejército. Se convirtió en un vendedor en una empresa de puertas y ventanas de propiedad del padre de uno de sus amigos después de dejar el ejército. Inteligente y diligente, Liu se convirtió en la mano derecha de su jefe en menos de dos años. Se casó y compró una casa, y, finalmente, quiso ser su propio jefe.
Seis meses más tarde, Liu Gang alquiló cinco acres de tierra en un pueblo al sur de la zona de desarrollo de la ciudad. Construyó una planta sencilla y compró equipos usados. Era el propietario, así como el vendedor. Fue muy difícil en los dos primeros años, pero cada vez que estaba al borde de la bancarrota, su antiguo jefe le ayudaba a salir. Poco a poco adquirió más y más clientes y su negocio mejoró. Sus empleados aumentaron de 20 a más de 60, con ingresos brutos de más de 15 millones de yuanes.
Un año antes del Año Nuevo chino, Liu Gang recibió un gran pedido de un cliente en la provincia de Gansu, solicitando la entrega a principios de marzo. Para terminar a tiempo, sacó un préstamo de 6 millones de yuanes. Fue capaz de entregar los productos a tiempo, pero cuando llamó al cliente para el pago, nadie contestó el teléfono. El cliente más tarde envió un mensaje diciéndole que el pago tendría que esperar un tiempo. Liu pensó que esto era todo muy repentino, por lo que viajó a la ciudad del cliente a buscarlo. Las bodegas y la fábrica estaban cerradas, selladas por el tribunal, y el dueño le dijo con tristeza: “Hermano, yo era el prestamista de garantía en una empresa inmobiliaria, por 30 millones de yuanes. Los proyectos inmobiliarios se detuvieron debido a problemas con la tierra, y ahora la corte cerró mi negocio. No sé qué hacer”.
Liu sabía que estaba en un gran problema. No le dijo a su esposa lo que había sucedido, pero en menos de un año la economía a nivel general empeoró. Con el fin de mantener funcionando su planta, Liu comenzó a recurrir a bancos clandestinos y a pequeñas empresas de préstamo. El año pasado, cuando la economía empeoró aún más, las brechas en las finanzas de la fábrica de Liu se hicieron más y más grandes. Los acreedores, bancos, tribunales, e incluso la mafia comenzaron a seguirlo. Incluso siguieron a su hijo a la escuela.
Esto duró seis meses. Finalmente, un día después de su regreso de una visita a un usurero, Liu saltó desde la ventana del piso 17 de su apartamento.
Aterrador futuro para las pequeñas y medianas empresas
El dueño de una fábrica en otra ciudad me dijo que no sólo eran las pequeñas y medianas empresas (PYME) que luchan en su ciudad, sino que las PYME a nivel nacional también estaban luchando. En las últimas décadas, cientos de miles de propietarios de PYME contribuyeron a la prosperidad del país. Sin embargo, no fueron tratados como corriente principal, porque no eran patrocinadas por el régimen.
Me dijo: “Va a ser un desastre si el gobierno no crea un ambiente tan pronto como sea posible que le dé a los dueños de negocios de PYME, confianza para sobrevivir y desarrollarse. Decenas de miles de propietarios de negocios se enfrentan a la quiebra o pierden toda su riqueza, pero nadie se pone de pie para darles una mano“.
Las pérdidas de las empresas estatales son pagadas por el régimen, pero nadie paga por las empresas privadas, y nadie tiene piedad de ellas. También dijo que no hay espacio para que sobrevivan las PYME. Los canales de financiación están en unas pocas manos, y es difícil para la gente común obtener préstamos o capital. Dijo que no dejaría que sus hijos sufran ese destino, incluso si le cuesta toda su riqueza.
Por casualidad, me encontré con el vicepresidente de una cámara de comercio días atrás. Él me dijo que había más de 100 empresas miembros en 2013, pero ahora un tercio desapareció, un tercio cambió sus negocios, y el otro tercio estaba teniendo serias dificultades.
Lo sentí mucho por las dificultades de las personas. El destino de las pequeñas y medianas empresas en China es aterrador.
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