Tomando como base la estabilización macroeconómica, pasando por una reforma tributaria y llegando hasta la explotación de recursos no convencionales, destacados economistas debatieron acerca de cuáles deben ser los grandes pilares en los que se debe basar el desarrollo de Argentina.
En el marco del 3° Congreso Económico Argentino, Dante Sica de la consutora Abeceb, Marcelo Capello de Fundación Mediterránea, Agustín D´Atellis de La Gran Makro y el diputado nacional Claudio Lozano expusieron durante casi dos horas ante un salón colmado de empresarios, especialistas y público en general que se mostró interesado en la temática.
Los sectores estratégicos son los minerales, la expansión de la frontera agropecuaria y las cuestiones que hacen a la energía
Sica expuso que las políticas de desarrollo de Argentina deben tener como base la estabilización macroeconómica (los precios relativos, las cuestiones fiscales, el tipo de cambio y la emisión monetaria, entre otros temas) y que los sectores estratégicos en los que se debe basar son los minerales, la expansión de la frontera agropecuaria y las cuestiones que hacen a la energía. “Es donde Argentina tiene una fortaleza principal y donde la demanda seguirá traccionando”, agregó.
Sin embargo, Sica aclaró que Argentina tiene que lograr “una mayor diversificación hacia el resto de las actividades productivasy en especial en aquellas que hacen a la inversión productiva en términos de infraestructura”.
No hay desarrollo si no volvemos a recuperar la soberanía energética
“Tenemos que tener una solución para el problema energético que es una fuente de distorsión al nivel de la macro”, expresó argumentando que el déficit del sector no solo trajo inconvenientes en la cuenta corriente sino también en las arcas fiscales provocando una distorsión en el tipo de cambio y, por ende, afectando la competitividad de toda la economía. Más allá de lo coyuntural, Sica destacó el rol estratégico del sector energético. “No hay desarrollo si no volvemos a recuperar la soberanía energética”.
En referencia al financiamiento para llevar a cabo las reformas pendientes, el economista expuso que la actual coyuntura internacional permite capturar fondos para infraestructura que estén direccionados a “solventar la capacidad productiva y poder financiarla a largo plazo”. No obstante, destacó la capacidad de ahorro externo de los residentes nacionales -que suman un stock estimado de 160 mil millones de dólares-. “Si pueden volver, es un gran apalancamiento para el tema del financiamiento”, agregó.
Tenemos casi pleno empleo en los sectores de alta capacitación y muy alto nivel de desempleo en los sectores de baja escolaridad
Por último, el especialista se refirió a los problemas referentes a los recursos humanos. “Tenemos casi pleno empleo en los sectores de alta capacitación y muy alto nivel de desempleo en los sectores de baja escolaridad”, expuso.
En entrevista con La Gran Época, el diputado nacional Claudio Lozano mostró un punto de vista distinto al considerar que tanto el discurso del gobierno como el de la mayoría de la oposición gira en torno a “los dólares de la soja, de la minería a cielo abierto y los hidrocarburos no convencionales para sostener una armaduría industrial que demanda 36 mil millones de dólares al año para funcionar”. “Ese es un modelo de desigualdad, de desastre ambiental, de desequilibrio externo y de endeudamiento”, añadió.
Lozano expuso que la agenda del desarrollo debería plantear reorientar el papel que cumplen hoy los principales capitales. «Eso implica una regulación estricta sobre la oferta de divisas -hoy concentrada en 50 empresas- y una capacidad de evitar una fuga sistemática de capitales -90 mil millones de dólares en la última década-«, explicó y agregó que resulta necesario asociar el capital extranjero al desarrollo. “No puede ser que remitan al exterior el 70% de las utilidades”.
La reclamada reforma fiscal
En el debate acerca del desarrollo en Argentina hay consenso en que es necesaria una reforma tributaria. Sin embargo, los argumentos para llevarla a cabo son diferentes. Algunos exponen que la presión tributaria es muy elevada y por ende habría que reducirla para incentivar la inversión y, por otro lado, otros manifiestan que en realidad lo que hay que modificar es el corte regresivo de la actual estructura impositiva llevándola a un esquema más progresivo.
El economista Marcelo Capello es partidario de la primera mirada e hizo especial hincapié en cómo repercuten las acciones del fisco en el desarrollo económico tomando como ejemplo el pasado reciente de la Argentina.
Los pilares básicos de una reforma fiscal pasan por reducir la presión tributaria que actualmente rige en el país
“En los últimos años, la política fiscal ha resultado determinante de lo que pasó después en toda la economía. El hecho de que haya crecido permanentemente el déficit y se lo haya financiado con el uso de las reservas del Banco Central, con la emisión monetaria para brindarle adelantos al Tesoro, generó inflación y con esta dejó de subir el salario real y también dejó de crecer la economía”, argumentó el especialista de Fundación Mediterránea en un diálogo con La Gran Época.
Capello expuso que para salir de esta situación y encaminarse en un camino de desarrollo es fundamental diseñar un plan gradual para disminuir la inflación y el déficit fiscal. Para él, los pilares básicos de una reforma fiscal pasan por reducir la presión tributaria que actualmente rige en el país.
“A largo plazo, Argentina debe pensar en bajar el peso de las retenciones a las exportaciones y del impuesto al cheque, se debe permitir ajustar por inflación en el impuesto a las ganancias (de lo contrario cada vez más asalariados pagan el impuesto y con alícuotas más altas), a nivel de las provincias se va a tener que dar marcha atrás con algunas subas de ingresos brutos (un impuesto sumamente distorsivo) y me parece que en algún momento se va a tener que recurrir a reducir el costo laboral a través del aporte a las jubilaciones como forma de incentivar el empleo”, explicó.
La estructura desequilibrada de Argentina requiere de retenciones que generen un tipo de cambio diferente que permite avanzar en términos de industrialización
Si bien el economista de La Gran Makro, AgustínD´Atellis coincidió en la necesidad de una reforma tributaria, en una entrevista con La Gran Época esgrimió un argumento considerablemente diferente al de su colega para llevarla a cabo.
D´Atellis destacó la importancia del gasto público en la redistribución de los recursos y como sostén del mercado interno. Por ende, defendió “la herramienta fiscal y el rol del Estado como regulador”. A diferencia de Capello, propuso crear una Agencia Nacional de Granos y mantener las actuales retenciones a las exportaciones para afrontar las restricciones externas.
“La estructura desequilibrada de Argentina -hasta que no se logre modificarla estructuralmente- requiere de retenciones que generen un tipo de cambio diferente que permite avanzar en términos de industrialización, dada la importancia del sector de bienes primarios”, argumentó.
Si bien el gasto público tiene un sesgo progresivo, del lado de la retención impositiva no es así
En ese sentido, el economista manifestó la necesidad de modificar la estructura tributaria ya que si bien el gasto público -según su punto de vista- tiene un sesgo progresivo, del lado de la retención impositiva no es así. Para llevarla a cabo, D´Atellis expuso que se podrían reducir impuestos en los sectores más vulnerables y avanzar en aquellos que afectan a los sectores más pudientes de la sociedad.
“Hay que avanzar en las retenciones a la renta minera, quitar exenciones impositivas a personas físicas que desde mi punto de vista deberían terminarse y también generar un impuesto a la transferencia de bienes (“impuesto a la herencia”)”, describió y agregó que por otro lado se podría “retirar el impuesto al valor agregado sobre una canasta de bienes básicos en personas que hoy están siendo receptoras de asistencia del Estado”.
El desafío a futuro
“Se debe avanzar en una reorganización del sector agropecuario que debe ganar en diversidad, no solo podemos seguir con el proceso de sojización extrema de la Argentina. Hay que ser muy cuidadosos con el impacto de la minería y de los hidrocarburos no convencionales. No se puede seguir con la idea de que los hidrocarburos sean la única fuente de energía, hay que ir a una diversificación que incorpore las energías limpias y creemos que hay que ir en serio a una estrategia de mayor agregación de valor y contenido tecnológico que es lo que le hace falta a la Argentina para poder sostener mayores crecimientos de la productividad y mejor nivel de ingresos”, destacó Lozano.
Por su parte, D´Atellis propuso afianzar las nuevas políticas sobre la experiencia y los consensos logrados en determinadas áreas. “No volvamos al péndulo argentino de siempre porque nos va a hacer mucho mal. No sigamos debatiendo sobre si el Estado sí o el Estado no, sino que pongámonos a debatir sobre la calidad de los servicios que presta el Estado y cuestiones vinculadas a eso, que es otra instancia de la etapa de desarrollo que nos queda de acá en adelante, pero parándonos arriba de lo ya logrado en este último tiempo”.
“Yo creo que Argentina está en las mejores condiciones desde el punto de vista del mundo que viene, creo que tenemos fuertes capacidades para poder aprovecharlas pero también creo que tenemos una agenda muy importante en materia de generación de políticas de desarrollo que no solo miren el crecimiento sino también la transformación, que apunten al cambio productivo y que apunten a la posibilidad de generar una sociedad cada vez más equilibrada en materia económica y social”, finalizó Sica.
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