Los medios de comunicación de China anunciaron con entusiasmo las reformas en el sistema nacional de trasplante de órganos, luego de una importante conferencia sobre trasplantes realizada en la ciudad de Kunming, en el suroeste de China, del 3 al 5 de agosto. Funcionarios chinos afirmaron que el sistema de trasplante de órganos de China ahora obtiene órganos solamente de donaciones voluntarias y no de presos que han sido ejecutados.
Pero expertos han señalado discrepancias estadísticas evidentes que sugieren que las declaraciones pueden no ser todo lo que parecen.
Las supuestas reformas se asemejan a los «intentos de cubrir sus huellas de un asesino en masa», dijo el doctor Torsten Trey, director ejecutivo de Médicos Contra la Sustracción Forzada de Órganos (DAFOH), en una entrevista por email.
Los investigadores creen que desde el momento en el que el sistema de trasplantes de China comenzó su período de rápido crecimiento en el año 2000, la principal fuente de órganos para abastecer a la industria son los practicantes de Falun Dafa, una disciplina espiritual tradicional china que ha sido brutalmente perseguida por el régimen chino desde 1999. Los presos ejecutados siempre han sido utilizados como fuente.
El Dr. Trey dijo que no hay pruebas de que estas prácticas hayan cesado. «Es de destacar, si China o cualquier otro país, hace reformas genuinas para cumplir con los estándares éticos. Pero sería un error fatal aplaudir tales reformas si sólo están encubriendo los más severos crímenes contra la humanidad».
Vacíos en la información
Durante muchos años las autoridades chinas negaron que sustraían órganos de prisioneros ejecutados. En 2005, Huang Jiefu, entonces viceministro de salud, reveló a la comunidad internacional que efectivamente utilizaban prisioneros, como parte de las políticas de China desde 1984. Se refería a presos sentenciados a muerte tras ser condenados por delitos.
En 2006, las denuncias sobre abusos a los derechos humanos que involucraban los trasplantes de órganos eran mucho más evidentes de lo que se imaginaba anteriormente: el régimen chino estaba sustrayendo órganos de prisioneros de conciencia vivos – personas encarceladas por sus creencias y no por crímenes reales. Una investigación independiente del abogado canadiense de derechos humanos David Matas y del ex secretario de Estado de Canadá (Asia Pacífico), David Kilgour, concluyó que las acusaciones eran ciertas.
El régimen chino nunca admitió estos crímenes, pero después de una intensa presión internacional, anunció una prohibición a los trasplantes de órganos de prisioneros ejecutados a partir del 1 de enero de 2015. Pero las regulaciones de 1984 nunca fueron anuladas.
China ahora afirma haber construido un nuevo sistema público de donación de órganos que funciona exactamente igual al de Estados Unidos o de otros países avanzados. Afirman un aumento exponencial en las donaciones voluntarias de órganos, a pesar de que el país sigue siendo culturalmente muy adverso a la donación de órganos (porque viola una tradición confuciana de mantener el cuerpo completo después de la muerte).
Hubo sólo 130 donaciones voluntarias de órganos a partir de agosto de 2009, de acuerdo a lo que dijo el profesor Chen Zhonghua del Instituto de Trasplante de Órganos del Hospital Tongji, en una entrevista con los medios de comunicación estatales.
Sin embargo, funcionarios chinos afirman haber obtenido órganos de más de 4.000 donantes solamente en 2016. Por el contrario, en el Reino Unido, donde 21 millones de personas se han registrado para ser donantes, sólo 1.364 personas fueron, después de su muerte, la fuente de órganos en 2016. En Estados Unidos, que tiene 140 millones de donantes registrados, sólo 15.951 personas proporcionan órganos después de su muerte. Los donantes registrados, también conocidos como donantes designados, son el número de personas que, mientras están vivas, han expresado su voluntad de donar sus órganos al morir (suponiendo que mueran de una manera que los haga elegibles para donar).
A finales de 2016, China afirmó haber registrado 200.000 donantes. De acuerdo con las estimaciones del Dr. Trey, si sólo los donantes registrados suministran órganos, China debería haber tenido sólo de 20 a 40 personas donando en 2016, muy lejos de la supuesta cifra de más de 4.000.
Con una tasa de mortalidad de 7 de cada 1.000 personas, el Dr. Trey calculó que alrededor de 2.100 de los 200.000 donantes registrados de China fallecieron. Y sólo entre el 1 y el 2 por ciento de ellos tendrían órganos adecuados para trasplantes, tal como se observa en los Estados Unidos y el Reino Unido. La gran mayoría no califica debido a las enfermedades de las que murieron los donantes, su estilo de vida poco saludable, su edad o la brecha de tiempo entre la muerte y la recuperación de los órganos.
Y en China para adquirir órganos no sólo se necesita de donantes registrados; los funcionarios médicos chinos también deben obtener el permiso de la familia. En China, un solo miembro de la familia puede anular la decisión del donante de donar, añadiendo otro obstáculo al proceso.
La dificultad adicional de obtener permiso en cada ocasión, especialmente cuando cualquier miembro de la familia puede anular el consentimiento para donar, plantea preguntas acerca de cuan genuinos son los números oficiales de China, dijo el Dr. Trey.
En febrero, la revista médica Liver International retiró un artículo científico de investigadores chinos que no pudieron probar que habían conseguido éticamente los órganos utilizados en sus investigaciones. El documento se refiere a 564 trasplantes de hígado realizados en el primer hospital afiliado de la Universidad de Zhejiang entre abril de 2010 y octubre de 2014. Pero Huang Jiefu, portavoz de trasplantes de órganos de China, declaró que el primer hospital afiliado recibió 166 donaciones de hígado entre 2011 y 2014, quedando 398 hígados de origen desconocido.
DAFOH, que mantuvo la atención sobre el número de registros de donantes de órganos, encontró que a fines tanto de 2015 como de 2016, hubo un aumento repentino en el número de donantes registrados. A finales de diciembre de 2015, las cifras aumentaron en exactamente 25.000 personas en un día.
El mismo fenómeno se repitió en diciembre de 2016, con un aumento de más de 86.000 donantes en una semana, aparentemente porque habían combinado dos sistemas de donaciones de órganos.
«China sabe que sus cifras de donantes registrados son demasiado bajas para obtener más de 4.000 donantes de órganos por año, por lo que les era necesario aumentar los números. Según cifras oficiales de China, alrededor del 50% de todos los donantes registrados se inscribieron en solo 7 días – en un plazo de cuatro años. Eso es inconcebible y sin precedentes», dijo el Dr. Trey.
El “camaleónico” Jefe de trasplantes de órganos de China
El rostro de las reformas al sistema de trasplantes de órganos del país es el Dr. Huang Jiefu, portavoz de los trasplantes de órganos de China. Es el presidente del Comité Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y jefe de la Fundación de Desarrollo de Trasplantes de Órganos de China.
Aunque Huang era anteriormente el viceministro del Ministerio de Salud de China, actualmente no tiene ninguna posición oficial de régimen. Sin embargo, se ha convertido en el portavoz de facto del sistema de trasplantes de órganos de China.
«Lo que él dice no tiene un carácter vinculante al régimen chino», dijo el Dr. Trey.
El Dr. Trey señaló que la fundación de trasplantes de órganos de Huang es privada, tal como la Red Unida para Compartir Órganos (UNOS) en Estados Unidos. «Pero la diferencia es que en este país, UNOS no está involucrada en hacer anuncios en nombre del gobierno».
Aunque Huang habla aparentemente en nombre del régimen chino y ahora está promocionando la reforma en el sistema de trasplantes de órganos de China, sus palabras no tienen autoridad legal. Y ha cambiado rápidamente su posición según la situación.
En una entrevista con la Australian Broadcasting Corporation en 2013, le preguntaron sobre la práctica de sustracción de órganos a prisioneros ejecutados, a lo que él respondió: «¿Por qué te opones?» Pero después de críticas generalizadas, al poco tiempo dijo en una conferencia que la práctica no era ética.
En 2015, Huang dijo en varias entrevistas en periódicos que los prisioneros condenados a muerte serían tratados como ciudadanos con «derecho» a donar órganos.
Pero después de una tormenta de críticas de que los prisioneros que fueron asesinados por sus órganos podrían ser simplemente clasificados como donantes voluntarias de órganos, Huang dijo a The New York Times que su declaración había sido sólo a «nivel filosófico».
Las declaraciones de Huang son como los «camaleones», dijo Trey. «Parece decir lo que sea necesario, ya sea para obedecer a las presiones en casa o para complacer los requerimientos de las normas éticas estandarizadas en la comunidad internacional».
El Dr. Trey dijo que sus declaraciones acerca de la reforma del sistema de trasplantes de órganos de China tampoco pueden ser confiables.
«Si las reformas son elogiadas mientras continúa la sustracción forzada de órganos a practicantes de Falun Dafa y otros prisioneros de conciencia, entonces nos encontramos con esta horrorosa situación en la que mientras resuenan estos aplausos, personas inocentes son sacrificadas por sus órganos», dijo el Dr. Trey.
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