El régimen chino está cada vez más preocupado porque los informantes provienen de sus propias fuerzas armadas, por lo que puso en marcha una amplia campaña para reiterar y fortalecer principalmente las leyes existentes y prevenir la filtración de información.
Una versión revisada de las Guías de Conducta para Unidades Militares del régimen chino fue publicada el 4 de febrero por la Comisión Militar Central (CMC). Las revisiones de seguridad militar salieron a relucir con la actualización de la Ley de Contraespionaje publicada el pasado otoño.
En un informe reciente de Peter Mattis, de la Fundación Jamestown, se señala que las nuevas directrices ponen hincapié en el régimen chino y en sus preocupaciones militares alrededor del espionaje extranjero, así como en los riesgos de que se filtre información a través de los teléfonos móviles y del acceso a Internet.
«Para contextualizarlo, las regulaciones del CMC y sus medidas para frenar las brechas en la seguridad, forman parte de una campaña más amplia que refleja la inseguridad de China», afirmó Mattis.
El régimen chino tiene razones para temer a las filtraciones. En Estados Unidos, Edward Snowden ocupó los titulares de todo el mundo mostrando documentos robados sobre los programas de espionaje de la NSA. Las filtraciones de China probablemente sean muy diferentes que simples noticias sobre espionaje a los ciudadanos, basándonos en las pocas informaciones que han salido a la luz.
Por ejemplo, el ejército del régimen chino está involucrado en el mercado negro de órganos humanos tomados de prisioneros de conciencia, en gran parte provenientes de los practicantes de Falun Gong, pero también de tibetanos, uigures y cristianos.
Jiang Yanyong, de 80 años de edad, y ex cirujano militar que denunció el encubrimiento del régimen chino de la gripe aviar en 2003, dijo en la TV por cable de Hong Kong el pasado 6 de marzo que los hospitales militares están extrayendo órganos de presos, a menudo mientras las víctimas todavía están vivas.
Un ex interno de un hospital chino se presentó recientemente en Canadá y reveló operaciones similares en el mercado negro por parte de los militares del régimen chino. Él le contó en detalle a La Gran Época cómo él y otros médicos militares le sacaban los riñones, los ojos y otros órganos a un prisionero varón que ni siquiera tenía 18 años de edad.
Por supuesto, se puede especular que esta revisión de las leyes que está llevando a cabo el régimen chino no es sólo para encubrir sus abusos contra los derechos humanos, sino también para mantener un férreo control sobre sus programas militares en general.
Tan sólo unos días después de aprobar las leyes de seguridad actualizadas, el régimen chino anunció que detuvo a dos personas por vender fotos del portaaviones Liaoning de China a unos supuestos espías extranjeros.
Inseguridad encubierta
Lo que es particularmente interesante sobre las nuevas leyes de espionaje en China, según un informe de la Fundación Jamestown, es que a pesar de toda la publicidad que les hicieron los líderes del partido y los medios de comunicación estatales, las leyes no introducen realmente nada nuevo.
Las revisiones y repeticiones de las leyes, de acuerdo con el informe, «sugieren que las autoridades de la contrainteligencia de China están viendo bastantes comportamientos desconcertantes de funcionarios civiles y militares chinos, o actividades hostiles, que no pueden explicar ni ver donde se originan”.
«Finalmente, estos lineamientos reflejan la continua inseguridad de una China que antes de la reforma y apertura suprimió el espionaje extranjero», afirma el informe, y añade que desde que el ex líder chino Deng Xiaoping abrió China al resto del mundo, justo después de la masacre de la Plaza Tiananmen en 1989, China «se enfrentó a los servicios de inteligencia extranjeros que eran capaces de acceder a los secretos de China».
Las Guías de Conducta para Unidades Militares revisadas, incluyen algunos cambios destinados a disuadir o impedir la disidencia.
Una de estas revisiones es un recordatorio acerca del estricto control del régimen chino sobre la electrónica, y de ponerse en práctica podría afectar profundamente la forma en que la electrónica funciona actualmente. El informe dice que la Comisión Militar de China quiere un mayor control o «si no una prohibición total», de los teléfonos celulares, el acceso a Internet y el contacto con el exterior a través de la electrónica.
Otra de las revisiones se centra en la moral. El régimen chino está tratando de evitar que los soldados sean empujados al abismo prohibiéndoles a los oficiales militares usar castigos corporales sobre los soldados, y prohibiéndoles que les asignen a los soldados cosas personales o que sobornen a los oficiales.
Asimismo, reitera los requisitos para las evaluaciones psicológicas en la verificación de antecedentes. Para ayudar a hacer cumplir este nuevo enfoque, el régimen chino acompaña estas revisiones con una campaña de propaganda centrada en el contraespionaje. Mientras que los programas en sí se centran más en los informantes y en las fugas de información internas, los medios de comunicación estatales están diseminando propaganda sobre la lucha contra los espías extranjeros.
«En muchos sentidos, la preocupación de Beijing contra el espionaje no puede separarse del contexto más amplio que es la preocupación que tiene el Partido de una subversión ideológica», señala el informe.
Recientemente, el régimen chino lanzó una campaña más extensa destinada a fortalecer el imperio del Partido Comunista, y lo validó etiquetando el pensamiento occidental como amenazas extranjeras. El informe señala que los líderes chinos calificaron «el constitucionalismo occidental, los valores universales y la economía neo-liberal como amenazas para el régimen, con lo cual el Partido volvió a reafirmar su dominación ideológica”.
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