Durante las Fiestas de fin de año es una costumbre en muchos países del mundo, cocinar platos exquisitos, escuchar música con volumen alto, prender todas las luces de la casa, y para manifestar la alegría de la Navidad, ¡quemar fuegos artificiales! Pero esto último… ¿no contamina el medio ambiente?
Los fuegos artificiales liberan gases contaminantes como el monóxido de carbono y partículas muy finas a la atmósfera que pueden tardar entre dos a tres días en disiparse, advierte Eric Concepción, especialista en gestión y de la calidad ambiental del aire del Ministerio del Ambiente de Perú, en referencia a los efectos de los festejos navideños sobre la ciudad de Lima, según Publimetro, el 17 de diciembre de 2013.
«Si bien estos efectos no son permanentes, ya que son episodios de contaminación por una causa determinada, lo cierto es que nos salimos de los valores normales de polución en el ambiente», acota el experto afirmando que los valores promedios de contaminación por estas fechas aumentan entre un 60 y 70% por los productos pirotécnicos y la quema de muñecos.
En Beijing, los fuegos artificiales lanzados por sus habitantes para celebrar el Año Nuevo Lunar, en la 3° semana de febrero de este año, dispararon los índices de concentración de las partículas más dañinas para la salud, denominadas PM 2,5, que se multiplicaron por 25 en el lapso de siete horas, empeorando notablemente el ya contaminado aire de la capital china.
Como consecuencia, se pasó de una concentración de 16 microgramos por metro cúbico de las partículas PM 2,5 a 407 microgramos por metro cúbico, informó el diario La Nación en febrero de este año. Estas partículas, continúa el medio argentino, de un diámetro inferior a 2,5 micras (mil veces más pequeñas que 2,5 milímetros) son las consideradas más perjudiciales porque entran directamente en los pulmones, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Estas partículas pueden ser inhaladas por los niños y los adultos y causarles problemas respiratorios», agrega en este sentido el Sr. Concepción adviertiendo que estos elementos, gases y partículas contaminantes en el aire además pueden llegar a alterar el clima del lugar.
Si bien no son los principales causantes, lo cierto es que los fuegos artificiales aumentan la contaminación del aire, situación que en el pasado no era tan evidente como es en la actualidad. «Los riesgos de la contaminación del aire son actualmente mucho más grandes que lo que se creía o entendía hasta ahora, particularmente para las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebro-vasculares», indicó la directora del Departamento de Salud Pública y Medio Ambiente de la OMS, María Neira, según la agencia Télam, el 25 de marzo de 2014.
Entonces, si deseamos pasar unas fiestas de fin de año celebrando algo auspicioso y esperanzador, ¿es necesario quemar fuegos artificiales y malograr el aire que respiramos por unos minutos de “colores y formas en el cielo”?
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