Astrónomos de la NASA determinaron un período de seis días de turbulencia en torno a la Luna Llena, debido a que nuestro satélite en esos días pasa por la cola magnética de la Tierra. Algunos se pueden preguntar si está relacionado a los numerosos mitos trasmitidos verbalmente: ánimos exacerbados, inquietud, falta de sueño, peligro de ataque de animales, mareas más intensas, océanos tempestuosos, y en las mujeres, la menstruación.
“Es durante esos seis días que pueden suceder cosas extrañas”, explica la NASA en su informe de Ciencia, en abril de 2008. Hoy numerosos estudios buscan confirmar en qué consisten realmente estos hechos «extraños» en la Tierra, los animales y los seres humanos. De lo que estamos seguros es que en este tiempo algo ocurre, y que lejos de ser siempre igual, es muy variable.
Esto sucede, según detallan los astrónomos, porque “durante el cruce (con la cola magnética), la Luna entra en contacto con una gigantesca «sábana de plasma» de partículas calientes (solares) cargadas (ionizadas), atrapadas en la cola. Las más livianas y móviles de estas partículas, los electrones, salpican la superficie de la Luna y le dan carga negativa».
Una gran masa de partículas llega con cierta regularidad con el viento solar, sin embargo hay épocas en que este viento es más intenso. Cada Luna Llena puede ser más o menos intensa que otra, en cuanto a su perturbación.
Durante la Luna llena, al menos los marineros, a lo largo de milenios, describieron que preferían no navegar en estos días por el peligro de aguas turbulentas o mareas extrañas, y algunos cirujanos, tal como testimonia una entrevista de Times of India, prefieren no operar en en este período, por el aumento de peligro de sangramiento. Las mujeres, sobre todo en el pasado, sabían que Luna llena estaba relacionada a su período de menstruación. Algunos estudios científicos confirman efectos en el sueño y en el comportamiento de los animales.
Tim Stubbs, un científico de la Universidad de Maryland, explicó que la cola magnética de la Tierra es una extensión del campo magnético de nuestro planeta, que se dirige hasta “mucho más allá de la órbita de la Luna y, una vez al mes, la Luna orbita a través de ella».
Desde tres días antes hasta tres días después de la Luna llena, el científico explica que «esto puede tener consecuencias que van desde tormentas de polvo lunares hasta descargas electrostáticas».
El campo magnético protege la Tierra y se extiende desde el núcleo del planeta hasta el límite con el viento solar, que llega a gran velocidad con partículas ionizadas provenientes de nuestra estrella.
“Es una extensión del mismo campo magnético que nos es familiar y que experimentamos cuando utilizamos una brújula de explorador. Todo nuestro planeta está envuelto en una burbuja de magnetismo, la cual se origina desde una dínamo fundida en el núcleo de la Tierra. En el espacio, el viento solar presiona contra esta burbuja y la estira, creando de este modo una larga ‘cola magnética’ en la dirección en la cual se mueve el viento (solar)”, describe Tim Stubbs.
A veces el Sol está tranquilo, y en otros momentos genera grandes explosiones con eyección de masa coronal que viaja a gran velocidad hacia el exterior en el Sistema Solar. No siempre estas partículas llegan a la Tierra, y cuando lo hacen en masa a gran velocidad, generan una tormenta geomagnética, que a su vez afecta al campo magnético de nuestro planeta, dando origen a la aparición de brillantes auroras.
Quizás por eso las Lunas llenas no son iguales, y es difícil que tengan siempre los mismos efectos. A veces la Luna llena pasa perturbándose por un campo magnético terrestre a su vez perturbado por una tormenta geomagnética muy intensa, y en ocasiones perturbado por una tormenta geomagnética menor.
Esto dificulta los estudios de los efectos de la Luna. A ello se suma que el Sol tiene su propio ciclo de 11 años de Mínimo Solar (baja actividad) a Máximo Solar (alta actividad con más explosiones de partículas de plasma).
“En 1968 -destacó la NASA- en muchas ocasiones, el explorador lunar Surveyor 7, de la NASA, fotografió un extraño ‘resplandor en el horizonte’ después del anochecer. Ahora, los investigadores creen que dicho resplandor es luz dispersada por el polvo lunar eléctricamente cargado, que se encuentra flotando justo por encima de la superficie lunar”.
Jasper Halekas, de la Universidad de California, Berkeley, dijo que «la mejor evidencia directa proviene de la nave espacial Lunar Prospector, de la NASA, la cual orbitó la Luna en 1998-99 y monitoreó muchos cruces de la cola magnética. Durante algunos cruces, la nave espacial detectó grandes cambios en el voltaje del lado nocturno de la Luna, el cual saltó típicamente desde -200 V a -1000 V».
«Es importante destacar», agregó Halekas, «que la sábana de plasma (de donde provienen todos los electrones) es una estructura muy dinámica. La sábana de plasma está en un constante estado de movimiento, agitándose hacia arriba y hacia abajo todo el tiempo. De modo que mientras la Luna orbita a través de la cola magnética, la sábana de plasma la puede barrer una y otra vez. Dependiendo de cuán dinámicas son las cosas, podemos encontrar la sábana de plasma muchas veces durante un único paso a través de la cola magnética (los encuentros duran desde minutos hasta horas e incluso días)».
De esta manera aún sabiendo que la Luna Llena revela grandes perturbaciones, estas son siempre variables.
«Como resultado -dice el científico- es posible imaginar lo dinámico que es el medio de las cargas en la Luna. La Luna puede estar allí, descansando en una región tranquila de la cola magnética y entonces, de repente, todo este plasma caliente pasa barriendo y provocando que el potencial del lado nocturno se dispare a un kilovoltio. Luego disminuye nuevamente, con igual velocidad».
Estudios sobre efectos de la Luna Llena, continua en parte II
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