Una mujer quedó profundamente conmovida por el efecto dominó que tiene el acoso escolar luego de encontrarse con una madre angustiada en una playa, que se acababa de enterar que su hijo adolescente estaba planeando acosar a un compañero de clase.
Laura Mazza, de Australia, compartió su profundo encuentro con una extraña, lo que la llevó a hablar en contra de la intimidación. Su mensaje a los demás es simple: el acoso afecta a todos.
Un casual encuentro
Laura estaba disfrutando de una salida a la playa con sus hijos en la península de Mornington en Mount Martha, un suburbio costero de Melbourne, Australia, cuando encontró a una mujer llorando.
Laura le preguntó por qué lloraba y le dijo que acababa de descubrir que su hijo de 15 años estaba planeando un ataque de humillación contra otro estudiante. Ella estaba tan disgustada que tuvo que alejarse para dar un paseo sola.
Laura le dio un abrazo a la mujer.
«Sentí que era un poco del destino», dijo Laura a The Epoch Times. «Soy una trabajadora social, y me encanta trabajar con niños y adolescentes así como con madres para ayudarles a sentirse más seguros en sus relaciones familiares. Creo que el universo la puso en mi camino para que pudiera tranquilizarla».
La mujer encontró textos con planes para humillar a un niño que su hijo y sus amigos habían estado acosando. «Creo que al sentirse abrumada por tener un niño que higa eso, y luego tener que disciplinar a ese niño, la hizo sentir emocionada», añadió.
La angustiada madre había castigado a su hijo, le decomisó su teléfono celular y le prohibió temporalmente practicar deportes, socializar y utilizar las redes sociales. También le ordenó a su hijo que confesara el plan al director de su escuela y que se enfrentara a las consecuencias.
Laura apoyó el enfoque de la madre. «Creo que hizo lo mejor para ella y su hijo», dijo.
Le responsabilidad es de todos
Laura reflexionó que su propio enfoque para difundir un escenario potencial de intimidación podría ser ligeramente diferente.
«No sé si yo haría lo mismo porque soy un alma muy sensible y me preocupa la humillación», reflexionó Laura, agregando que creció con un padre agresivo y fue criada en un ambiente familiar «bastante terrible».
«Mi misión es ser una madre muy gentil y sensible», explicó, «pero también creo que lo que hizo [la madre] tendrá un increíble impacto para todos».
Laura cree que es responsabilidad de todos detener el acoso cuando lo ven, pero los padres y los profesores tienen la mayor responsabilidad.
Hay «niños que mueren por la intimidación», compartió, «todo el mundo necesita involucrarse para detenerlo».
Impactos de la intimidación
La intimidación se está extendiendo especialmente entre los adolescentes en edad escolar.
Uno de cada cinco estudiantes de escuelas de EE. UU. encuestados revelaron que habían sido intimidados, según un informe de 2019 del Centro Nacional de Estadísticas Educativas. El acoso físico fue más frecuente entre los hombres que entre las mujeres, mientras que un porcentaje más alto de estudiantes femeninas reportaron ser víctimas de rumores o de exclusión social.
Los incidentes de intimidación parecen tener un impacto fuerte y duradero en la confianza y la autoestima de los estudiantes, según el informe. Además, el 41% de los estudiantes acosados creían que esta situación se presentará repetidamente, aunque menos de la mitad le había informado a un adulto en posición de autoridad.
Los impactos de la intimidación también se agravan con el uso de la tecnología: mensajes de texto, redes sociales, etc., también conocido como ciberacoso.El acoso cibernético, según un informe de 2019 de los Centros de Control de Enfermedades, es mayor entre los estudiantes de secundaria, seguido estrechamente por los de preparatoria, y luego por los de primaria. Los incidentes de ciberacoso reportados también se duplicaron entre los años 2007 y 2019.
Generar un impacto positivo
Laura espera que el hecho de compartir su encuentro con una extraña en la playa pueda aumentar la conciencia de cuán imperativo es comprender la intimidación e intervenir cuando se producen incidentes.
Antes de separarse, Laura y su nueva amiga compartieron un segundo abrazo e intercambiaron números de teléfono, planeando mantenerse en contacto. Laura agradeció a la madre y elogió sus acciones, sintiendo que el encuentro era parte de un efecto dominó en una dirección más positiva.
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