Miles de personas se manifestaron este sábado en Port-Louis, la capital de Mauricio, para exigir transparencia en la gestión del desastre ecológico que causó el derrame de combustible del buque MV «Wakashio» y tras el que ya se ha encontrado al menos a 39 delfines y marsopas muertos.
Con pancartas en las que podía leerse «¿Puedes escuchar a los delfines llorar?», «Tu incompetencia está destruyendo nuestra isla» o «Amo mi país. Estoy avergonzado de mi gobierno», los mauricianos se reunieron en la plaza de la Catedral a las 11 de la mañana (07.00 GMT) para comenzar sobre las 13 horas (09 GMT) la marcha pacífica organizada por el activista Bruneau Laurette.
Los manifestantes enarbolaron la bandera del país, que tiño de rojo, azul, amarillo y verde las calles, y llevaron puestas camisetas negras como símbolo de solidaridad tras la marea negra provocada por el derrame de petróleo.
Cientos de mauricianos de la diáspora también protestaron en Ginebra, Luxemburgo, París, Montreal y Londres, entre otras ciudades.
El pasado 26 de agosto, los vecinos de la región de Grand-Sable hallaron en las playas de la costa sudeste de Mauricio, la más afectada por el desastre ecológico, a 13 delfines sin vida o agonizando, una cifra que ha ido aumentando desde entonces y que este viernes era de al menos 39 mamíferos marinos muertos.
En declaraciones al diario local «Le Mauricien», el oceanógrafo Vassen Kauppaymuthoo concluyó que «se debe, sin duda, a la toxicidad del agua», señalando que los hallazgos son «solo el comienzo» de las consecuencias que va a dejar el vertido de petróleo del granelero japonés MV «Wakashio», de bandera panameña, que embarrancó el pasado 25 de julio en los arrecifes de Pointe-d’Esny, en el sureste de la isla.
Las autoridades mauricianas alegan que «no hay trazas de hidrocarburos en ellos o en su sistema respiratorio por el momento», según los resultados iniciales de las autopsias realizadas en los laboratorios de Mauricio, pero se está a la espera de los resultados de los laboratorios de Reunión, isla con estatus de departamento de ultramar francés, a 226 kilómetros de Mauricio.
Todavía se desconoce si este accidente, que ya constituye el peor desastre ecológico en la historia de ese país, se debió a un fallo mecánico o a un error humano, dada la cercanía a la costa con que navegaba esta embarcación, de unos 300 metros de eslora.
En el momento del accidente, el MV «Wakashio», que viajaba de China rumbo a Brasil, no transportaba carga, pero se estima que aún llevaba más de 200 toneladas de diésel y 3800 de fuel para consumo propio.
El barco se partió en dos, lo que aumentó el miedo a que provocara una catástrofe todavía mayor.
En un dispositivo que empezó el pasado día 19, dos barcos arrastraron la proa del granelero unos 15 kilómetros mar adentro, para ser completamente hundida este mismo lunes a unos 3180 metros de profundidad en el océano Índico.
La popa del MV «Wakashio», por contra, continúa varada en los arrecifes de Pointe-d’Esny.
La semana pasada, la Policía de Mauricio detuvo al ciudadano indio Sunil Kumar Nandeshwar, el capitán del barco, y a su segundo, el esrilanqués Tilakara Ratna Suboda, acusados de «poner en peligro una navegación segura», por lo que comparecieron el 26 de agosto ante el Tribunal de Port-Louis, que los mantuvo en prisión preventiva hasta el próximo 1 de septiembre, cuando deberán acudir de nuevo a la corte.
La zona del derrame es una región de arrecifes de coral -que llevaban unos quince años rehabilitándose-, así como un área rica en diversidad marina y terrestre, con importantes reservas naturales a pocos kilómetros.
Este desastre medioambiental representa un duro golpe para la economía de Mauricio, isla de poco más de un millón de habitantes situada en el océano Índico al este de Madagascar y muy dependiente del turismo.
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