Cuando Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, dio el discurso de apertura en la sede de su compañía en 2014, llevaba una camiseta gris. Cuando habló a una audiencia global en el Newseum, en 2013, se puso su sudadera con capucha favorita. Pero cuando se reunió con el Secretario General del Partido Comunista de China, Xi Jinping, el 23 de septiembre, eligió en cambio un traje azul marino de buen corte y una corbata roja de buen gusto.
Según China Daily, una compañía de medios de comunicación estatales chinos, Zuckerberg dijo que ha estado estudiando por mucho tiempo las obras de Xi Jinping. «Él sabe que lo que dijo hoy Xi Jinping fue coherente con sus pensamientos anteriores, y es que China está resuelta a abrirse al mundo», continuó el diario: «Xi Jinping es un hombre de carácter firme, y hoy demostró la posición y la actitud que ha mantenido desde el principio. Él tiene confianza en la industria estadounidense de Internet».
Todo esto se atribuyó a Mark, aunque no está claro en qué medida, si algo, de hecho, fue dicho por Zuckerberg.
En su propio feed de Facebook, Zuckerberg comenta que tuvo el honor de conocer a Xi Jinping, y siempre ha estado tratando de cortejar el mercado chino. Aprender mandarín y hacer comentarios aduladores acerca de la sabiduría de todas las obras de Xi Jinping se cree que son parte de una amplia estrategia.
Si es realmente una buena idea, sin embargo, es otra cuestión. El Partido Comunista Chino es conocido por jugar duro con las empresas extranjeras, en particular las de alta tecnología, que buscan establecer presencia en China.
A menudo, el precio de entrada en el mercado de China es entregar la propiedad intelectual que las empresas chinas pueden utilizar para desarrollar productos propios.
Este patrón se produjo cuando los fabricantes de automóviles fueron a China, y se repitió en una gama de industrias. Bajo propuesta de ley de seguridad nacional del régimen chino, las empresas de tecnología también se enfrentan a solicitudes para albergar sus redes en servidores en China, e incluso de entregar su código fuente, debido a supuestos problemas de seguridad nacional.
Cualquier acuerdo que involucre a Facebook, sin embargo, podría ser un riesgo de seguridad para Estados Unidos y otros países, teniendo en cuenta lo ampliamente utilizado que es Facebook en la actualidad, ya que cuenta con cerca de 1,5 mil millones de usuarios en todo el mundo, y toda la información personal que desplazan todos los días.
Se cree que hackers chinos penetraron en la Oficina de Administración de Personal del gobierno federal a principios de este año, robando más de 20 millones de registros actuales y anteriores de los empleados del gobierno. Informes más recientes indican que también tomaron más de cinco millones de juegos de huellas dactilares. Se cree que la violación de los datos de empleado del gobierno es la más extensa en la historia y La Gran Época reveló que China está utilizando la información para construir una base de datos de personas de interés que podrían ser posteriormente explotadas para obtener la información a la que puedan tener acceso.
Es posible que se pueda establecer una especie de Facebook en China, segregado e independiente del Facebook global, al igual que la Internet china – pero esto podría implicar sus propios riesgos, porque la tecnología de Facebook podría terminar en manos de China, por lo que la penetración futura a la red de Facebook en Estados Unidos resultaría mucho más fácil.
Además, si Facebook hiciera inversiones en su negocio chino, a la empresa le resultaría más difícil negar las peticiones de los aparatos de seguridad del régimen sobre la información personal de los considerados enemigos del Estado, es decir disidentes políticos y otros.
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