Las dudas acerca de la capacidad de la OPEP de llegar a un acuerdo en torno a un posible recorte en la producción provocan una baja en el precio del barril de petróleo crudo.
En la media sesión europea, el barril de crudo West Texas bajó hasta los US$ 48,46. Y el barril de Brent cayó a US$ 50,45: los expertos del cártel siguen sin algún acuerdo trascendente en lo relativo a las cuotas de los países miembros.
Irán e Iraq insisten en que no quieren formar parte de ningún plan para frenar la producción (tampoco Nigeria ni Libia), mientras que países no miembros como Rusia no hicieron ningún comentario sobre si respaldarían o no la propuesta.
El acuerdo sobre el 1er. recorte de la producción de crudo en 8 años parece menos posible que antes, de acuerdo al mercado de energía fósil.
A finales de septiembre los países líderes en producción global fijaron un techo de producción de 32,5 millones de barriles por día.
Las continuas discrepancias internas sobre la forma de aplicar los recortes impiden la cooperación de la OPEP con otros proveedores importantes. El cártel se ha vuelto menos creíble, y su poder se licúa.
Más oferta de crudo
Kashagan fue uno de los mayores descubrimientos de petróleo offshore (dentro del mar) de las últimas décadas. Su hallazgo en el año 2000 fue una noticia importante pero las diversas dificultades para extraer el crudo de este pozo al norte del Mar Caspio (aguas de Kazajistán) demoró todo e incrementó la inversión, que ya asciende a US$ 50.000 millones.
Sin embargo, se ha confirmado que ya se puso en marcha el 1er. cargamento, con unos 190.000 de barriles, a través de varios oleoductos.
Se estima que Kashagan alberga unos 13.000 millones de barriles de crudo recuperables.
Desde North Caspian Operating, el consorcio de empresas que explotan Kashagan, sostienen que a finales de 2017 se estarán produciendo unos 317.000 barriles de petróleo al día.
¿Quién garantiza una baja de la producción tal como quiere la OPEP?
Fusión
La estadounidense General Electric ha anunciado que fusionará su negocio de petróleo y gas con el proveedor de servicios a yacimientos petroleros Baker Hughes.
GE tendrá una participación de 62,5% en la nueva compañía, que tendrá ingresos combinados de US$ 32.000 millones, mientras que los accionistas de Baker Hughes tendrá un 37,5%.
La nueva Baker Hughes estará cotizada en la Bolsa de Nueva York, con sedes en Londres (Reino Unido) y Houston (Texas, USA).
Bajo los términos de la transacción, cuyo cierre se prevé para mediados de 2017, los accionistas de Baker Hughes recibirán un dividendo extraordinario de US$ 17.5 por acción.
La operación, aprobada por los consejos de administración de GE y de Baker Hughes, generará unas sinergias de US$ 1.600 millones en 2020.
El CEO de la nueva compañía será el actual consejero de la división de crudo y gas de GE, Lorenzo Simonelli, mientras que el actual presidente y consejero delegado de GE, Jeff Immelt, será su presidente; y el CEO y presidente de Baker Hughes, Martin Craighead, ejercerá de vicepresidente.
El valor actual de la empresa resultante de la fusión es de US$ 14.000 millones: «Esta transacción crea un líder de la industria posicionado de forma ideal para el crecimiento en cualquier mercado», comentó Immelt.
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