Las preguntas sobre derechos humanos son «irresponsables«, «llenas de prejuicio» y «totalmente inaceptables», dijo el ministro del exterior chino Wang Yi en una acalorada respuesta a una periodista canadiense que se atrevió a mencionar el asunto en un evento el 2 de junio en las oficinas de Global Affairs Canadá en Ottawa.
«Es la gente china la que está en la mejor situación, en la mejor posición para tener algo que decir sobre la situación de derechos humanos en China«, dijo a través de un intérprete.
La pregunta hecha por la periodista Amanda Connolly del sitio noticioso iPolitics, mencionó a los vendedores de libros desaparecidos de Hong Kong y a un expatriado canadiense que tiene un café en China, Kevin Garratt, quien ha sido acusado de espiar a las autoridades locales.
El intercambio (en inglés) se puede ver a continuación.
Visiblemente enfadado, Wang habló apresuradamente. «Tengo que preguntar si usted entiende a China. ¿Ha estado alguna vez en China? ¿Sabe que China ha sacado de la pobreza a más de 600 millones de personas? ¿Y sabe que China es ahora la segunda economía más grande del mundo desde una base muy baja?».
Continuó diciendo que China garantizaba los derechos humanos, incluidos en la constitución del país y que no hubiera podido hacer sus grandes avances en el desarrollo económico de otra manera.
En contradicción con las declaraciones de Wang, una serie de abusos a los derechos humanos en China están sucediendo actualmente. Entre ellos la supresión de activistas laborales, tibetanos étnicos, uigures, y cientos de miles de practicantes de Falun Gong que se cree están encarcelados en prisiones, campos de trabajo y centros de lavado de cerebro por todo el país. En particular, desde 2006, investigadores de derechos humanos han echado luz progresivamente sobre la industria militar de la sustracción de órganos, la cual se ha tomado la vida de cientos de miles de víctimas inocentes.
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