Su mordida tiene una fuerza de presión de 1.700 kilos y es capaz de arrancar vidas en cuestión de segundos.
Con 80 dientes afilados, la mandíbula y el mordisco de los cocodrilos es tres veces más fuertes que la del león.
En 2010, una investigación hecha por científicos de la Universidad de Florida, determinó que el animal con el mordisco más potente es precisamente la del cocodrilo.
Sin embargo, su mandíbula es más sensible que la yema de un dedo humano. Esto obedece, según estudios, a que cuenta con miles de órganos sensoriales que protegen los nervios.
Posiblemente, los cocodrilos utilizan estos órganos para distinguir su alimento entre plantas y agua.
Para confirmar sus hipótesis, los investigadores analizaron 23 especies de cocodrilos, lagartos, caimanes y gaviales.
“La fuerza de la mandíbula es una característica que también permite reconstruir la historia evolutiva de estos reptiles. Estos han desarrollado una fuerza excepcional en sus mandíbulas adaptada para matar a una gran variedad de presas”, cita parte del análisis.
Fuerza implacable
Este año, científicos de la Universidad de Missouri, descubrieron que los cocodrilos gozan de una segunda articulación en su mandíbula, que les permite distribuir la fuerza de su mordida y evitar que se tuerza.
“Con una fuerza de aplastamiento de más de 16 mil newtons, tienen una mordedura heredada de la era mesozoica, cuando sus antepasados gigantes coexistieron con el T-rex y otros mordedores impresionantes. En comparación, la mordedura humana típica implica alrededor de 500 newtons de fuerza“, cita un informe divulgado por la agencia Europa Press.
Una prueba de su fortaleza la vivió Jonathan Arthur Cker, quien fue atacado esta semana por un cocodrilo en Tamarindo, Guanacaste.
El turista de origen estadounidense perdió parte de su pierna derecha producto de la voraz mordida.
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